Rubén Cortés.-
Después de gozar y ejercer de manera redonda el poder
hegemónico desde diciembre (con más del 60 por ciento de popularidad), llama la
atención que el gobierno se sienta tan inseguro de ganar la revocación de
mandato: dice que el presidente sólo se va si es por 30 millones de votos.
Aunque está claro en su falta de optimismo: En las
pasadas elecciones presidenciales, no votó el 40 por ciento del padrón
electoral y, del 60 por ciento que sí voto, el 30 por ciento lo hizo por el
actual mandatario. Es decir, no lo eligió el 70 por ciento de los 90 millones
del padrón del INE.
Así que el partido en el poder le informó a la oposición
que la revocación de mandato no sólo va, sino que, para que el presidente
pierda, tienen que votar en su contra 30 millones de electores, porque esa fue
la cantidad de electores que lo eligieron.
Morena le cedió a la oposición, en cambio, la fecha de
votación de la revocación de mandato: ya no coincidirá con los comicios
intermedios de julio de 2021, será en noviembre. Aunque la fecha es
irrelevante: el presidente hace campañas todos los días con 90 minutos de
Mañanera.
Además de que es igual de irrelevante la oposición de los
partidos, que vive hoy un absoluto pasmo, con cierta excepción del PAN, ahora
que jaló para su causa a Vicente Fox, en el entendido de que un presidente
polarizador, como el actual, se debe combatir con una figura polarizadora como
Fox.
Es justo el pasmo de la oposición lo que hace imposible
que avance su propuesta de que la revocación prospere con la mitad de los votos
de los electores que sufraguen, y de que sean los ciudadanos quienes convoquen
al ejercicio, en lugar de que sea el mismísimo presidente.
Porque no se debe olvidar que, en realidad, el capital
electoral del presidente, como candidato, era de 15 millones de votos cautivos,
hasta que en julio de 2019 se registró la debacle de los partidos
tradicionales, ante el movimiento alrededor de un candidato, que eso era
Morena.
Como candidato del PRD, el hoy mandatario obtuvo en 2006
un total de 14 millones 756 mil 350, y en 2012 sumó 15 millones 896 mil 999. De
manera que los 30 millones de votos que consiguió en 2018 fueron producto de un
momemtum poco común en la historia de los países.
Y, ello, lo convirtió en nuestro máximo ganador de votos,
el único en democracia con mayoría absoluta en el Congreso y ganador del poder
total en las urnas. Pero, hoy su partido no se siente seguro de que pueda repetir
la proeza.
Aun sin oposición.