Carlos Ramírez.-
Si el equipo de seguridad pública del gobierno electo de
López Obrador sabe leer con mentalidad estratégica, el anuncio del fiscal
general de la Casa Blanca, Jeff Sessions, de una ofensiva contra el crimen
organizado transnacional tiene que ver con la estrategia timorata mexicana del
próximo sexenio ante la violencia de los cárteles.
La decisión de Washington ocurre cuando el gobierno electo
mexicano está pensando en disolver al ejército, establecer una estrategia de
lucha contra el crimen por el lado de la amnistía a criminales y convertir a
las fuerzas armadas en un cuerpo de paz.
La lección de inteligencia geopolítica, seguridad nacional e
intereses estadunidenses como prioridad en las relaciones bilaterales se
complementa con el reforzamiento por parte del presidente Donald Trump del
taponamiento de la frontera EE.UU.-México para contener a los migrantes que
quieren cruzar la frontera de manera ilegal.
El mensaje no puede ser peor: Trump está redefiniendo las
relaciones bilaterales en los temas vitales de seguridad nacional, migración y
comercio. Y mientras el presidente electo López Obrador parece seguir
disfrutando los elogios formidables que le ha hecho Trump, el equipo de
seguridad de Gobernación y Seguridad Pública --Olga Sánchez Cordero y Alfonso Durazo
Montaño-- perdieron el rumbo y el canciller Marcelo Ebrard Casaubón anda
sencillamente desaparecido de las definiciones estratégicas y fracasó en su
intención de traer a Trump a la toma de posesión del 1 de diciembre.
La Fuerza de Tarea contra el Crimen Organizado Transnacional
de los EE.UU. será la definición estratégica de la Casa Blanca con López
Obrador, justo cuando aquí siguen sin entender el papel de seguridad
nacional-seguridad interior de las fuerzas armadas. Hasta ahora la Secretaría
de la Defensa Nacional del general Salvador Cienfuegos Zepeda había logrado
poner un dique de contención al aparato militar del Pentágono, al grado de
lograr la presidencia de la Conferencia de los Ejércitos Americanos. A pesar de
la resistencia, el Pentágono llego a respetar al ejército mexicano y a
reconocer su papel determinante en la lucha contra el crimen organizado
transnacional.
Los regateos de López Obrador a las fuerzas armadas
mexicanas fueron entendidas por las oficinas de seguridad nacional e inteligencia
geopolítica de Washington como la oportunidad para conseguir su deseo de
meterse de manera activa en la lucha mexicana contra los cárteles mexicanos que
han invadido los EE.UU., al grado de que el mercado al menudeo en cuando menos
tres mil ciudades americanas está controlado por los narcos mexicanos.
Si el gobierno de López Obrador desensambla el aparato de
seguridad militar de México como se percibe en los regateos al papel de las
fuerzas armadas en seguridad interior, de modo automático los estadounidenses
van a penetrar a México al amparo de la nueva doctrina de seguridad definida
como “crimen transnacional”, es decir, bandas criminales en ambos países que le
otorgarían a Washington el derecho de intervención en México como parte de su
escudo de seguridad nacional y con más razón si ganan los grupos
lopezobradoristas anti militares.
El aviso adelantado por el gobierno de Trump sobre la
Fuerzas de Tarea contra el Crimen Organizado Transnacional obliga a una
respuesta urgente de López Obrador en cuatro puntos: un secretario de Defensa
Nacional funcional a lo avanzado en la gestión y contactos del secretario
saliente Cienfuegos Zepeda, la definición de su doctrina de defensa nacional,
una respuesta contundente de Ebrard, Sánchez o Durazo y la definición de sus
principios de relación bilateral con los Estados Unidos vis a vis la seguridad
nacional de México como resistencia al acoso de la seguridad nacional e
imperial de Washington. Y de paso, designar a un czar mexicano de relaciones de
seguridad bilaterales como punto de contención de los avances estadunidenses
que acote las tareas del nuevo czar estadunidense Rod Rosenstein
Como el gobierno de Peña Nieto ya terminó su ciclo y el de
López Obrador viene con principios de derechos humanos, entonces el aviso no
pudo haber sido más directo: los EE.UU. van a intervenir en México para
combatir aquí al Cartel Jalisco Nueva Generación y al Cártel del Chapo y por
tanto apoderarse del diseño, definición y control de la política mexicana de
lucha contra el crimen organizado.
Los EE.UU. acorralaron el Estado mexicano y ya mandaron a
López Obrador un mensaje de amenaza a la soberanía nacional.
Política para dummies: La política consiste en mirar el lado
oscuro de la luna.