Ricardo Alemán.-
Rosario Robles llegó con todo un arsenal para probar su
inocencia. Sin embargo, durante seis horas de comparecencia en la Cámara de
Diputados, a nadie le importó escucharla.
¿Por qué? Porque el objetivo no era aclarar el supuesto
desfalco en Sedesol y/o en Sedatu. No, la consigna era lincharla, ridiculizarla
y denigrarla.
¿Por qué? ¿Quién está detrás del linchamiento?
Porque “Rosario” –como la conoce coloquialmente–, cometió
“el pecado” de enfrentar y desafiar a López Obrador en los últimos 15 años.
Desde el nacimiento del PRD, Robles fue la persona más
cercana a Cuauhtémoc Cárdenas; por eso fue jefa de gobierno sustituta cuando
Cárdenas buscó la candidatura presidencial del 2000 y por eso, como presidenta
del partido amarillo –de abril de 2002 a agosto de 2003–, se perfilaba como
candidata presidencial para 2006.
Y precisamente esa posibilidad –de ser candidata
presidencial, de la mano de Cárdenas–, la confrontó con Obrador, quien orquestó
su destrucción con la ayuda del director del diario La Jornada, Carlos Payán y
de Argos, de Epigmenio Ibarra. El siguiente texto es revelador.
En la página 298 del libro “Con Todo el Corazón”, Robles
escribió: “Fuera de todo procedimiento, pues la auditoría no estaba terminada,
el Órgano de Fiscalización [del PRD] presentó un informe al Consejo Nacional.
Carlos Payán, quién merece todo mi respeto, se refirió entre otros aspectos a
empresas fantasmas y pagos excesivos en publicidad… Nada de esto se desprendía
del dictamen preliminar presentado por el despacho Deloitte… una actitud ética,
exigía que Payán se excusara de participar en los juicios relacionados con la
contratación… así procede cuando hay conflicto de intereses y todos sabemos su
relación con Argos”.
Vale recordar que la gestión de Robles al frente del PRD
había sido exitosa en la ganancia de legisladores y crecía su candidatura
presidencial. Por eso Payan y Epigmenio Ibarra montaron la intriga “del
desfalcado” en el PRD de Robles “mediante empresas fantasma y contratos
ilegales”. El objetivo era sacarla de la carrera presidencial ya que estorbaba
la candidatura de AMLO.
Curiosamente, idénticas acusaciones pesan hoy contra Robles;
“empresas fantasma y contratos ilegales”. Curiosamente ni ayer ni hoy se ha
probado nada, a pesar de que la titular de Sedesol y Sedatu es víctima de una
campaña idéntica a la de 2003, orquestada por grupos mediáticos afines a AMLO.
Y también es curioso que días después de su victoria, Obrador
visitó La Jornada y lo publicitó con una gráfica en donde es felicitado por
Carlos Payan. A su vez, Epigmenio Ibarra promueve la entrega de la Medalla
Belisario Domínguez a Carlos Payan, su socio en Argos.
El linchamiento de antaño contra “Rosario” fue porque
estorbaba las ambiciones presidenciales de Obrador y hogaño el linchamiento es
porque fue aliada del gobierno de Peña y contribuyó a la derrota de AMLO, en
2012.
El mismo Obrador que promueve “perdón y olvido”, el mismo
que dice no “guardar rencores”, el mismo que habla de “amor y paz”.
Al tiempo.
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