Carlos Ramírez.-
Como llegó a la gubernatura sin
realmente buscarla, el mandatario sinaloense Quirino Ordaz acaba de dar un paso
audaz hacia una verdadera reforma no sólo de la política sino del poder:
abaratar la política, disminuir la parafernalia de los tiempos de campaña y
reducir dinero a partidos.
Las competencias electorales se
han salido del control institucional y han rebasado a las autoridades
encargadas de poner orden en campañas. Los procesos de votaciones en el Estado
de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz hicieron trizas las reglas electorales
ante la mirada disminuida del Instituto Nacional Electoral y de los organismos
estatales y los tribunales electorales poco o nada podrán hacer.
De ahí la importancia del primer
paso dado por el gobernador sinaloense Ordaz, sobre todo porque una de sus
iniciativas toca la parte esencial del desorden electoral: las aportaciones
presupuestales de fondos públicos a los partidos políticos. Ordaz propuso
reducir 35% las prerrogativas a partidos en los años en que no se realicen
campañas y el recorte en días de campaña también bajaría el gasto electoral de
partidos.
El problema del sistema de
partidos radica en el hecho de que las leyes específicas pasan por el poder
legislativo y la aprobación de los partidos. Y con el pretexto de eludir
financiamiento ilegal, el gobierno asumió el mantenimiento de los partidos con
gasto público y en función de porcentajes electorales, pero con partidas
crecientes que no califican en rendimiento político: los partidos políticos y
los políticos profesionales son una carga ineficiente al gasto público,
encarecen la democracia y no aportan resultados que beneficien a la ciudadanía.
La reforma electoral del
gobernador Ordaz es el primer paso a disminuir la actividad político-partidista
en tiempos electorales a su verdadera dimensión; reducir tiempos de campaña
disminuiría también el gasto electoral y el gobierno tendría un ahorro
importante, recortar 35% de prerrogativas en años no electorales también
representaría un ahorro presupuestal y abarataría la democracia.
Y envió otra iniciativa que debe
destacarse: por ley castigar con la anulación de elecciones --causal nueva que
hacía falta-- a los candidatos que usen propaganda negativa y calumniosa para
desacreditar a los adversarios y prohibir que los candidatos hagan campaña
visual en espectaculares en los laterales del transporte público, sobre todo
porque muchos candidatos se confiaban en vender su imagen en espectaculares y
no en recorridos por distritos.
Los recortes de la propuesta de
reforma electoral del gobernador sinaloense obligarían a los candidatos a hacer
mayores esfuerzos de contacto con la ciudadanía y no confiarse en la mera venta
de imagen o en la propaganda negativa contra sus adversarios. Desde 1988 el
país ha visto el abandono del contacto directo con los electores y de la
presentación de propuestas de gobierno y las habían sustituido por frases sin
contenido, spots negativos y portadas de revista donde aparecían sus fotos
arregladas con photoshop.
Lo interesante de la propuesta es
que Quirino Ordaz llegó a la gubernatura como candidato del PRI luego de que
fue imposible la alianza PAN-PRD y todos los aspirantes priístas se diluyeron
en una lucha interna por la nominación. Ordaz ni siquiera aparecía en
encuestas, pero fue el candidato y recuperó para el PRI la gubernatura. Y como
llegó sin compromisos de partido, su reforma electoral podría ser el primer
gran paso para reorganizar el sistema electoral ineficiente.
Política para dummies: La
política es la necesidad de atender, a pesar de negarse a hacerlo, el clamor de
la sociedad, aunque sea de vez en cuando.
Sólo para sus ojos:
- En los pasillos del poder están ciertos que la suspensión de obras del Metrobús en Paseo de la Reforma fue una trampa política para bajarle expectativas presidenciales a Miguel Angel Mancera.
- El dirigente panista Ricardo Anaya apuesta la viabilidad de su candidatura presidencial panista en las protestas por las elecciones en Coahuila. Pero la tiene difícil porque el PAN carece de pruebas reales para impugnaciones en tribunales.
- El clima de violencia de odio contra Donald Trump está llevando ya a atentados políticos contras republicanos.
- Definitivamente se están sentando las bases para que no haya alianza AMLO-PRD en las presidenciales del 2018, pero más por la furia del tabasqueño contra los perredistas. En todo caso, López Obrador busca que sean las bases perredistas las que se pasen a Morena.
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