Cd. de México (07 septiembre 2021) REFORMA.- Mientras el Tercer Informe de Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador presume una reducción en el número de piquetes para ordeñar gas LP en Puebla, Pemex reportó que el gaschicol registra un aumento continuo desde 2019 en esa Entidad y en el País.
De acuerdo con el Informe, las acciones militares para inhibir los robos de gas LP a Pemex ayudaron a reducir el saqueo en un 40.1 por ciento en Puebla, Estado que en 2018 ya concentraba el 76.9 por ciento del gaschicol a nivel nacional.
En contraste, la petrolera indicó que entre enero y junio de 2018 se reportaron 41 tomas clandestinas a gasoductos en esa Entidad; en el mismo periodo de 2019 hallaron 319 puntos de ordeña, mientras que en 2020 los piquetes se elevaron a 717, un promedio mensual de 59 casos.
Para el periodo enero-junio de este año, Pemex contabilizó 846 llaves ilegales de gas LP en la Entidad, que representan un promedio mensual de 141 casos.
Tepeaca, San Martín Texmelucan, Acatzingo, San Matías Tlalancaleca, Amozoc, Santa Rita Tlahuapan, Acajete, San Salvador El Verde y Palmar de Bravo son los principales municipios con problemas de gaschicol.
A nivel nacional, los piquetes a gasoductos aumentaron 28 por ciento al pasar de 945 en enero-junio de 2020 a mil 217 en el mismo periodo de este año, la mayoría de los puntos de robo estuvieron en Puebla.
Fuentes de Pemex explicaron que la delincuencia organizada comenzó a extraer gas LP en territorios donde antes no lo hacía. Por ejemplo, este año colocaron 71 tomas clandestinas en San Matías Tlalancaleca, a unos 10 kilómetros de San Martín Texmelucan y a unos 53 kilómetros de la capital poblana.
En años anteriores, en el primer semestre ese Municipio no pasó de seis tomas clandestinas.
Fuentes de Seguridad Física de Pemex advirtieron que para extraer clandestinamente gas LP se requiere información de la presión en los gasoductos y su ubicación más cercana a la superficie, por lo que acusaron la participación de trabajadores de la empresa en el gaschicol.
"No se pueden meter los perforadores (equipos que no sacan chispas) con una alta presión de gas, simplemente no se puede instalar una toma con una fuga con alta presión, de unos 10 bares (más de 100 mil kilos de fuerza por metro cuadrado); los criminales requieren saber cuándo no hay tanta presión en los gasoductos para perforar y poner las válvulas.
"¿Y quién da esa información a los gasotraficantes?", reprochó un superintendente de Seguridad Física.
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