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¿De dónde saldrán los recursos?

Víctor Manuel Aguilar Gutiérrez

Los programas sociales del actual gobierno federal, y los proyectos como el Tren Maya, la Refinería en Dos Bocas, Tabasco y el nuevo Aeropuerto en Santa Lucía, son producto no de estudios especializados sino sólo de la visión y ocurrencia basado en ideología y rentabilidad política de un solo hombre: el presidente. La política de austeridad realizada por las áreas de gobierno que ya no dan más, adicionalmente a la caída en la recaudación por la contracción económica producto interno, así como el agotamiento de fondos que permitían la compensación en diferencias en la aplicación del gasto público están agotados, por lo que a partir del próximo ejercicio fiscal y en los subsecuentes el Estado tendrá que buscar allegarse de recursos por otras fuentes para cubrir ya no otras carencias como los medicamentos para las personas con cáncer sino para sacar adelante sus programas como los que se mencionan al inicio.

De acuerdo al ensayo de  Ana María Cuevas Padilla denominado “La estructura de los ingresos en México desde una perspectiva multidisciplinaria”

Los ingresos que el Estado mexicano recauda pueden ser impuestos, tasas o empréstitos. Los impuestos y tasas se obtienen del sector privado y no existe por ellos la obligación de una contraprestación. Los empréstitos, por otro lado, implican un préstamo al gobierno, con el pago de sus respectivos intereses, previamente acordados por las partes.

Los ingresos ordinarios son aquellos recaudados por el Estado en forma regular tales como los impuestos, los derechos o los ingresos por la venta de bienes  y servicios que ofrecen los organismos y empresas paraestatales como Petróleos Mexicanos (PEMEX)   o el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Los ingresos extraordinarios son aquellos que no obtiene el Estado de manera regular, tales como la enajenación de bienes nacionales sujeta a la Ley General de Bienes Nacionales; contratación de créditos externos e internos (empréstitos) o emisión de moneda por parte del Banco de México.

Los derechos son contribuciones establecidas en la ley por el uso o aprovechamiento de bienes de dominio público de la nación, como el derecho que paga PEMEX por la extracción de petróleo, el cual, ciertamente, constituye el principal ingreso por este concepto; otro ejemplo es el pago de derechos cubiertos por los ciudadanos por la expedición pasaportes o cédulas profesionales. Los aprovechamientos son los  ingresos  que  percibe  el Estado por sus funciones de derecho público, derivados de financiamiento y de los que obtengan los organismos descentralizados y las empresas de participación estatal, tales como los excedentes de PEMEX obtenidos por las variaciones positivas en los precios internacionales del petróleo. Los productos son contraprestaciones que recibe el Estado en sus funciones de derecho privado, como por ejemplo, las utilidades obtenidas por la Lotería Nacional y o los Pronósticos para la Asistencia Pública.

Por último, en lo que se refiere a los ingresos de capital, son aquellos que provienen del manejo del patrimonio del Estado, como la venta de activos (edificios o vehículos) o el financiamiento obtenido por el gobierno federal a través de los bancos.

Durante 2019 el gobierno federal cumplió con su objetivo de lograr un superávit primario de 1.1% del producto Interno Bruto (PIB), que implicó la decisión de utilizar 125 mil millones del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), derivada de la menor recaudación fiscal respecto a la del ejercicio anterior.

El Senado de la Republica en México, con el voto de la bancada de Morena y aliados aprobó el pasado miércoles 21 de octubre en lo general y en lo particular la extinción de 109 fondos y fideicomisos públicos cuyos recursos atienden temas relacionados con ciencia, víctimas de la violencia, protección de defensores y periodistas amenazados, tecnología, cultura, deportes, cambio climático y desastres naturales, entre otros. Los Fideicomisos son instrumentos que permiten operar recursos en fines específicos sin que se afecte el presupuesto público del ejercicio anual. No todos los fideicomisos presentaban problemas de transparencia y corrupción. La presente administración mantiene un fideicomiso para administrar el mantenimiento del avión presidencial.

La principal fuente de recaudación lo representa las contribuciones  vía impuestos que la actividad productiva genera misma que tendrá una reducción importante. La austeridad ya dio lo que tenía que dar. Los recursos de los fideicomisos compensaran los déficits presupuestarios para el próximo año, el cual es electoral.

La pregunta es, ¿y después qué sigue?, ¿aumentarán o crearan nuevos impuestos, crecerá la deuda más de lo que ya ha crecido en esta administración o el próximo objetivo son los fondos de pensiones que administran las afores o las reservas como ya algunos legisladores lo propusieron?

victor.manuel.aguilar.gutierrez@gmail.com