Carlos Loret de Mola reveló el nexo de Manuel Bartlet con
Andres Manuel López Obrador que se ha forjado durante años; lo que contrasta
con el discurso de la #4T para combatir la corrupción que ha destrozado a
México.
En su columna publicada en el Washingtonpost, el reportero informó que Andrés
Manuel López Obrador recibió la noticia más importante de su vida política en
una casa porfiriana de la colonia Roma, en Ciudad de México. Desde meses atrás,
la casona ubicada en la calle de Chihuahua número 216 se había convertido en su
casa de campaña. En julio de 2018 se enteró ahí del resultado que le daba,
después de tres intentos, la victoria en una elección presidencial.
Desde ese momento, la casona de la calle Chihuahua se
volvió la sede del gobierno electo, la oficina del presidente entrante de
México, a la cual llegaban los miembros del futuro gabinete y donde López
Obrador recibió al secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo.
Esa casa fue propiedad de la empresa Top Real Estate
Company hasta 2020, cuando la vendió al partido oficialista Morena, el cual
anunció que construirá ahí el museo sobre la llamada Cuarta Transformación. El
socio mayoritario de esta empresa —con 60% de las acciones, de acuerdo con su
acta constitutiva— es José de Jesús Hernández Torres, un político que ha sido
colaborador cercano desde hace 49 años de Manuel Bartlett Díaz, director
general de la Comisión Federal de Electricidad, quien ya desde el año pasado
fue investigado —y exonerado en medio de un escándalo— por 23 inmuebles no
declarados.
El acta constitutiva original de la empresa Top Real Estate
Company, de la cual es accionista mayoritario José de Jesús Hernández Torres.
Hernández Torres también es socio del hijo de Bartlett
Díaz, León Manuel Bartlett Álvarez, con quien fundó la empresa hotelera Xibalba
Resorts en Cancún, como quedó registrado en el Registro Público de Comercio de
la Secretaría de Economía el 12 de enero de 2010.
Desde hace casi medio siglo, Hernández Torres ha ocupado
cargos cercanos a Bartlett Díaz, tanto en el gobierno federal como en el del
estado de Puebla. A lo largo de todo este tiempo, combinó sus responsabilidades
políticas con una próspera carrera paralela como empresario hotelero.
En 1971, Bartlett fue director general de Gobierno en la
Secretaría de Gobernación y Hernández Torres su asesor. En 1981, Bartlett fue
secretario general del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Hernández
Torres fue primero asesor y después coordinador de Comunicación Social de la
campaña presidencial. De 1982 a 1988 Bartlett fue secretario de Gobernación y
Hernández Torres quedó al frente de la estratégica y poderosa Dirección General
de Radio, Televisión y Cinematografía, dependiente de la Secretaría de
Gobernación.
Al final de ese sexenio, Bartlett perdió la candidatura
presidencial del PRI ante Carlos Salinas de Gortari y fue designado secretario
de Educación Pública en esa administración; Hernández Torres fue el oficial
mayor de esa Secretaría. En 1992, Bartlett fue candidato del PRI al gobierno de
Puebla y Hernández Torres lo acompañó como el encargado de Imagen y Difusión de
la campaña. Cuando Bartlett ganó la gubernatura, le encomendó un proyecto
clave, política y económicamente hablando: Hernández Torres fue director del
multimillonario desarrollo Angelópolis, un exclusivo distrito financiero,
comercial y residencial, creado cuando Bartlett era gobernador, y que sus
opositores denunciaron que se convirtió en su “caja chica”. Bartlett fue
senador del 2000 al 2006, y Hernández Torres fue asesor del Senado en materia
de radio, televisión y cinematografía. Después, Bartlett dejaría el PRI para
formar parte del movimiento de López Obrador a la presidencia.
En septiembre de 2017, a punto de iniciar las campañas
presidenciales, el partido Morena empezó a rentar la casona de Chihuahua 216 a
la empresa Top Real Estate Company, de Hernández Torres, según quedó reportado
en los informes de gastos entregados por ese partido a la Comisión de
Fiscalización del Instituto Nacional Electoral. Esa casa estaba registrada a
nombre de la empresa con el folio real 9435918 del Registro Público de la
Propiedad de Ciudad de México.
El contrato de arrendamiento obligaba a dicho a partido a
rentar la propiedad por un año cuatro meses a un precio de 130,000 pesos
mensuales, y a realizar un depósito inicial de 452,400 pesos, según consta en
el contrato, las facturas y transferencias bancarias que se hicieron mes a mes,
obtenidas a través de una solicitud de transparencia. El contrato se renovó en
2019 y la renta aumentó a 138,000 mensuales.
El contrato de arrendamiento de la casa ubicada en
Chihuahua 216 entre Top Real Estate Company y el partido político oficialista
Morena se encuentra en poder de Carlos Loret de Mola)
Una factura de noviembre de 2018 por la renta de la casa
ubicada en Chihuahua 216 entre Top Real Estate Company y el partido político
oficialista Morena.
Una factura de noviembre de 2018 por la renta de la casa
ubicada en Chihuahua 216 entre Top Real Estate Company y el partido político oficialista
Morena. (Documento entregado por Carlos Loret de Mola)
Cuando López Obrador movió sus oficinas a Palacio
Nacional, tras jurar como presidente, la casona quedó como centro de
operaciones de Morena. La entonces dirigente nacional, Yeidckol Polevnsky, la
ocupaba como oficina y después anunció que, para no seguir pagando renta,
Morena buscaría comprar la propiedad porque tenía un valor simbólico: “Eran las
oficinas de López Obrador”.
El 13 de enero de 2020, el Registro Público de la
Propiedad emitió un primer aviso preventivo de compraventa por parte de Morena,
lo que significa que en esa fecha acordaron la compra del inmueble. Dos meses
después, en marzo, Polevnsky afirmó que Morena ya estaba “en proceso de
escrituración” de la casona para convertirla en una galería que conmemorara a
la Cuarta Transformación.
La familia Bartlett ha estado en el ojo público desde
que, en 2019, publicamos en W Radio dos reportajes donde se señala que el
director de la Comisión Federal de Electricidad, junto con su familia, posee 23
casas y 12 empresas que no declaró como funcionario público. Hace una semana
revelamos que, en el gobierno de López Obrador, Bartlett junior ha recibido contratos
por más de 162 millones de pesos del Ejército, la Marina, el IMSS y el ISSSTE.
Su caso ha desmontado el discurso anticorrupción del presidente, quien ha
defendido a su alto funcionario.
Este episodio no es una casa más ligada a un funcionario
muy cuestionado. El inmueble era la casa de campaña de López Obrador, fue la
sede del gobierno electo de México, la oficina del presidente entrante donde se
tomaron decisiones centrales sobre el destino del país y se hicieron reuniones
de impacto internacional. Incluso será el museo de la Cuarta Transformación.
Que ese inmueble tenga ligas claras con Bartlett es un símbolo de las alianzas
que llevaron al poder a López Obrador, una radiografía de los cortos alcances
de su pretendida lucha contra la corrupción.
(Con la colaboración de Arelí Quintero)