Rubén Cortés.-
El gobierno yerra al ideologizar el tema de los
feminicidios. Pero, aún puede salvarse de que no se le convierta en su caso
Iguala, si el Ejecutivo se reúne con grupos de mujeres y las escucha (sin
pasársela hablando de neoliberalismo o Juárez) y ofrece soluciones.
Porque en México son asesinadas 10 mujeres diarias, cuyos
cuerpos suelen ser abandonadas donde quiera, desde pisos de casas hasta
basureros, usualmente destazadas y con huellas de violación sexual, incluidas
niñas.
Esos son los hechos que el gobierno no dimensiona
todavía, pero que importan a los grupos de mujeres indignadas con la escalada
de feminicidios: ellas no quieren oír la cantinela de que todo es causa del
neoliberalismo o de que la sociedad se ha degradado.
El gobierno se ha equivocado al ideologizar el tema
porque no somos una sociedad ideologizada. Vamos, el propio presidente debe
explicar a diario las tres transformaciones anteriores a la suya y qué son el
neoliberalismo, el conservadurismo y todo eso.
Así que no va a satisfacer a las mujeres, ni a la
sociedad, con ninguno de los espines con los que trató de atajar su ira ayer:
1.- Son crímenes que tienen que ver con odio, con
problemas sociales, familiares, es una enfermedad social que no solo se
resuelve con policías, cárceles mano dura, sino con bienestar material y
bienestar de alma.
2.- El feminicidio es producto del neoliberalismo. Ciudad
Juárez lo demuestra. Trabajadoras de las maquilas fronterizas, lejos de sus
ciudades de origen y sus familias, sin red de protección social, fueron las
primeras víctimas.
3.- La 4T es una transformación feminista, por los
derechos humanos, por la defensa de la naturaleza y de los animales. Protege
los derechos sociales de la población. Es una revolución pacífica de las
conciencias y de los corazones.
Ideología de bajo costo para enfrentar una situación de
malestar social tangible, como los 967 feminicidios registrados en la 4T,
además de dos mil 720 desapariciones de niños. Incluso, 200 de los feminicidios
ocurrieron en el último mes y medio.
No: no somos una sociedad ideologizada. Pero sí
descontenta por todo lo que muchos sienten que está mal (pobreza, desigualdad,
falta de Estado de Derecho, corrupción…) y resentida contra aquellos a los que
muchos consideran culpables de sus males.
De ahí que el gobierno todavía puede salir de la crisis
del feminicidio si inserta el tema en la agenda del gabinete de Seguridad y el
titular del Ejecutivo se reúne pronto con grupos de mujeres.
Sin embargo, de un gobierno como el actual es más de
esperar que se radicalice y reparta culpas, lo cual sería un desacierto porque
el movimiento feminista puede quedarse en las calles, crecer cada día.
Y marcar a la 4T.