Los diputados de MORENA nombrarán a Evo Morales Ciudadano
Honorífico de Oaxaca mediante punto de acuerdo de obvia resolución en la
primera sesión del segundo periodo legislativo.
Al respecto, la diputada local María de Jesús Mendoza de Acción Nacional reprochó dicho acuerdo por los antecedentes criminales del ex mandatario
boliviano relativos a sus nexos con el narcotráfico además de las acusaciones por el delito de fraude electoral.
Los diputados de MORENA Luis Alfonso Silva Romo y Othón Cuevas Córdoba resaltaron
el trabajo de Evo Morales para combatir la pobreza así como la prudencia para
renunciar al cargo y evitar mayor confrontación.
Para Mary Anastasia O’Grady, el socialista sudamericano,
que había gobernado Bolivia como un tirano durante 14 años ininterrumpidos,
huyó de su país después de que el ejército le dijera a principios de este mes
que no usaría la fuerza contra los manifestantes que protestaban por unas elecciones
fraudulentas. México se apresuró a pintar a Morales como víctima de un golpe de
Estado, y el gesto de afecto de Ebrard frente a las cámaras pareció estar
diseñado para aumentar la simpatía del público.
Sin embargo, ¿cuántos mexicanos saben que Morales es
también secretario general de la Federación Boliviana de Cocaleros, uno de los
mayores productores y distribuidores de cocaína en el hemisferio occidental? ¿Y
cuántos saben que Morales pisoteó los derechos de los indígenas de las tierras
bajas de la Amazonía cuando se opusieron a la expansión del negocio de la coca?,
citó la escritora.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró, tiene
la misión de escribir el relato de “Evo”. Los mexicanos merecen la verdad.
Evo Morales gobernó Bolivia no como un socialdemócrata sino
como un autoritario.
Al igual que Hugo Chávez en Venezuela y Daniel Ortega en
Nicaragua, en los primeros años de su mandato utilizó su popularidad y el auge
de los productos básicos para destruir las instituciones democráticas de su
país.
Pero la popularidad de Morales disminuyó cuando los precios
de las materias primas cayeron, la economía se desaceleró y el gobierno se
quedó sin dinero. En un referéndum de 2016 sobre si se le debe permitir
postularse para un cuarto mandato, los bolivianos votaron en contra.
Se presentó a las elecciones del 20 de octubre de este año.
Cuando los bolivianos rechazaron su candidatura, simplemente se declaró
ganador. Pero el 10 de noviembre la Organización de Estados Americanos dijo que
su auditoría de los resultados de las elecciones reveló evidencia de fraude.
Cuando la policía nacional se puso del lado de los manifestantes y los
militares sugirieron que Morales se retirara por el bien del país, anunció su
renuncia.
México está dando vueltas a una historia diferente. Pero
así es como Evo subió al poder en primer lugar, bajo el pretexto de la
propaganda. El mérito es del genio de los socialistas bolivianos, que
reconocieron que podían utilizar los frutos del capitalismo puro y el poder del
populismo para imponer una jerarquía marxista.
En la década de 1980, con la guerra contra las drogas en
Sudamérica, el lobby cocalero necesitaba ayuda política. Tenía bolsillos
profundos y muchos pueblos indígenas marginados desde hace mucho tiempo,
incluidos, entre otros, los cocaleros, por su parte.
Al asociarse con los cocaleros, los discípulos bolivianos
de Fidel Castro pudieron abandonar su lucha armada contra el gobierno. “Lo
reemplazaron con una estrategia que combinaba la acción política, los
movimientos sociales y el narcotráfico en una sola organización”, me dijo Hugo
Achá, investigador del Centro para una Sociedad Libre Segura en Washington, en
una entrevista telefónica la semana pasada. Esta fue la génesis del Movimiento
al Socialismo, el partido de Morales, dijo el Sr. Achá.
Evo Morales comenzó su carrera en el sindicato de la coca
como secretario de deportes en 1981 y poco a poco fue ascendiendo. En 1996 fue
jefe de la federación de cocaleros.
En 1997 inició su carrera política como congresista. Como
explicaba el diario español El País el 12 de noviembre, desde entonces, “uno de
sus principales objetivos, el mismo que mantuvo durante su mandato
presidencial, fue la defensa, protección e industrialización de la hoja de
coca”. Como presidente boliviano siguió siendo jefe de la federación de
cocaleros y fue reelegido para este último cargo el año pasado.
Oficialmente, Morales abogó por la coca con el argumento de
que el cultivo y la masticación de la hoja son prácticas antiguas entre los
indígenas bolivianos. Pero no hay dinero ni poder para vender las hojas a los
locales. Para ello los cocaleros tienen que exportar la materia prima o, mejor
aún, fabricar cocaína en casa para venderla en el extranjero.
Como presidente, Morales lideró un auge en el negocio de la
cocaína en Bolivia. La policía maltrató a la población indígena del Amazonas en
2011 cuando marchó en contra de su plan de abrir nuevas áreas de cultivo de
coca en sus tierras ancestrales protegidas.
Durante un tiempo se echó atrás. Pero en 2016, poco después
de perder el referéndum sobre la reelección, hizo aprobar una ley que eliminaba
la protección de las tierras y predijo que se construirían carreteras allí. El
mensaje era que los derechos de los indígenas carecían de sentido.
Morales convirtió a Bolivia en un verdadero Estado del
narcotráfico. La estrategia tuvo tanto éxito, según el Sr. Achá, que las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, conocidas como FARC, están
trabajando para replicarla en ese país.
Los mexicanos podrían preguntarse por qué, cuando su
democracia está luchando por su vida contra las organizaciones de
narcotraficantes, López Obrador convierte en héroe a uno de los mafiosos más
grandes de Latinoamérica.