Rubén Cortés.-
Claro que el panista Ricardo Anaya no es de ultraderecha.
Vamos, si en campaña propuso el sueño guajiro propio del populismo de
izquierda, que cada ciudadano tuviera un ingreso básico universal. Pero, por
creerlo de “ultraderecha”, un grupo no quiere que imparta clases en la UNAM.
Importa que su discurso electoral fuera similar al del
candidato de Morena: “Sí hay dinero para pagar un ingreso básico universal, el
problema es que los corruptos se lo roban”. Alguien decidió que es de
“ultraderecha” y mandó encapuchados a tomar la UNAM.
La UNAM consideró los hechos violentos una burda
provocación. Pero lo
inquietante es que los vándalos se digan estudiantes o,
peor, que lo sean: entonces son estudiantes obtusos que quieren un país
cobarde, oscurantista, sin debate de ideas.
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Foto: internet |
Porque si alguien es de ultraderecha, es libre de
exponerlo donde quiera, al igual que durante años en la UNAM eran activas las
ultraizquierdistas, criminales y traficantes de droga Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia.
Su presencia continuó hasta después que su representación
oficial en México cerró, en mayo de 2002. El gobierno de Colombia denunció que
la guerrilla tenía relaciones con grupos estudiantiles mexicanos, especialmente
de la UNAM.
Incluso, el 1 de marzo de 2008 murieron cuatro estudiantes,
durante el bombardeo de una base de las FARC, tres sobrevivieron, como Lucía
Morett, estudiante de la Facultad de Filosofía de la UNAM y considerada por la
Interpol desde 2009 “persona armada, peligrosa y violenta”.
Ah, pero Ricardo Anaya no puede impartir un diplomado en
la Facultad de Ciencias Políticas porque ello sería “abrir las puertas y
recursos de la escuela a la “ultraderecha”. Ajá, porque lo dicen encapuchados
que pueden ser considerados también “armados, peligrosos y violentos”.
En cambio, es natural ser de ultraizquierda. La
presidenta del partido en el poder defiende la dictadura de Maduro, que en los
últimos seis meses ejecutó 501 opositores, y el subsecretario de Educación
Superior cree que, para transformar a México es necesario el sistema comunista.
¿Comunismo? La transformación comunista de Stalin mató un
millón de rusos en 1921-22 y a siete millones en 1932-33. Además, 79
veinteañeros murieron a balazos tratando de cruzar el Muro de Berlín, para
escapar del comunismo.
Y el PT, integrante de la 4T, elogia a Corea del Norte
como “una sociedad muy organizada”, donde el servicio militar obligatorio es de
13 años, se permiten sólo 10 tipos de cortes de pelo y, según Amnistía
Internacional, las torturas, ejecuciones y hambrunas causan millones de
muertos.
Así que, en manos de la UNAM se encuentra, hoy, parte de
la defensa del flujo de todas las ideas en el país. No puede ceder al chantaje…
Tiene que aceptar que Ricardo Anaya imparta su diplomado.