Pablo Hiriart.-
Las prioridades de un gobierno se manifiestan en el
manejo del presupuesto, no en los discursos.
Eso lo van entendiendo, poco a poco, los científicos, los
creadores culturales, los empresarios, y los miembros de la Coordinadora
Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
La semana pasada se dio la orden de reinstalar y pagarles
todo a 386 “maestros” de la CNTE que habían sido despedidos en el marco de la
reforma educativa anterior. No es poca cosa.
A ellos, que fueron cesados por acumulación de faltas
injustificadas, se les pagan salarios caídos desde el 1 de octubre de 2016 a la
fecha.
AMLO-CNTE. Foto internet. |
También se les entregan sus prestaciones, más los bonos
que pudieran haber devengado desde la fecha de su separación de la plaza que
ostentaban sin trabajar, y se les reinstala a partir de hoy 1 de julio.
Negocio redondo: no van a dar clases, los corren, pero
por su apoyo político al actual gobierno se les pagan casi tres años de
salarios caídos. Y sus bonos y otras prestaciones.
En cambio, la directora de Conacyt, María Elena
Álvarez-Buylla, anunció el jueves que se eliminarían los recursos destinados a
vincular ciencia e industria.
Acusó la directora de Conacyt, en la conferencia mañanera
de Palacio Nacional, que la iniciativa privada fue la “beneficiaria de fondos
que se transfirieron de 2013 a 2018”, y que en total –según ella– sumó una
cantidad aproximada a los 35 mil millones de pesos en seis años.
¿De qué se trataba esa colaboración ciencia-industria que
desaparece?
Por ejemplo, en Querétaro, General Electric tiene, o
tenía, a más de mil 500 ingenieros mexicanos que diseñan una nueva generación
de turbinas para aviones.
Si Conacyt quita el apoyo, esas investigaciones se van a
ir a Colombia, Brasil, India o cualquier otro país que se interese en foguear,
en la práctica, a sus científicos.
Desde luego cuando esos proyectos se muden de país no se
van a llevar a esos mil 500 ingenieros. Los despedirá y contratará allá donde
les den facilidades y se interesen por la ciencia.
Lo anterior ya se había anunciado en el Plan de
Restructuración Estratégica de Conacyt para Adecuarse al Proyecto Alternativo
de Nación”, y frenar “la imposición de la lógica neoliberal en el ámbito
científico y tecnológico”.
Con estas decisiones el Conacyt descarta que la
competitividad del país depende de su capacidad de innovar. En la industria
automotriz, por ejemplo, seguiremos apretando tuercas y nada más.
La idea, dice el programa referido, es lograr “la puesta
a punto de un diálogo horizontal de saberes con el conocimiento autóctono, la
ciencia campesina milenaria de México, las formas ancestrales de producción, de
saberes y memorias”.
Álvarez-Buylla anunció también que existe un recorte del
presupuesto que se venía otorgando a 27 centros de investigación.
En el sector cultural también llegaron los recortes, sin
que exista crisis externa ni interna.
Quitan lo que para el gobierno es prescindible. Los
recursos para el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), por
ejemplo.
Además se cortan los recursos para eventos culturales,
como sucedió con la entrega de los Ariel.
Se eliminan los concursos para fomentar la creación
artística. Y el presupuesto de la Secretaría de Cultura es cuatro por ciento
menor al año pasado.
A la iniciativa privada ya le había tocado parte del
golpe del gobierno, con la cancelación de grandes obras de infraestructura ya
en marcha. Y la cancelación de las rondas para explorar y extraer petróleo y
gas, empresas solas o junto con Pemex.
Surgieron nuevas ideas para frenar la actividad privada
en obras indispensables, como la transportación de gas (existe escasez en
algunas regiones del país).
Frenaron la construcción, a punto de terminarse, del
gasoducto submarino Texas-Tuxpan. Se inconformó CFE, van a arbitraje, y la
compañía IENOVA perdió 14 mil 465 millones de pesos en bolsa, entre miércoles y
jueves.
Lo mismo le hicieron al Grupo Carso, que construye un
gasoducto de 630 kilómetros de longitud entre Chihuahua y Sonora.
A los hoteleros de la Riviera Maya no los atendieron a
tiempo para enfrentar la marea de sargazo y en este verano esperan una caída en
sus tarifas de hospedaje en 20 por ciento, según el Consejo Nacional
Empresarial Turístico.
Se le encargó a la Secretaría de Marina atacar el
problema y van a construir dos barcazas “sargaceras” que estarán listas dentro
de unos meses, cuando haya pasado la temporada de verano.
De cualquier manera el problema seguirá y crecerá (“no es
grave”, dijo el Presidente), y se dará un rudo golpe a la actividad turística
en esa fuente de recursos para el país que es el Caribe mexicano.
Claro, son empresas privadas y ahí vacacionan los ricos.
No es grave.
No aceptan que todas estas actividades que el gobierno
golpea con sus recortes o indiferencia, son empleos, comercio, movimiento
económico, creación de capital humano, expansión del arte, la cultura.
Desarrollo, pues.
Pero no, no es por ahí la prioridad de la 4T.
La CNTE sí.
Pie de página. Por vacaciones, esta columna volverá a
publicarse la próxima semana. Gracias.