Por: Rubén Iñiguez
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El pasado 10 de Marzo un colectivo llamado “Chalecos
amarillos” salía a las calles de la Ciudad de México para manifestar su rechazo
al gobierno de Andrés Manuel López Obrador. En aquella ocasión solo eran 500
asistentes a dicha protesta que había sido convocada a través de las redes
sociales.
Lo que me llama la atención, amable lector, es que el día
de ayer (solo dos meses después de la primera manifestación), salieron a las
calles de sus respectivas ciudades, 13 entidades de la república que
manifestaban su rechazo a AMLO y su Cuarta Transformación. Se habla de unas 30
mil personas aproximadamente en la suma total de todas las ciudades.
De las principales virtudes que siempre reconocí en
Andrés Manuel, fue su constancia, paciencia y extremada perseverancia para
recorrer los 2,457 municipios que tiene todo el país. Recorría también pueblos,
rancherías y comunidades pequeñas, en donde sus mítines podían ser desde 50
personas hasta miles de asistentes cuando se trataba de ciudades con mayor
numero de población. No desairaba a nadie, pues todo sumaba para su proyecto
político, que era el conseguir la presidencia de México.
Esa humildad y sencillez lo llevó a obtener un resultado
electoral avasallador en contra de todos sus adversarios políticos.
Sin embargo, no hay que olvidar que el ejercicio del
poder desgasta a cualquier representante popular, no importa si es azul, verde,
morado o colorado, pues recordemos que López Obrador había alcanzado hasta un
80% de aceptación popular en el mes de Enero de este año, y que al día de hoy,
cuenta con el 61% de aprobación. (19 puntos en tan solo unos meses). A pesar de
ello, aun son números bastante positivos y aceptables que nadie le niega.
Lo que me sorprende, es la actitud arrogante y un tanto
“sobrada” del Secretario de Comunicaciones y Transporte, Javier Jiménez Espriú,
quien unas horas después de dicha protesta, escribió en su cuenta de twitter:
“Nunca pensé que todos los que están contra AMLO fueran a la marcha, pero sí…,
FUERON TODOS¡”
La manifestación de ayer tuvo una asistencia mucho mayor
a la de hace dos meses, y creo que debería de servir de análisis al nuevo
gobierno para observar que es lo que se debe corregir, en vez de actuar con
desdén y desprecio a los que no opinan igual que ellos.
A pesar de que es muy poco el tiempo para juzgar el
actuar de esta nueva administración federal, el motivo principal del
descontento social, que dicho sea de paso a crecido a lo largo de estos 05
meses de ejercicio del poder, son precisamente las promesas de campaña de López
Obrador para resolver de inmediato los problemas que siguen aquejando al país.
A mi gusto, no les caería nada mal, hacer un ejercicio de
introspección y auto critica para corregir los desaciertos que han provocado
que “poquita gente” salga a la calle a manifestarse en su contra.