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Enrique Krauze, otro enemigo de la Cuarta Transformación


Por: Rubén Iñiguez


La Presidencia de la república parece que tiene un nuevo enemigo que se llama Letras Libres, que es una revista literaria y de ensayos de mayor alcance intelectual en México, de la cuál es director Enrique Krauze Kleinbort, quien además es un historiador y escritor mexicano. Miembro de la Academia Mexicana de la Historia y de El Colegio Nacional, es también director de la Editorial Clío. Ha escrito más de veinte libros, entre los que destacan “Siglo de caudillos”, “Biografía del poder”, “La presidencia imperial”, “La presencia del pasado y Redentores”. También ha producido más de 300 programas y documentales sobre la historia de México.

Enrique Krauze Kleinbort. FOTO: INTERNET
Lo que hoy nos ocupa, amable lector, es el tema de la revista Letras Libres, que es el máximo pedestal de la cultura en nuestro país. Los mejores ensayos y la pluralidad distinguen esta publicación. En pocas palabras, es un olimpo para los intelectuales. Sin embargo, a Krauze, su director, lo están responsabilizando de ser el artífice de dirigir la llamada “Operación Berlín”, una estrategia mediática y electoral contra Andrés Manuel López Obrador, lo cual fue negado por el mismo historiador. Sin embargo, uno de los colaboradores de Krauze Kleinbort,  de nombre Ricardo Sevilla, dijo que lo contrató para orquestar una estrategia de desprestigio en contra de AMLO, por lo que los misiles de la Cuarta Transformación, están apuntando a un nuevo objetivo, que es golpear, desprestigiar o calumniar a quien se exprese mal de nuestro actual emperador de México, perdón… de nuestro presidente de la república mexicana.

Krauze, todavía en su último ensayo presentó una positiva semblanza de AMLO, sus raíces, sus nichos, sus espejos. Un paso importante para entender el funcionamiento del presidente con deseos de ser Juárez. Además reconoce su genuina vocación social y su oposición a la corrupción. Sin embargo también ve impulsos religiosos y rasgos autoritarios altamente preocupantes, ya que afirma que la tolerancia no es su fuerte.
Sin el afán de ser alarmista, uno de los primeros síntomas de una dictadura se deja ver en la intolerancia, en contra de un intelectual que de manera libre ha señalado los excesos de Obrador, así como lo hizo a lo largo de otros sexenios, en donde evidenciaba corruptelas y actos evidentes de malos manejos a las finanzas públicas.

Ni los más cerrados antecesores, se atrevieron a perseguir a los autores de la cultura mexicana, a los intelectos líderes del país. Pues la publicidad oficial nunca dejó de llegar ni a la revista Proceso, ni a la revista Letras Libres, o a Nexos, otra excelente revista. En resumidas cuentas, se  respetaba la pluralidad y la libertad de expresión.
Ahora, la nueva forma de gobernar, que dedica una o dos horas al subir a predicar conceptos, a solicitar linchamientos, desacreditar figuras opositoras,  a decir verdades parciales o a redundar en su visión de México, bajo la única forma posible, la del nuevo presidente imperial.

El tema no es si se recibe publicidad institucional o no se recibe, el detalle más bien es que el rencor no solo termina ahí, porque si eres crítico de la presidencia de México, serás presa del “chacaleo y la censura”, pues quedó en evidenciada como opera la red Pro AMLO, que su objeto es atacar a sus críticos a través de Twitter o Facebook, ya que te avientan “la caballada” mediante trolls o robot pagados, que son capaces de reenviar hasta 8 mil 500 mensajes casi de manera instantánea. A esto también se le llama censura. Todo esto fue revelado por la académica del ITESO, Rossana Reguillo, que mereció ser catalogada en una “conferencia de prensa mañanera” como “tema del conservadurismo” y su trabajo de investigación fue minimizado por López Obrador.

Por un lado se dice que no habrá más millonadas para los medios de comunicación, pero por otra parte, se destinan fondos para periodistas porristas de la nueva fe política,  para crear espacios en youtube de chayoteros que reproducen los ataques contra quién intente contradecir al jefe supremo de las fuerzas armadas de México.

Tatiana Coluthier, sumándose a los intolerantes, pide la cabeza de Krauze, quien ha señalado de manera puntual los aciertos del partido MORENA en el poder, pero que también ha exhibido todos sus errores, motivo suficiente para que quieran vapulear al intelectual, ya que con sus comentarios y opiniones se ha convertido en un personaje incomodo al sistema.

Si señalar los errores de Andrés Manuel, te expone al linchamiento de las redes manipuladas por fanáticos seguidores pagados encargados de cuidar a AMLO, hemos llegado a un descenso de libertad de expresión en México, en aras de un caudillo personal, impecable y perfecto.

El diario Reforma, La revista Letras Libres, la periodista Denisse Dresser, ya fueron señalados. La lista aumenta y la libertad de prensa decrece. Leo Zuckermann se ha pronunciado a favor de Krauze, quien cataloga estos ataques como una persecución intelectual injustificable.

Letras Libres, no creo que termine o desaparezca, pues nadie  tiene derecho a poner mordaza en México, ni mucho menos a censurar obras intelectuales que no le parecen a la Cuarta Transformación.

Esto que aquí escribo, apreciable lector, no es por el afán de solo estar “tiznando” a López Obrador, pues la prensa libre radica en dar a conocer los aciertos de nuestros gobernantes, pero también de exhibir sus tropelías y corruptelas.



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