Carlos Ramírez.-
Como Maquiavelo
dedicó su opúsculo El Príncipe a Lorenzo de Medici antes de su muerte en 1492
como una forma de actuar como consejero externo sin lograr siquiera un empleo,
el expresidente Carlos Salinas de Gortari convocó la semana pasada al espíritu
de Maquiavelo para asustar a los ingenuos en pleno interregno de gobierno y
soltar algunos consejos para el próximo gobernante mexicano.

En su texto aclaratorio Salinas, de todos modos, dejó
ciertos mensajes al nuevo gobierno morenista sobre la realidad y el cambio y el
papel del gobernante de cambiar ante nuevos escenarios para consolidarse o
aferrarse a sí mismo y confiar en la fortuna y fracasar. El concepto de fortuna
en Maquiavelo contrasta de la racionalidad del poder.
Salinas convocó el peso de la fortuna en Maquiavelo para
señalar que a veces no basta para mantener a los gobernantes ni a los
principados o repúblicas, pero Salinas no citó la referencia del florentino de
que la fortuna “es mujer y es necesario, si se quiere tenerla sumisa,
castigarla y golpearla”.
En su texto aclaratorio, Salinas centró su argumentación en
el dilema fortuna-cambio asumido, citó una frase del Discurso 9 del Libro III
de Discursos sobre la primera década de Tito Livio y la caracterizó como la
“paradoja Maquiavelo”: “si los tiempos y las cosas cambian, el gobernante se
arruina porque no cambia su manera de proceder (…), porque habiendo siempre
prosperado caminando una vía, no puede persuadirse de apartarse a ella”.
No se requiere mucho espíritu maquiavélico --no
maquiaveliano-- para situar la cita en la realidad mexicana: López Obrador
llegó a la presidencia siendo uno y sus comportamientos iguales en el
interregno lo han metido en conflictos con sectores productivos y sociales.
Para reforzar, Salinas hizo otra cita del florentino: “un hombre que no está
acostumbrado a actuar de una manera no cambia nunca y cuando las circunstancias
cambian en sentido contrario a su forma de proceder, inevitablemente fracasa”.
Con dos citas de Maquiavelo Salinas le dio marco histórico
maquiavélico a la crisis de López Obrador en el vacío político de un presidente
electo que no tiene los hilos directos del poder. El Salinas como consejero del
próximo Príncipe aporta una explicación al momento actual: López Obrador
seguirá metido en problemas si insiste en gobernar un
Estado-Principado-República igual a como lo funcionaba como líder de masas en
las plazas.
Salinas se pone como ejemplo, pero en clave positiva: llegó
a la presidencia como candidato del sistema populista de Estado en 1988 y se
encontró con la caída del Muro de Berlín, hecho histórico que lo “obligó a cambiar
y proponer el tratado de Libre Comercio”. A ese giro le llama Salinas, en
lenguaje maquiaveliano, “un golpe de fortuna”. Sin embargo, Salinas enfrentó de
mayo de 1993 a diciembre de 1994 una crisis de sistema y se negó a cambiar su
forma de hacer política. Esa crisis llevó a la disolución del grupo Salinas, a
la alternancia en el 2000 y al arribo de López Obrador a la presidencia en el
2018.
La paradoja Salinas aparece con un expresidente tomando del
brazo al fundador de la filosofía de la praxis para ofrecer consejos
directos/indirectos al nuevo presidente de la república sobre el realismo
político: no se debe confiar en la fortuna, en la buena estrella o en el apoyo
popular, porque lo que cambian no son las circunstancias sino la correlación de
fuerzas sociales. Y a lo largo de sus obras, Maquiavelo hace gala de su
conocimiento de la historia para usar fracasos políticos de gobernantes para
sustentar sus consejos de ejercicio del poder para sobrevivir.
Aunque después de Maquiavelo llegó Marx para decir que la
fortuna es una circunstancia y que el gobernante no debiera caer preso en las
redes de las circunstancias, sino que la función del político revolucionario
consiste en cambiar las circunstancias y en modificar la correlación de fuerzas
sociales y productivas.
De todos modos, Salinas retomó la tesis de Viroli de que la
lectura de El Príncipe debiera comenzar con el capítulo final donde Maquiavelo
pide “un redentor” para expulsar a los bárbaros extranjeros y que toda la obra
adquiere ya otra lectura.
En el fondo, Salinas abrió un debate maquiavélico sobre en
el papel del próximo Príncipe gobernante.
Política para dummies: La política consiste en encontrar
explicación de crisis propias aconsejando a otros.