Carlos Ramírez.-
ACAPULCO. Gro.- En medio de un vacío de líneas estratégicas
de seguridad en México por el gobierno que se va y el gobierno que viene, los
estados y ciudades más afectados tienen que remar con sus propios remos y
definir sin muchos recursos sus líneas de acción.
Ante la inminencia del Tianguis Turístico 2019 en abril
próximo, Guerrero aparece apabullado por noticias de la coyuntura. El apoyo
federal se agotó en el envío de tropas federales, pero sin contar con ningún
mapa estratégico de asentamiento, funcionamiento, relaciones de poder y formas
criminales de las bandas y cárteles.
No es gratuito que el crimen organizado se haya asentado en
zonas clave: turísticas por manejo de dólares y lavado de dinero (Acapulco y
Cancún), de acceso al mercado estadunidense (zonas fronterizas de Chihuahua y
Tamaulipas) y zonas gobernadas por la oposición y con débiles estrategias de
seguridad (Guanajuato).
Rumbo al Tianguis, el gobierno guerrerense de Héctor
Astudillo le ha dado prioridad a una estrategia que consiste en aumentar el
turismo y darle espacio a la sociedad. Las plazas donde el miedo ha llevado a
replegar la actividad económica y la sociedad han sido ocupadas casi en
automático por bandas del crimen organizado.
Un estudio que está realizando el Centro de Estudios
Económicos, Políticos y de Seguridad (CEEPS) y la Agencia de Información
Seguridad y Defensa (seguridadydefensa.mx) ha aportado indicios más precisos de
la delincuencia. Hasta ahora las informaciones se basan en datos del día, en
cifras globales. Un apunte revelador: en Guerrero, por ejemplo, la cifra real
de homicidios es menor porque la cifra oficial que se maneja en medios es la
totalidad y se incluyen los culposos. La cifra real de criminalidad está en los
homicidios dolosos: y ahí la cifra enero-septiembre de este año en Guerrero es
de 1,693, contra los 2,092 totales.
Un recorrido en zonas de Acapulco e Ixtapa-Zihuatanejo
precisa que los homicidios culposos son en mayoría entre bandas criminales por
el control de territorios y los daños al turismo son colaterales, impactantes,
sin duda, pero localizables a tres universos: la captura del Estado o la
ocupación de espacios estratégicos del Estado nacional y sus áreas de seguridad
por intereses del crimen organizado, delincuencia común y cárteles en siembra,
trasiego y promoción del consumo.
La estrategia del gobernador Astudillo ha buscado ocupar los
espacios locales que el gobierno federal prometió consolidar y se ha olvidado:
las áreas sociales del turismo y de la sociedad local. La actividad de los cárteles
y bandas criminales es un asunto de seguridad interior que le corresponde al
gobierno federal por sus recursos, capacidad de fuego y movilización de fuerzas
armadas.
La fragmentación partidista, el papel del PRD 2005-2015 en el
debilitamiento del Estado local por sus complicidades con el crimen organizado
y la ausencia de una estrategia integral del gobierno de la republica no
alcanzan a completar las acciones estatales. Por lo pronto, las oficinas de
turismo estatal tienen datos de ocupación extraordinarias en las temporadas
vacacionales y se preparan para las de fin de año, a pesar de la declinación de
la estrategia federal de seguridad.
El Tianguis Turístico de abril del 2019 le corresponderá al
gobierno de López Obrador y a su ambiciosa Secretaría de Seguridad y Protección
Ciudadana. En teoría, los lineamientos de López Obrador cubren un aspecto
importante: recuperar las zonas territoriales con educación, salud, empleo y
desarrollo social, aunque aún no han aterrizado propuestas concretas.
La percepción de inseguridad está afectando de manera
altísima a zonas marcadas por el crimen organizado. La última encuesta del
INEGI colocó a Ecatepec, Villahermosa, Reynosa, Cancún. Fresnillo y Tapachula
como las más altas en temores, de 90% a 96%, y Acapulco está en 83% sobre una
media nacional de 75%. Estos datos, de acuerdo con el análisis del CEEPS, no
responden a cifras reales sino a las sensaciones de seguridad-inseguridad de la
población, buena parte de ellas producto de la caja de resonancia de los medios.
La clave en Guerrero radica en el cambio de funcionamiento
del gobierno estatal. Del 2005 al 2015 el PRD en la gubernatura rompió con los
mecanismos de control, facilitó las complicidades y llegó al punto de ser el
responsable directo de la entrega de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa
al crimen organizado. El PRD fue derrotado en el 2015 por el PRI, pero dejó muy
fuertes los amarres con la criminalidad.
En este escenario la estrategia de Astudillo de
turismo/sociedad para ocupar espacios territoriales en poder del crimen hasta
ahora ha dado resultados. Pero falta la acción federal estratégica para
destruir bandas y cárteles.
Política para dummies: La política es cómo tratar de vencer
al adversario sin que éste se dé cuenta como va perdiendo.
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