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Santiago Levy presenta libro Esfuerzos mal recompensados

Evento organizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en donde Santiago Levy, vicepresidente de Sectores y Conocimiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mostró en su nuevo libro cómo la combinación de políticas laborales, impositivas y sociales frenan el crecimiento en México. La presentación contó con comentarios de Valeria Moy, directora general de México ¿cómo vamos? y Juan E. Pardinas, director general del IMCO.

Esfuerzos mal recompensados: la elusiva búsqueda de la prosperidad en México es un análisis inédito de datos sobre millones de empresas establecidas en México, basado en los censos económicos de las últimas dos décadas. El estudio identifica los cuellos de botella que ralentizan la economía mexicana, cuyo crecimiento promedió apenas 1.2% entre 1996 y 2015 en términos per cápita, por debajo de sus pares latinoamericanos y muy por detrás de las economías más dinámicas de Asia.

De acuerdo con Levy, “el desempeño de la economía mexicana es una paradoja, pues ningún país de América Latina ha hecho mayores esfuerzos por integrarse a la economía mundial con tan pocos resultados. México ha gestionado su economía prudentemente y ha invertido mucho en educación, pero es una de las economías de menor crecimiento de la región. La pregunta es por qué. Encontramos la respuesta en la microeconomía, en políticas e instituciones que inhiben la productividad e impactan negativamente en cómo interactúan las empresas y los trabajadores”.

El problema de la mala asignación de recursos en la economía mexicana

El argumento principal del libro es que la principal razón del estancamiento de la productividad y, consecuentemente, del magro crecimiento económico de México es la persistente mala asignación de recursos, trabajadores y empresas.

La mala asignación es la manifestación de un fenómeno político y social más profundo que resulta en incentivos perversos para empresas y trabajadores. Cuando hay mala asignación económica, las empresas improductivas sobreviven y las productivas mueren o no crecen. Los trabajadores no se emplean en ocupaciones congruentes con sus habilidades, como el caso paradigmático del ingeniero que es chofer de taxi. Es común que las empresas, particularmente las más pequeñas, aparezcan y desaparezcan sin que haya mejoras en lo que se produce en la economía. Al mismo tiempo, los trabajadores transitan de empleo en empleo sin aprender más o adquirir nuevas habilidades, en especial las que demandan nuevas ocupaciones.

Si no hubiera una mala asignación de recursos en la economía, los mismos individuos con las mismas habilidades y educación, que trabajan la misma cantidad de horas, invierten la misma cantidad de dinero y que tienen acceso a las mismas tecnologías, producirían más y México crecería más rápidamente.

El libro analiza la relación entre el alto grado de informalidad de la economía mexicana y la productividad. El sector informal es mucho más que vendedores ambulantes y microempresas. Abarca a más del 90% de las empresas mexicanas y al 55% del empleo. Las empresas informales son en promedio 50% menos productivas que las formales, pero en un contexto como el mexicano que promueve la mala asignación, ambas sobreviven en el mercado. El libro documenta que, a pesar de muchas reformas, las empresas informales han crecido más que las formales, y capturan una proporción mayor de la inversión y del empleo.

El libro también encuentra que, contrariamente a la creencia común, nada de esto es producto de la falta de educación. La cantidad y la calidad de la educación ha aumentado en México, pero la proliferación de empresas informales deprime los salarios de todos los trabajadores, especialmente de aquellos con más años de escolaridad. Ni tampoco es la mala asignación producto de la falta de infraestructura. De hecho, la informalidad empresarial alrededor de la Ciudad de México –la región del país con la mejor infraestructura y el mayor acceso a servicios financieros- no es diferente que en el resto del país.  

Soluciones de políticas públicas

El libro identifica múltiples razones que explican la mala asignación, agrupadas en torno a políticas públicas que regulan los impuestos, la seguridad social y el trabajo. Estas políticas protegen a los trabajadores de forma muy ineficaz, mientras que gravan al sector más productivo de la economía y subsidian al menos productivo, exactamente lo opuesto de lo que se necesita para crear buenos empleos. Así, los trabajadores pierden doblemente.

El estudio sostiene que la manera más efectiva para aumentar el crecimiento y la productividad, y acrecentar la cohesión social, es reformar las políticas e instituciones que promueven la mala asignación económica. Propone, entre otras medidas, reemplazar la actual cacofonía de programas sociales y de transferencias con un único programa de seguridad social para todos, reemplazar las regulaciones sobre indemnizaciones por despido por un adecuado seguro de desempleo, eliminar las exenciones al impuesto al valor agregado (compensando a los hogares menos pudientes por la pérdida de ingresos), reducir los impuestos a la nómina, y fortalecer la autonomía de las instituciones judiciales encargadas de hacer valer los contratos.

“Se han hecho muchas propuestas para acelerar el crecimiento en México, desde invertir más en infraestructura hasta mejorar la educación”, destacó Levy. “Estas propuestas son positivas, pero como están las cosas, los esfuerzos invertidos en ellas serán mal recompensados. Mientras perduren las instituciones y políticas que generan la mala asignación, México seguirá creciendo lentamente y no podrá crear los empleos productivos que se necesitan para construir un país próspero. Se requiere un cambio de políticas para asegurar que el crecimiento con inclusión social transite de retórica política a resultados medibles”, concluyó.