Ricardo Alemán.-
Se equivoca, de cabo a rabo, quien imagina, supone o cree
que la profesora Elba Esther Gordillo regresara por sus fueros; falla quien
cree que regresará al poder absoluto del magisterio.
Es decir, resulta ingenuo suponer que el Presidente López
permitirá que en su gobierno “crezcan los enanos” y le arrebaten una porción
del poder, por pequeño que resulte ese poder.
Y es que sólo quien no conoce al Presidente López –la historia
muestra que no respeta la palabra empeñada–, puede suponer que es capaz de
compartir la silla principal, el poder en un partido, en un gobierno o puede
convidar el poder a quien hace no muchos años motejaba como el ejemplo vivo de
la mafia del poder.
Y si dudan que el nuevo Presidente mantendrá a raya a la
profesora Gordillo, basta recordar que en ninguna de las dos apariciones
públicas de la otrora poderosa lideresa –ayer lunes y el día que la
exoneraron–, el Presidente López y sus estrategas se llevaron la nota.
La exoneraron cuando AMLO fue declarado presidente electo y
reapareció en medios cuando arrancó la transición, en medio del abrazo entre
Peña y AMLO. Es decir, los presidentes saliente y electo dieron un golpe
mediático mayor al impacto que produjo en medios la reaparición de Gordillo.
Dicho de otro modo, “la profesora” y su familia deberán
entender que la deuda del nuevo gobierno con la ex lideresa ya fue pagada –con
su liberación–, y que de ahora en adelante tanto el SNTE como la CNTE tendrán
líderes a modo con el nuevo gobierno, no serán las viejas dirigencias
sindicales.
Por eso, a nadie debe preocupar el regreso de la profesora
Gordillo –quien a ciencia cierta nunca estuvo en prisión, sino en hospitales y
espacios especiales–, ya que la antaño jefa del magisterio nada podrá hacer
contra la Reforma Educativa.
¿Y por qué –en rigor–, nadie debe temer a la profesora
Gordillo…?
Porque si Peña Nieto fue capaz de quitarla del camino en los
últimos cinco años, el nuevo presidente será capaz de mucho más. Y eso lo sabe
la señora Gordillo.
Lo cuestionable del tema, en todo caso, es la penosa
sumisión de medios, periodistas, intelectuales y críticos del sindicalismo
educativo y de la mismísima señora Gordillo.
¿Cuántos “profundos” reportajes, “sesudos” ensayos y hasta
películas se presentaron contra la mafiosa lideresa del sindicato educativo?
Muy pronto, los medios oficialistas –La Jornada y Proceso–,
harán el trabajo sucio contra la señora Gordillo –como hoy lo hacen contra los
críticos del Presidente López–, y marcarán la línea que hará la diferencia
entre el gobierno de López y la señora Gordillo.
Lo cierto es que la Reforma Educativa –igual que el NAICM–,
será un señuelo engañabobos. Es decir, será sometida a una impostora consulta
popular para justificar otra promesa de campaña incapaz de cumplir.
Y es que la promesa del Presidente López a los empresarios
más influyentes del país es respetar la reforma educativa, respetar el nuevo
aeropuerto, respetar la reforma energética… ¿lo dudan?
Al tiempo.
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