Los yerros de Lopez Obrador: Fernandez Noroña

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Ayer se llevó acabo un Congreso Nacional extraordinario de MORENA. Ahí, su líder nacional, Andrés Manuel López Obrador, hizo en su discurso el análisis de la situación política nacional y perfiló el camino a seguir rumbo a las elecciones presidenciales de 2018.
Reconoció que Delfina Gómez ganó las elecciones para gobernador del Estado de México. Sin embargo y a pesar de ello, su discurso dejó en claro que no harán nada para defender ese triunfo. Planteó muy claramente que seguirán las vías jurisdiccionales, lo cual es lo mismo que decir que han asumido el resultado.
Insistió en el muy importante avance electoral que MORENA tuvo en los pasados comicios de Veracruz, Nayarit y Estado de México. Nadie puede discutirle ese punto. Si el resultado electoral del Estado de México fuese el oficial y no se hubiese perpetrado un fraude en contra de Delfina Gómez, el resultado en sí mismo sería extraordinario. Se habría logrado una hazaña al llegar a la antesala del gobierno del Estado de México. El problema es que se ganó la elección y no se respetó el resultado.
Al burlar la voluntad popular del pueblo del Estado de México, la sensación general es que este escenario se repetirá en 2018. Bajo esa visión, no hay resultado electoral por importante que éste sea, que pueda ser valorado de manera positiva. La imposición de Alfredo del Mazo en el Estado de México genera y fortalece dinámicas que se han promovido desde el poder. Genera la visión de que se haga lo que se haga, el PRI se impone; desalienta por ello a la participación electoral y, promueve un desánimo, matando la esperanza de poder cambiar el rumbo del país ejerciendo el derecho al voto.
Pasar por encima de este problema como si no existiera, convocando a mejorar la organización rumbo a la elección del 2018 y llamando a realizar una alianza electoral con el PT, no es la manera más atinada de preparar las mejores condiciones para la elección presidencial.
Al circunscribir la tarea a realizar a una tarea meramente organizativa, de crear comités en cada sección electoral, donde según el informe sólo falta el 9% de comités por constituir, es una visión simplista. Para demostrarlo basta un ejemplo: en el Estado de México hay constituidos el 85% de comités de MORENA en secciones electorales y se cubrió solamente el 70% de las casillas, en el pasado proceso electoral.
Proponer una salida organizativa a un problema político, consistente en la nula voluntad del poder de respetar el voto del pueblo de México, fortalece la visión de que nosotros tenemos la culpa de no detener el fraude electoral, por no contar con la organización suficiente para acreditar nuestro triunfo. En el Estado de México se acreditó el triunfo de Delfina Gómez y se demostraron las múltiples trapacerías y a pesar de ello, la imposición de Alfredo del Mazo es un hecho.
Por otra parte, si la propuesta para derrotar al fraude es ganar con una muy amplia ventaja electoral, es absolutamente equivocado circunscribir las alianzas electorales sólo al PT. Al aceptar implícitamente este argumento, que desde mi punto de vista es errado, se fortalece la crítica de que debería buscarse la alianza con el PRD y con MC.
Nadie tiene que convencerme de que PRD y MC han decidido sumarse a la derecha, para evitar el triunfo de un candidato de izquierda en los próximos comicios presidenciales. Simplemente asevero, que si la fórmula para derrotar al fraude fuese un muy amplio margen de votos que sostengan el triunfo electoral, el pragmatismo de buscar esta alianza estaría más que justificado. Además que la unidad se construiría haciendo política y no haciendo llamados a sumarse, sin condición alguna, como si un favor se le estuviese haciendo a quien se sumara a la candidatura de MORENA.
A mi me parece que después de las experiencias de 1988, de 2006 y de 2012, lo que López Obrador y MORENA no quieren aceptar, es que la vía electoral rumbo a la presidencia está cerrada y que es necesario abrirla.
En este marco, ni siquiera cuestiono el hecho de que MORENA asuma la imposición del gobernador priísta del Estado de México, lo que critico es la posición que pretende hacer como que el problema político del fraude no existe y que éste, puede simplemente ser derrotado con muchos votos.
Lo que critico es la creencia ingenua de que asumiendo el resultado del Estado de México y siguiendo adelante como si nada hubiese pasado, las cosas cambiarán en 2018 y que finalmente, la oligarquía permitirá el ascenso de un hombre de izquierda a la presidencia de la República.
Me parece profundamente incorrecto que en su discurso de ayer, López Obrador sostenga que el pueblo de México tiene la palabra en 2018: votar por un cambio o decidir la permanencia del régimen. El pueblo del Estado de México votó por un cambio, hizo lo que López Obrador y MORENA le pidieron: votar. La pregunta de la gente en el Estado de México era: vamos a ganar, pero ¿Qué se hará sí se realiza un fraude electoral? La respuesta sigue en el aire.
López Obrador y MORENA no quieren entender que hagan lo que hagan, serán defenestrados, avasallados, tergiversados en los medios de comunicación y que la campaña de mentiras en su contra se acentuará. Continúan haciendo caso omiso a la regla para la izquierda en las elecciones presidenciales que es: "Si pierdes, pierdes y, si ganas, pierdes". Pretenden no darse cuenta de que el sistema político mexicano nos asigna un simple papel de comparsas electorales.
Reitero que mi posición no es abandonar la vía electoral, sino abrirla. Para ello, se requiere de una rebelión no violenta de nuestro pueblo antes de la elección presidencial de 2018. No debemos esperar a que nos vuelvan a hacer fraude para movilizarnos, pues una vez que éste se ha decidido, nada moverá al poder a cambiar su determinación como se ha demostrado en 1988, en 2006 y en 2012 y, recién lo estamos volviendo a vivir en el Estado de México.
Yo estoy convencido que el camino es la desobediencia civil, pero López Obrador y MORENA pueden decidir la vía que consideren más adecuada. Lo que no deben hacer es obviar el problema.
Deberíamos obligar a Enrique Peña Nieto a renunciar. Los agravios en contra de nuestro pueblo son más que suficientes para exigir su salida.
Para no ir más lejos, el propio fraude electoral en el Estado de México que agravia, no sólo a Delfina Gómez y a MORENA, no sólo al pueblo del Estado de México, sino al pueblo de México todo, sería razón más que suficiente. Pero si pensamos en el gasolinazo de enero pasado, en el remate del patrimonio nacional, en el baño de sangre, en la brutal injusticia social, en la corrupción y en la impunidad, en la desaparición forzada de los 43 normalistas, y en un largo etc., razones sobran para exigir su salida.
Claro, abrir esta batalla política implica poner en riesgo la candidatura presidencial y la posibilidad de ser elegido en el 2018. Pero no abrir esta batalla política implica asumir que en el 2018 te harán fraude y que te lo aguantarás.
Estoy convencido, que en el peor escenario posible, la imposición de Alfredo del Mazo en el Estado de México, debe ser el último fraude electoral que se efectúe en nuestro país. Dejarlo pasar significa que habrán muchos más.
No tengo duda de que el actual régimen político está derrotado. Sus días están contados. La única fuerza que tiene, sin ser menor, es la represión y la manipulación vía los medios de comunicación. Pero su agonía puede ser muy larga, si nos equivocamos en la manera de enfrentar este periodo final del régimen, que por serlo, es un periodo altamente peligroso.
Así las cosas, yo seguiré mi peregrinar por el país, construyendo una candidatura independiente de izquierda a la presidencia de la República y convocando desde ella, a la rebelión no violenta de nuestro pueblo. No veo otro camino para impulsar una profunda transformación de nuestra patria, en beneficio de la gente.
"El pueblo tiene derecho a vivir y a ser feliz".
Gerardo Fernandez Noroña.
México D.F. a 12 de junio de 2017.