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Flavio, mercenario enemigo de la prensa y la educación


DETRÁS DE LA NOTICIA
Alfredo Martínez de Aguilar



Con el ataque a la comunidad de la Universidad Anáhuac, una vez más, se confirma que el mercenario dirigente de Comuna, Flavio Sosa Villavicencio, es enemigo de la educación.
No solo es enemigo de la educación Flavio, saltimbanqui ex perredista, ex panista-foxista, ahora lopezobradorista, sino también su nuevo partido, el Movimiento de Regeneración Nacional.
Flavio y Morena son, también, enemigos de la prensa y de los periodistas, como lo prueba, otra vez, la agresión contra el fotoreportero Hugo Velasco, en la toma de la Universidad Anáhuac.
A los dos, a Flavio y al Movimiento de Regeneración Nacional, no importa que se trate de instituciones de educación pública o privada. Le da igual atentar y destruir a una u otra.
Así lo han hecho desde hace muchos años en complicidad con los activistas y milicianos de la Sección XXII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Don Flavio, mote de capo, según lo bautizó el secretario de Gobernación de Vicente Fox, Carlos Abascal, es un mercenario izquierdoso, cómplice del capitalismo y del imperialismo yanqui.
Sus acciones subversivas camufladas de izquierdismo así lo demuestran. Flavio utiliza a los pobres como carne de cañón, mientras el se enriquece a más no poder a manos llenas.
Ésta es la principal razón por la que el dirigente de Comuna, Flavio Sosa Villavicencio, odia a la prensa y a los periodistas. Le indigna y enloquece que se le exhiba como hipócrita farsante.
La poderosa razón que lo demuestra es muy simple y sencilla. A nadie más conviene que el pueblo de Oaxaca y de México todo no se instruya, menos se eduque, que al imperio del Norte.
El imperialismo capitalista solo busca tener consumidores cautivos en masa, no seres humanos pensantes, y para ello qué mejor que permanezcan en la ignorancia que genera miseria.
No deja de llamar la atención que, a pesar que el ex gobernador José Murat le enriqueció a cambio de servirle, para legitimar democráticamente su gobierno, hoy le muerda la mano.
Casi ningún oaxaqueño ignora que la intensa gestión para establecer la Universidad Anáhuac en Oaxaca es un legado de Lupita Hinojosa, firmemente apoyada por el entonces gobernador.
Menos lo desconoce Don Flavio, quien hoy por hoy presiona con la amenaza de recuperar los terrenos de la Universidad Anáhuac, para chantajear al gobierno de Alejandro Murat Hinojosa.
Mercenario como es el dirigente de Comuna, nada de extraño tendría que actualmente esté al servicio de los enemigos y adversarios políticos de José y Alejandro Murat y chantajee a éstos.
Porque no es nada casual que la mano negra que mece la cuna de la violencia en Oaxaca insista en utilizar a la Sección XXII de la CNTE en contra del PRI-gobierno, por tanto, de los Murat.
Maestros de la Sección XXII de la CNTE pidieron nuevamente “de dientes para afuera” castigo para Ulises Ruiz, a quien culpan del desalojo del plantón ocurrido el 14 de junio de 2006.
Sin embargo, en una acción evidentemente concertada, mientras Flavio lanzaba a los activistas de Comuna contra la Anáhuac, la CNTE vandalizó las instalaciones del PRI durante su marcha.
Los activistas y milicianos de la Sección XXII de la CNTE marcharon para conmemorar 11 años del fallido desalojo del plantón magisterial en el zócalo, durante el conflicto de 2006.
La marcha magisterial, que partió del crucero de Trinidad de Viguera hacia el centro de la ciudad, provocó terrible caos vehicular al obstruir el tránsito sobre la carretera federal 190.
Genaro Martínez, secretario de Organización, pidió la aplicación de justicia y el esclarecimiento del fallecimiento de supuestamente 20 personas, quienes participaron en el movimiento magisterial, durante el sexenio del exgobernador Ulises Ruiz Ortiz.
Durante la marcha personas encapuchadas realizaron pintas en las instalaciones del Partido de Revolucionario Institucional (PRI) ubicadas en la agencia municipal de Santa Rosa Panzacola.
El 28 de mayo escribimos que, los grupos radicales de izquierda, públicos y clandestinos, y las organizaciones sociales mercenarias que les coberturan, han puesto en marcha una estrategia para incendiar a México
El objetivo es muy claro: intentar crear las condiciones objetivas y subjetivas para tomar por asalto el poder en 2018 e imponer a Manuel Andrés López Obrador como presidente.
Nada mejor para conseguirlo que crear focos subversivos -muchos Vietnam- a lo largo y ancho
del territorio nacional, de costa a costa y de frontera a frontera, para incendiar el país.
Oaxaca, ciudad capital y estado, no es la excepción. Nada de extraño tiene, por tanto, que reaparezca de manera virulenta el ex presidiario vocero de la APPO y dirigente de Comuna.
Su mano negra que mece la cuna de la violencia político-social aparece en San Agustín de las Juntas, en San Raymundo Jalpan, Santo Domingo Yosoñama o Zimatlán de Lázaro Cárdenas.
Prueba de ello, uno de los acuerdos de la Asamblea Estatal Mixta de la Sección XXII de la CNTE, fue reactivar los 37 delegados de la APPO, organización que apoyó a la CNTE en 2006.
¡Cómo olvidar que Flavio Sosa, fue uno de los principales pirómanos que incendiaron la capital oaxaqueña, cuando Ulises Ruiz dejó de dar 400 millones anuales a 250 organizaciones!
Con expediente en mano y conocimiento de su negro historial subversivo, el ex secretario de Gobernación de Fox, Carlos María Abascal, exhibió en 2006 como jefe mafioso a "Don Flavio".
No es nada casual que Flavio Sosa Villavicencio azuce la violencia en San Raymundo Jalpan. El pretexto es desconocer la resolución de la Sala Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación e imponer al presidente municipal depuesto, Olegario Luis Benítez.
Seguidores del ex munícipe, azuzados por Flavio Sosa reanudaron la violencia en esa comunidad y tomaron el Palacio Municipal, lo que dejó como saldo media decena de heridos.
Flavio Sosa y otros líderes sociales que alientan la revuelta incitan a la comunidad a recuperar los terrenos que albergan al Congreso del Estado, al CRIT y a la Universidad Anáhuac.
Las presiones y chantajes de Comuna, con este último pretexto, sirven a Flavio Sosa Villavicencio para seguir enriqueciéndose, utilizando a los pobres como carne de cañón.
Así lo hizo en San Agustín de las Juntas al demandar 77 millones de pesos por terrenos ocupados por las instalaciones del Aeropuerto Internacional de Santa Cruz Xoxocotlán.
Este jugoso negocio dejó una ganancia de 5 millones de pesos a Flavio Sosa Villavicencio de los que despojó a los ejidatarios y comuneros, por la asesoría que les dio, a través de Comuna.
Las mismas presiones y chantajes utiliza contra el Hospital de Especialidades y de la Niñez, así como contra las instalaciones del COESIDA, asentados en tierras de San Bartolo Coyotepec.
Al dirigente de Comuna, Flavio Sosa Villavicencio, urge obtener dinero fácil para invertir en la campaña presidencial de López Obrador y comprar la senaduría de Morena por Oaxaca.
Para fortalecer nuestro dicho precisamos en columnas anteriores que uno de los principales acuerdos de la Asamblea Estatal Mixta de la Sección XXII de la CNTE, fue reactivar los 37 delegados de la APPO, organización que les apoyó en 2006.
Esa concatenación de acciones concertadas evidencia de manera pública y notoria la existencia de un plan debidamente preconcebido para agitar, subvertir e insistir en provocar ingobernabilidad en Oaxaca.
Para lograrlo, qué mejor que incendiar los municipios con conflictos postelectorales, como San Raymundo Jalpan y Santa María Xadani o bien, el conflicto agrario entre San Sebastián Nopalera y Zimatlán de Lázaro Cárdenas.
Los hechos no mienten y a éstos nos remitimos. Para mantener vivo el fuego del conflicto postelectoral en Jalpan, Flavio Sosa y Comuna, iniciaron la lotificación de predios de propiedad privada anexos a la Universidad Anáhuac y el Congreso del Estado.

alfredo_daguilar@hotmail.com 
director@revista-mujeres.com
@efektoaguila