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FOTO: INTERNET |
Carlos Ramírez.-
Como los funcionarios parten del principio del derecho de
que todo lo que no esté prohibido expresamente por las leyes sí está permitido,
los márgenes para el espionaje político son producto de la falta de regulación
legal y enfatizan la necesidad de tener cuando menos cuatro leyes fundamentales
para la acción clandestina del Estado: la de seguridad interior, la de
inteligencia, la de espionaje y la de seguridad nacional.
Las leyes claras son la diferencia entre las tareas propias
del Estado en materia de inteligencia como parte de la seguridad nacional
interna y externa y el burdo espionaje. Sin esas leyes, el gobierno puede
justificar en términos de Estado cualquier intrusión en la vida de los
ciudadanos. Con esas leyes, la ciudadanía tendría las formas de acotar, vigilar
y sobre todo castigar el uso del aparato público para indagar como acción
política la vida privada de ciudadanos.
Lo que hasta ahora no se ha resuelto en México es la
diferenciación entre el Estado de derechos humanos y el Estado de seguridad
nacional. Los dos son compatibles, pero siempre y cuando haya instrumentos
legales para definir su existencia legal.
Las quejas por el uso de virus especiales para intervenir
teléfonos de periodistas críticos debieran llevar a un debate político institucional
y no quedarse en reacciones individuales. De nueva cuenta el espionaje político
obliga al país a redefinir el marco jurídico para el funcionamiento del Estado
de seguridad nacional. Un Estado sin aparato de inteligencia y seguridad
nacional profesional, regulado y sobre todo legalizado es un Estado vulnerable
o un Estado que construirá con pragmatismo, disfuncionalidad e ilegal su
aparato de vigilancia interna y externa.
La disminución de la legitimidad del partido en el poder, la
existencia de un Estado profundo priísta que ha limitado los alcances de la
alternancia partidista en instancias superiores de gobierno y la audacia sobre
todo del crimen organizado para meterse en las estructuras del gobierno y de
los medios revela la inevitabilidad de una estructura de inteligencia acotada
por leyes claras.
Un caso quedó en el limbo periodístico. En abril del 2010 el
capo Ismael El Mayo Zambada --el principal estratega de Joaquín El Chapo
Guzmán-- contactó al director de Proceso, Julio Scherer García. Pero lo que
debió de haber sido una entrevista de confrontación con el jefe de una
organización delictiva, se redujo a un mero publirreportaje favorable al jefe
narco. La fotografía de portada de la revista mostró el brazo protector del
criminal sobre los hombros del periodista. Esa entrevista, desde el punto de
vista de la seguridad política del Estado, fue una falla garrafal de los
servicios de inteligencia y espionaje.
El Estado tiene el derecho de crear sus organismos de acopio
de información de inteligencia, pero debe hacerlo dentro de un marco jurídico
que vigile los abusos y castigue a los funcionarios que rebasen líneas que
deben quedar marcadas con claridad. Un Estado sin servicios de inteligencia y
seguridad nacional definidos por leyes específicas es un Estado a merced de
grupos delincuenciales que penetran las estructuras del propio Estado.
Las revelaciones infladas del The New York Times sobre el
espionaje a críticos --que no disidentes-- debe llevar al diseño de un marco
legal del Estado mexicano de seguridad nacional en materia de seguridad
interior, inteligencia y espionaje, o será un nuevo escándalo mediático que
durará horas.
Política para dummies: La política es la habilidad para aprovechar los huecos de la institucionalidad para violar las leyes y las reglas con impunidad… y legalidad.
Sólo para sus ojos:
- La reunión de la Comisión Permanente del PAN no resolvió los problemas de funcionalidad del proceso de definición del candidato presidencial del PAN; el dirigente Ricardo Anaya ganó al evitar su renuncia por la parcialidad en el manejo de su cargo para imponer su candidatura, pero perdió porque ya dejó claro que hará hasta lo imposible para manipular al PAN y agandallarse la candidatura.
- En los EE.UU. Donald Trump acaba de revelar que su teléfono ha sido hackeado y que la información ha sido distribuida entre medios adversos a su presidencia, sobre todo The New York Times.
- En cuanto a información, fue importante el anuncio de un frente amplio opositor para las presidenciales del 2018, pero en la realidad se ve imposible por la existencia de egos intransitables en PAN y PRD.
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