“El populismo es el camino de la autodestrucción de la
democracia”. Mario Vargas Llosa
Si bien es cierto que en Democracia
la elección de la mayoría impera sobre una minoría, pues, “en teoría” el sentir
de los primeros impera sobre los segundos. Un fenómeno presente en comicios, es
aquel donde las voces se unifican en una que defienda el sentir colectivo que
por años se encuentra enclaustrado y que encuentra oportuno eco en el periodo
electoral, donde los candidatos adoptan esta bandera de empatía Política con la
sociedad.
Y es que víctimas de este
paternalismo histórico que arrastramos, encontramos en los candidatos una
potencial solución a los problemas que como individuos no manifestamos –el ejercicio de ciudadanía- que es de
donde se nutre el populismo motivado este por un voto.
¿Qué si el ejercicio del voto es la máxima
cristalización de los derechos políticos-electorales? ¡Bah! Será así cuando,
como decía Platón en sus Diálogos: “…un
hombre sólo puede pensar en la ascensión a la virtud mientras tenga satisfechas
sus necesidades básicas.” que en nuestro Estado está bastante alejado de la
realidad pues el ejercicio del sufragio mayoritariamente no es motivado por un acto
de conciencia sino de hambre y que por otra parte como decía Rene Descartes en
el político y el científico: “…La clase Política no se limite a gobernar para
la voraz clase Burguesa…”.
Este
argumento es el porqué del título de la columna –cómplice lector-, pues hoy en día para legitimarse hay que hacer
uso del valioso populismo para apaciguar todas las causas insatisfechas, así
como las banderas caídas que encuentran plataforma en el alentador discurso que
promete impulsarlas. Ejemplos de estos escenarios, hago alusión a nivel País,
donde la prometedora transición dejo mucho que desear pues se entendió que al
igual que en Oaxaca la idea de legitimarse en el poder con la intención
primordial de eliminar al “villano” de la historia Política, paso de ser una desgracia ajena para
convertirse en propia –lo cual no
esperaban- y es que el espíritu de las coaliciones debe ser; legitimarse en
el poder con una causa en común, ¿pero cuando se ha visto que el agua y el
aceite se mezclen? Ni se verá ¡Ah qué caras, ingobernables y dañinas han salido
las coaliciones!
Pienso, siento y creo que ya hemos
vivido las consecuencias de la prometedora transición Nacional y vivimos la
terrible realidad de la alternancia Estatal, para detonar el potencial con el que
cuenta Oaxaca debe contemplarse la bondadosa distribución geográfica de cada una
de las ocho regiones del Estado para asi, retomar la vocación económica de ellas, de la
mano de un plan de acción gubernamental sensato donde los ejecutores de este
sean actores políticos profesionales, éticos y morales dejando atrás la
herramienta sofistas del populismo y valiéndose de la Política como una
herramienta de construcción. A menos en esta ocasión esta es mi reflexión.
@DanielDahlhaus
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