Monte Albán, el pasado que aún vive

Oaxaca de Juárez, Oaxaca, 23 de abril de 2017.- La fundación de la ciudad de Oaxaca de Juárez en el año de 1532 y su nombramiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1987, no se puede visualizar sin la presencia de la cultura zapoteca y su centro ceremonial más importante en la entidad: Monte Albán.
Monte Albán Oaxaca
El año 1932 fue la época que marcó un antes y un después en la vida de quienes vivían en la ciudad de Oaxaca de Juárez, pues fue cuando las autoridades estatales realizaron tareas de integración y mejoramiento social de la población.
En ese periodo, sucedieron una serie de acciones y actividades que estuvieron orientadas a la integración de los rasgos culturales de la entidad, primero el 9 de enero de 1932, Alfonso Caso Andrade descubrió la Tumba 7 de la zona arqueológica de Monte Albán, y el 25 de abril de 1932, el Gobierno del Estado, realizó el Primer Homenaje Racial, con motivo del IV Centenario de la fundación de la ciudad.
De acuerdo con el Maestro en Antropología Social, Gonzalo Alejandro Sánchez Santiago en el libro “Oaxaca 1932”, las actividades del IV Centenario de la celebración de la ciudad, estuvieron enmarcadas con el Homenaje Racial, antecedente directo de la Guelaguetza y con uno de los descubrimientos más relevantes de la arqueología mexicana: la Tumba 7 de Monte Albán.
Estos dos acontecimientos pusieron a la entidad en los reflectores de todo el mundo, pues se enmarcaron y resaltaron los aspectos culturales e indígenas del estado, con lo que se buscó sensibilizar sobre estos hallazgos y adecuarlos a la modernidad de esa década.
Monte Albán, el pasado que aún vive
En 1931 dio inicio el Proyecto Monte Albán, cuyos objetivos principales eran documentar con detalle el sistema de escritura zapoteca, el calendario, el estudio arquitectónico de los monumentos y estudiar la cerámica; asimismo, demostrar que a la llegada de los españoles había otras culturas además de la maya y la azteca.
Datos del libro “Oaxaca 1932”  detallan que la ocupación humana en el Valle de Oaxaca tiene una antigüedad de más de 11 mil años. A partir de los hallazgos arqueológicos, los especialistas han propuesto cuatro etapas de la historia antigua, dando inicio con la etapa de los cazadores-recolectores, las aldeas, los centros urbanos o ciudades y finalmente la etapa de los cacicazgos o ciudades-estado.
Alrededor del año 500 antes de nuestra era, dio inicio la etapa urbana con la fundación de Monte Albán, la cual implicó una fuerte inversión en recursos humanos ya que la cumbre del cerro tuvo que ser modificada para la traza de la ciudad y la construcción de los primeros edificios.
Los conocimientos astronómicos y arquitectónicos fueron reconocidos y apreciados por otros grupos como los teotihuacanos, quienes desde el Preclásico Tardío tenían contacto con un grupo de zapotecos que habitaba en un barrio que actualmente se conoce como Barrio Zapoteco o Tlailotlacan, en las afueras de Teotihuacán.
Entre los años 100 y 200 después de Cristo, hubo una restructuración del plano urbano en Teotihuacán, en los cuales los nuevos elementos estuvieron basados en la experiencia previa que los zapotecos tuvieron al diseñar la traza de Monte Albán.
Este centro ceremonial ejerció por más de un milenio influencia en toda el área cultural de Oaxaca, lo que lo convierte en un ejemplo claro centro ceremonial precolombino en la zona central del México actual.
55 años después de su descubrimiento, en el año 1987 la UNESCO declaró al sitio Patrimonio de la Humanidad, que junto con la ciudad de Oaxaca de Juárez, las convierten en dos joyas auténticas del patrimonio histórico y cultural.
Mientras que el centro histórico de Oaxaca es un ejemplo perfecto de ciudad colonial del siglo XVI. Su patrimonio monumental es uno de los conjuntos más ricos y coherentes de arquitectura civil y religiosa del continente americano.

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