El miedo es una emoción que todo ser humano ha experimentado, sentir miedo es algo normal; algunas personas lo aprovechan como incentivo para enfrentar aquellas cosas y/o situaciones que le provocan temor. El problema es para aquellas personas a quienes el miedo se ha convertido en el principal obstáculo para vivir. A continuación un miembro del Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos nos comparte su experiencia de vida en relación a los:
MIEDOS
Siendo niño recuerdo que una mañana comencé a hojear un libro de mi hermana, me interesaba ver las estampas, pero al comenzar a hojearlo, de repente encontré en una parte del libro un tema que trataba acerca de las enfermedades de la piel. Cuando comencé a leer cuales eran los síntomas que caracterizaban a esas enfermedades, sentí miedo; rápidamente lo cerré, y sintiendo una gran preocupación me quedé pensado que yo pudiera padecer esa enfermedad. Así experimenté la primer sensación de miedo, posteriormente comencé a tener pesadillas, me atormentaba que estas se pudieran hacer realidad.
En la escuela sentía mucho miedo cuando subía a la segunda planta y veía hacia abajo, me daba temor pensar que me ganara el impulso de arrojarme al vacío. De repente sentía miedo, sin saber exactamente a qué, me sudaban las manos, mi piel la veía amarillenta, me latía fuertemente el corazón, pensaba que me iba a dar un paro cardiaco. Las veces en que el maestro preguntaba algo de lo que ya había hablado durante su clase, yo me sentía nervioso, tartamudeaba, sentía temor de pasar al frente de mis compañeros a exponer la tarea, pensaba que mis compañeros me criticaban y se me olvidaba lo que pensaba decir.
En el aspecto personal, siempre sentía miedo de hablarle a alguna chica para pedirle que fuera mi novia, porque tenía temor al rechazo, pensaba que ella les podría comentar a otras personas que yo la pretendía pero que ella me había rechazado, imaginaba que se burlarían de mí, y no quería que eso ocurriera. Cuando salía a la calle, me sentía observado por todas las personas, no quería encontrarme con nadie porque me resultaba incómodo tener que dirigirles la palabra. Sentía miedo a la vida, pensaba que era muy difícil vivir. Siempre estos temores estuvieron en todos los aspectos de mi vida; en el trabajo siempre me sentí inseguro, de igual forma cuando viajaba, temía que fuera a ocurrir un accidente, incluso tenía miedo a morir, por lo que llegó el momento en que ya no quería salir de mi casa, por miedo.
Creía que me sentía más seguro estando encerrado en mi cuarto, lejos del ajetreo de la calle y de la gente. Empecé a padecer de algunas enfermedades como resfriados frecuentes, problemas estomacales. A veces me latía tan fuertemente el corazón, que temía que un día pudiera sufrir un infarto. Fue así como llegué al Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos, y ahí conocí a personas que habían padecido de síntomas como los que por tantos años me habían aquejado. A través de la terapia de recuperación que ahí se ofrece, empecé a superar todos esos miedos y padecimientos que sentía, actualmente soy una persona que ha dejado de tener miedo a la vida, puedo relacionarme con todas las personas, cumplir con mi trabajo, y ser feliz.
Anónimo.
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