Carlos Ramírez
El asesinato de Luis Donaldo
Colosio truncó la configuración de un movimiento similar al de la Corriente
Democrática de 1987-1988, estableció la prioridad a cualquier precio del modelo
económico por encima de la democracia y será el marco de referencia del 2018.
Colosio sí había pactado con
Manuel Camacho Solís apoyo a cambio de la Secretaria de Gobernación para
instrumentar una reforma política, o, como le llamaba Colosio: la reforma del
poder. De haber sido la política la prioridad de Salinas, entonces hubiera
escogido desde el principio a Camacho.
La reforma democrática fue el
común denominador en los asesinatos de Colosio y José Francisco Ruiz Massieu.
Antes de su asesinato, Ruiz Massieu filtró su objetivo: secretario de
Gobernación de Zedillo para hacer la transición democrática sacrificando el
neoliberalismo; Zedillo profundizó el modelo neoliberal salinista, no
democratizó al país y sólo aceptó la derrota del PRI sabiendo que Fox no
variaría el modelo económico neoliberal; la alternancia sin transición
desestabilizó más al país.
Ante la prioridad económica y
del modelo neoliberal de una élite tecnocrática, la reforma democrática en la
sucesión presidencial de 1994 significaba el fin del salinismo. Al escoger
sucesor Salinas tenía el objetivo de la continuidad, pero con tres condiciones
estrictas: continuidad personal, de proyecto y de grupo.
Camacho representaba el
demonio político en el salinismo: en reuniones de gabinete chocaron siempre el
grupo de Joseph-Marie Córdoba Montoya --Zedillo y todo el gabinete salinista--
con un Camacho sin grupo. Córdoba había sido el brazo económico de Salinas y
Camacho el brazo político estabilizador. Pero a la hora de la sucesión el
conflicto Córdoba-Camacho llegó a la ruptura porque Córdoba bloqueó a Camacho
con una frase que caló en el subconsciente de Salinas: “Salinas es más
camachista que Camacho es salinista”.
Por eso la furia de Salinas
al saber del pacto Colosio-Camacho y los intentos que sí existieron para
quitarle la candidatura presidencial al comenzar marzo. Una semana antes del
asesinato, Colosio se reunió con varios columnistas en casa de Raúl Cremoux y
ahí --como lo hicieron público Miguel Angel Granados Chapa, José Agustín Ortiz
Pinchetti y el autor de Indicador Político-- Colosio nos dijo una frase amarga:
“soy víctima de las perversidades del sistema”; ante la insistencia de Granados
para identificar autores de esas perversidades, Colosio sólo hizo un gesto con
la mano señalando hacia arriba con el pulgar: la autoridad máxima política era
Salinas.
El 22 de marzo Camacho
finalmente mostró el resultado de su acuerdo con Colosio y anunció públicamente
que negaba cualquier intento de ser candidato independiente y se sumaba a
Colosio. La mañana del 23 Colosio le llamó a Camacho para leerle el elogioso boletín
de prensa en el que el candidato reconocía la decisión de Camacho; al terminar
la lectura, Camacho dijo: “bájale contenido (elogios) porque si no nos van a
romper la madre a ti y a mí”. Horas más tarde, Colosio fue abatido por un
asesino en Lomas Taurinas,
La primera versión de la
investigación por fiscales avalados por la viuda de Colosio determinó el
asesinato como una “acción concertada”, un asesinato planeado; Salinas
destituyó a ese grupo y puso al propio para probar como consigna el crimen de
un asesino solitario.
El PRI se olvidó del Colosio
real y de su proyecto político y social. Y desde 1988 quedó claro que la
prioridad en las sucesiones presidenciales priístas es el modelo neoliberal
salinista.
Política para dummies: La política debe ser la vigencia de la memoria por encima de los compromisos del poder.
Sólo para sus ojos:
Recuerde: todos los días de 1
a 2 de la tarde el programa “La Agenda” con Carlos Ramírez y Roberto Vizcaíno
en Radio Éxtasis 1530 de AM o vía Internet a través de http://extasisdigital.mx
o en la aplicación Tune In.
Ante los coqueteos de
empresarios y banqueros con López Obrador, el gobierno de Peña Nieto tituló la
convención anual de banqueros con el dilema: populismo o liberalismo. Pero los
primeros discursos se olvidaron que el problema con el populismo es más que
ideológico: el aumento de la pobreza por el liberalismo económico.
Tamaulipas será la prueba
porque el gobierno panista terminará con la presencia de militares en
seguridad, pero sin tener policías preparados para combatir a los delincuentes.
Y lo peor es que los panistas tamaulipecos no quieren a militares en una cresta
de aumento de la criminalidad.
Guerra sucia dentro de Morena
por la candidatura a jefe de gobierno de la Ciudad de México. La lucha ya
rebasó a López Obrador.
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