Ramón Alberto Garza.- Hasta hace unos días lamentábamos los recurrentes e increíbles denuncias de corrupción, pero sobre todo la impunidad con la que se manejan. Cuatro gobernadores en fuga, el misterioso ocultamiento del mexicano sobornado en el caso Odebrecht, partidos políticos contra la pared, constructoras de autopistas públicas que les son escrituradas ad perpetuam, funcionarios y policías cooptados por el crimen organizado. Pero de súbito, como si viviéramos una racha de suerte, detienen a dos gobernadores y se revela el nomb…