Carlos Ramírez
INDICADOR POLÍTICO
Ante los indicios de qué el confinamiento antipandémico
iba a generar mayores presiones sobre las clases bajas en Estados Unidos, el
gobierno del presidente Biden aprobó varios paquetes de ayuda y subsidios
directos a la población de abajo y a la vuelta de un año lograr la disminución
de casi veinte millones de pobres respecto a 2018, una baja de casi 45%.
El principal dilema de los gobiernos ante la recesión
forzada por la pandemia fue optar entre el equilibrio macroeconómico con
restricciones de gastos y efectos negativos en los sectores sociales bajos o
decidir subsidios extraordinarios para contener el desempleo, la marginación y
el empobrecimiento masivo.
No es la primera vez que los gobiernos enfrentan dilemas
de tal naturaleza. En la crisis de corporaciones financieras del 2008-2009,
hasta el Fondo Monetario Internacional permitió el aflojamiento de las metas
estrictas de déficit presupuestal y endeudamiento público, a fin de que los
gobiernos pudieran financiar la salida de la crisis por la vía de la demanda
subsidiada.
Hoy Estados Unidos ha puesto en marcha con eficacia
programas de demanda subsidiada. En su reporte de los efectos sociales de la
política económica ante pandemia, publicado el pasado 28 de julio, el periódico
The New York Times aportó cifras sobre la disminución de la tasa de pobreza,
con efectos sobresalientes en los sectores hispano, asiático, blanco y
afroamericano. Los costos fiscales de los programas se endosaron a la
inflación, el déficit presupuestal y la deuda pública, aunque con la certeza de
que había que salvar primero a los pobres.
La estrategia de demanda subsidiada de Biden se basó en
la entrega de pagos mensuales específicos y extraordinarios a la mayoría de las
familias con niños y a las comunidades sobre todo afroamericanas con
dificultades en el ingreso y el empleo. Pocos países siguieron los pasos
audaces de la Casa Blanca y todos ellos vieron aumentar de manera espectacular
y negativa sus cifras de marginados, empobrecidos y desempleados sin
expectativas de recuperación en los próximos de tres a cinco años.
El efecto adicional de los programas de apoyo a
marginados se verá en las relaciones sociales de raza, pues, señala el diario
neoyorquino, la pobreza afecta a grupos raciales y étnicos afroamericanos y
latinos que ampliaban su brecha de marginación respecto a las comunidades
blancas. Y en Estados Unidos la desigualdad racial de modo natural tiene
efectos en los padecimientos de inseguridad y violencia.
La clave del paquete de ayuda social estadounidense
radicó en el aumento de ingresos temporales a las familias marginadas para
incrementar las posibilidades de crecimiento de la economía estadounidense en
general, logrando que el hoyo recesivo por el confinamiento fuera menor.
Mientras en EU el PIB de 2020 fue de -3.5%, en países como México en que no hubo
apoyo a la planta productiva y el empleo el PIB en 2020 cayó -8.5% y el
esfuerzo de reactivación para intentar estabilizarlo perdido tardará como
mínimo cuatro años y aún así la recuperación del ritmo de bienestar social
habrá perdido cuando menos diez años de ventaja. Datos del CONEVAL señalan que
la población en pobreza laboral en México creció a niveles similares a 2017, el
ingreso bajó 2.5% y la canasta básica aumentó 6.1%.
El paquete de ayuda social a los pobres en EU salvó a 10
millones de personas del empobrecimiento pandémico y los alejó de los márgenes
de la pobreza extrema.
El costo de política económica se resentirá en la
inflación, pero hubo de asumir la gran decisión en Estados Unidos entre
endiosar la inflación y la estabilidad macroeconómica o aumentar el gasto
social para evitar un empobrecimiento generalizado que hubiera tenido efectos
desastrosos en el nivel social de los marginados y en el previsible aumento de
la violencia y el consumo de drogas.
El efecto de la política económica de defensa del
bienestar social en Estados Unidos será temporal, pero beneficiara el hecho de
haber atenuado el desplome del PIB y la actividad económica de los próximos
tres años absorberá paulatinamente la inflación.
Estados Unidos ofrece una imagen real de lo que es un
programa que coloca primero a los pobres.
Política para dummies: La política no puede esconder sus resultados reales.
Novedad editorial: adquiera el libro El shock neoliberal
en México, Editorial Indicador Político, escrito por Carlos Ramírez, Samuel
Schmidt y Rubi Rivera; disponible en Amazon en versión eBook digital o impresa:
https://www.amazon.com/dp/B09919C13V
El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva
del columnista y no del periódico que la publica.
0 Comentarios