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El Feminismo y su discurso contemporáneo



Marco Antonio Baños Avendaño 


Se puede seguir el pensamiento feminista mexicano, que, siendo un movimiento político, busca el poder, que se vincule esta ideología con el ejercicio del poder en todos los ámbitos de la vida, que se potencializa y que se interrumpe por muchas situaciones.

En el feminismo, hay rechazos y repudios a toda negociación política, hay ideas divergentes del feminismo, el feminismo está construyendo una práctica política a partir de la identidad como Mujeres, han desarrollado un discurso político ideológico llamado (esencialismo) determinándose palabras y frases que buscan crear y estructurar una ideología, como “las mujeres somos, las mujeres queremos, las mujeres nos empoderamos, las mujeres somos libres, etc”. Dicho discurso no ha encajado en la política nacional, ni en los discursos políticos de los Partidos Políticos.

Hace falta revisar el Discurso Político hacia la Mujer, los Derechos Humanos han generado un discurso que parte de la “reivindicación de la Mujer”, no de un “Derecho de la Mujer, que ya nace Libre y que es autónoma como ser humano diferente y distinta del Hombre”.

Las posturas feministas antigubernamentales han dado inicio a pensamientos femenino-anarquistas, las ideas de demandas sociales feministas han dado origen a luchas sociales diversas, de aquí que la lucha por derechos sexuales no se ve totalmente como “feminista”.

Se debe dilucidar perfectamente la utopía feminista revolucionaria, del feminismo sexista, del feminismo anarquista, del feminismo liberacionista, del feminismo periodístico o propagandístico, que realmente hay que dilucidar, aclarar de qué tipo de feminismo se habla. Hay muchas dudas sociales sobre el feminismo, las luchas por su reconocimiento han traído muchas interpretaciones, feministas globalizadoras, feministas localistas, hay multiplicidad de concepciones, como de niveles de conciencia en torno a este tema tan interesante.

No debemos confundir Feminismo con “Hembrismo” que es una actitud de arrogancia de las mujeres hacia los hombres, o un sesgo discriminatorio claramente favorable a las mujeres en acciones u opiniones.  Este término se caracteriza por los malos tratos contra el hombre, ya sea psicológico, físico o emocional.

Las luchas violentas en las que existen actos de violencia contra el hombre o la sociedad no pueden considerarse “feministas”, sino “hembristas”, por otro lado, las luchas contra la pobreza por parte de mujeres que tienen sororidad entre ellas, contra la pobreza, la sobrevivencia de sectores populares, es “feminismo popular”, que ha servido para el movimiento amplio de mujeres en todo México.

El “discurso mujerista”, recoge aspiraciones feministas, preocupaciones y abriga profesionistas de todo tipo, dan y generan la llamada “perspectiva de género”, haciendo programas de estudio, publicaciones, foros, investigaciones, consolidando a la mujer en espacios públicos y privados.

La “perspectiva de género” es el discurso que ha triunfado, impulsa derechos y los exige a la sociedad, sabedoras de sus derechos han enfrentado al “sexismo”. El intelectual Carlos Monsivais considera que en el feminismo mexicano, no han sido  ni han figurado como interlocutoras de peso en el mundo de la política.

Lo cierto es que los intereses de las mujeres se difuminan entre partidos políticos y exigencias sociales mal o deficientemente canalizadas, la mujer ha sufrido violencia familiar, falta de oportunidades con su “techo de cristal”, se le han robado espacios políticos, no se les ha permitido votar en Municipios Libres de Sistemas Normativos Internos en Oaxaca, sufren aún violencia de género, agresiones sexuales, discriminación laboral, esclavitud doméstica, brechas salariales tremendas y que han sido históricas, acoso laboral y en sus estudios, en suma, pertenecen a un sector mal entendido en la actualidad y que merecen hacer valer sus derechos y socialmente reivindicar sus derechos no reconocidos, liberarse de sus ataduras sociales, morales, intelectuales que no dejan su superación sino en manos de un machismo que se impone en cada sector social, deportivo, ideológico, político, etc.
El miedo ha sido un factor determinante para poder liberarse, hay que entender hasta cierto punto la radicalización del feminismo o de las luchas feministas, por los derechos no reconocidos o que son aún sin escucharse, la intolerancia, la falta de atención gubernamental, la falta de pluralismo en la política, ya se dijo que la cuota 50 y 50 % donde las mujeres se les da oportunidad en la política, es un derecho ganado, consagrado en la Ley Electoral, no otorgado por el Estado, sino para hacerlo respetar con sus libertades públicas.

Combatir el reduccionismo es un desafío para el feminismo, la desfragmentación de sus derechos y libertades, es una lucha que debe relacionarse con su estatus de liderazgo y su nuevo discurso.

El feminismo será radical frente al machismo, su impacto discursivo debe ser democráticamente bien planteado, argumentado con bases históricas, ideológicas y liderazgos nuevos de mujeres en el poder o en la máxima proyección de sus derechos en todos los ámbitos de la vida.

EL futuro impone respeto a los derechos sexuales, evitar la violencia sexual contra la mujer, respeto a los derechos de salud y los reproductivos, estos derechos y ya principios deben prevalecer en nuestra Democracia Constitucional.

Finalmente, la lucha contra las pandemias, han dejado atrás la moda de luchar por derechos sociales, pero como temas pendientes, serán olas enormes de protestas cuando la cultura de nuestra sociedad exprese efectivamente esas marginaciones a las mujeres, la falta de respeto a sus derechos y sus libertades.

La opresión de la que es objeto la mujer, la violencia de todo tipo, merece ser difundida, atendida por el estado conforme a los cánones de los Derechos Humanos, hay solamente una cosa que no está en venta ni puede violentarse en un ser humano, sea hombre o mujer, lo es la Dignidad Humana, por tanto, el estado debe responder por la violencia generalizada a las mujeres, por la falta de difusión de derechos humanos de la Mujer, por la falta de concientización de lo que representa la Mujer en la Sociedad y en nuestra realidad mexicana.

Mientras tanto el discurso feminista, reclama cambios, necesita cimentar sus principios para generar una ideología sólida en base a la historia, la filosofía, el arte y la industria, la Mujer entonces, será respetada y fomentada como lo sagrado que es y debe ser en nuestra sociedad, frente a toda crítica y opresión.

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