Francisco Garfias.
La colocación de bonos en los mercados internacionales es
un instrumento que ha sido utilizado por “gobiernos neoliberales” para obtener
financiamiento en los mercados internacionales cuando así lo requiere la
situación interna de un país.
La Cuarta Transformación, que se le pasa culpando al
pasado para redimir errores, colocó bonos por 6 mil millones de dólares para
cubrir las potenciales necesidades de recursos que hoy tiene México.
Eso abrió una polémica entre el Gobierno Federal y
expertos financieros “neoliberales” sobre si se respetó o no el compromiso del
presidente López Obrador de no endeudar más al país “en términos reales”.
El primer párrafo del comunicado de la Secretaría de
Hacienda asegura que la colocación se da sin rabasar el tope de endeudamiento
autorizado por el Congreso.
¿Sin rebasar el tope de endeudamiento? Entonces sí hay
endeudamiento. Punto para los expertos.
En el citado comunicado, la SHCP asegura que la fuerte
demanda observada durante la transacción refleja la enorme confianza de los
inversionistas internacionales en el manejo de la política económica y las
finanzas publicas.
“Esta es la colocación de bonos con mayor demanda en la
historia del gobierno federal, sobre todo en los instrumentos de mayor plazo el
de 12 y 31 años”, asegura Hacienda.
“¡Ni madres! La demanda es porque pagamos más tasa,
después de todo lo que ha pasado”, refuta un ex alto funcionario de la SHCP,
hoy consultor financiero, quien pidió el anonimato.
La última colocación de la deuda mexicana se hizo apenas
en enero pasado con una tasa del 3.3 por ciento. La de ahora rondó entre el 3.9
y el 5.5 por ciento. Estados Unidos paga el 2 por ciento.
“Esa es la diferencia entre tener una calificación u
otra”, subrayó.
* * *
La deuda se mide como porcentaje del Producto Interno
Bruto. Según el acreditado consultor financiero, Carlos López Jones, AMLO
recibió la recibió en 46 por ciento del PIB a finales del 2018.
“Va en 52.53 por ciento. Ha subido 1.3 milllones en 17
meses», escribió en twitter.
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Nos llegó copia de la declaración del Grupo de Amigos de
Personas Mayores, con sede en la ONU, con un pronunciamiento contra la
discriminación de los más viejos en caso de pandemia.
Su contenido es radicalmente opuesto a la Guía Bioética
del Consejo de Salubridad Nacional que, en su texto original, establecía como
criterio que en caso de que dos personas requirieran, por ejemplo, un
ventilador, se le otorgaría al más joven.
Afortunadamente ya se corrigió.
El citado documento dice que el impacto de la pandemia de
COVID-19 ha sido devastador en todo el mundo, pero aún más para las personas
mayores.
“Creemos firmemente que las decisiones de asignación de
los escasos recursos y servicios críticos no deben adoptarse teniendo en cuenta
única o predominantemente la edad de los beneficiarios.
“Estaríamos negando a las personas mayores el derecho a
la salud y la vida en igualdad de condiciones.
“Las voces de las personas mayores deben ser escuchadas
para garantizar una respuesta internacional adecuada, efectiva e integral a la
pandemia de COVID-19.
“La exclusión no resuelve una crisis”, concluye.
***
Hace dos o tres noches vi la entrevista que Leo Zuckerman
le hizo a Julio Frenk, ex secretario de Salud, actual rector de la Universidad
de Miami, en su programa “La Hora de Opinar”.
Habló del tema del Covid 19 con esa claridad meridiana
que no le es permitida a los funcionarios públicos.
Fue muy claro al denunciar el debilitamiento en los
servicios de salud que se ha registrado en México en los últimos 17 meses.
El doctor Frenk hizo un apunte en el que estoy de acuerdo
al 100. Los políticos que presumen cercanía con el pueblo no pueden substituir
a los científicos, que la han sufrido en esta 4T.
Y nos colgó el deshonroso hecho de ser el cabús del mundo
en materia de aplicación de pruebas para detectar contagiados.
FIN.