Rubén Cortés.
Al ser este un gobierno personalísimo, son lentas las
respuestas oficiales para contener las tensiones políticas y sociales del día a
día. Se notó ayer con la acción retardada de las mujeres del gabinete a favor
de las marchas femeninas de los próximos días.
El apoyo de las secretarias de Estado llegó remiso: a
tres días de las movilizaciones de mujeres del domingo, y a cuatro del paro
UnDiaSinNosotras, cuando debió ser tras la crisis que provocó su jefe al pedir
que no le pintarrajearan el Palacio.
Lo que dijo ayer la titular de Gobernación era cierto
antes de los feminicidios de la joven Ingrid y la niña Fátima: “Las mujeres
están enojadas por las violencias que sufren en sus familias, centros de
trabajo, ámbito laboral… no con el gobierno”.
Sí, porque las mujeres se enojaron con el gobierno
después de que el jefe del Ejecutivo las reprendió por protestar (“Con todo
respeto que no nos pinten las paredes”) y divulgó un catálogo pueril para
detener la violencia de género en lugar de un programa de Estado.
¡Por favor! El segundo punto del catálogo decía que “se
debe proteger la vida de hombres y mujeres” y el tercero que “es una cobardía
agredir a la mujer”, mientras, sólo en enero habían matado a 329 mujeres, 73 de
ellas con saña y vejaciones.
Y, además, fue pésimo el manejo del tema esta semana
previa a las movilizaciones: el mandatario anunció el inicio de la rifa del no
avión para el lunes y, al corregir, dijo que ni se acordaba de
UnDiaSinNosotras, y que algunas feministas son groseras.
Así llegó ayer la encuesta de El Universal: el presidente
no sólo va en pura bajada en popularidad, sino que le va peor entre las
mujeres, pues el 31.0 por ciento de éstas no lo apoya. Las simpatías femeninas
se le cayeron 24.6 por ciento en un año.
Pero, el error de la 4T no es que hayan aumentado los
asesinatos de mujeres, pues éstos vienen en incremento desde hace años: en 2017
mataron a mil 735; 2016 a dos mil 191; en 2017 a dos mil 536; en 2018 a dos mil
769; en 2019 a dos mil 818.
El error de la 4T es que excluyó a las organizaciones de
mujeres (al igual que a los organismos autónomos, los organismos reguladores y
los organismos desconcentrados, las organizaciones de la sociedad civil) para
concentrar el poder en un solo individuo.
La 4T dejó de subsidiar las estancias infantiles para
hijos de madres trabajadoras sin seguridad social, y las Casas Refugio para
mujeres víctimas de violencia, de trata y de violación, que si eran subsidiadas
en los gobiernos anteriores.
Es decir: perdió a las mujeres.