Ricardo Alemán.
¿Es o no contra el gobierno de López Obrador la protesta
de miles de mujeres que hoy no salieron a cumplir sus tareas habituales?
¿Es o no una protesta contra el propio presidente
mexicano, en tanto jefe de las instituciones del Estado?
Los anteriores son dos puntos álgidos del debate en torno
al llamado “#UnDíaSinMujeres”; protesta que rechaza la creciente violencia
contra las mujeres y las niñas en México pero que, según las “miembras” del
gabinete presidencial y de acuerdo con mujeres aplaudidoras del actual régimen,
no va dirigido contra López Obrador y menos contra su gobierno.
Y es que “el paro de mujeres” metió en un severo
conflicto de conciencia y hasta de identidad a no pocas señoras que –por
convicción o por mantener su empleo–, se vieron obligadas a defender a su
presidente, antes que el interés colectivo de las mujeres.
Y las contradicciones aparecieron no solo entre mujeres
periodistas que se asumen como “soldadas” del presidente, sino entre las
“miembras” del propio gabinete presidencial.
Por ejemplo, las señoras Carmen Aristegui y Azucena
Uresti –entre otras reputadas conductoras de radio y televisión–, se encargaron
de machacar, hasta el cansancio, que la protesta femenil de “Un Día Sin
Mujeres” no era contra el gobierno de López y menos contra el presidente.
Toda esa perorata para tratar de conciliar su postura a
favor del reclamo de las mujeres, pero en defensa “del macho” de Palacio.
A su vez, la titular de Gobernación, la ex ministra Olga
Sánchez Cordero, encabezó a las “mujeres del gabinete” presidencial quienes, la
tarde del pasado jueves, ofrecieron conferencia de prensa para mostrar su
solidaridad “con las mujeres”, para hacer acto de fe “feminista” pero, sobre
todo, para defender al vapuleado presidente Obrador.
Ahí, y luego que todas se dijeron “feministas” y que
alardearon que AMLO es el “presidente más feminista”, Olga Sánchez Cordero dijo
que, en efecto, las mujeres están “muy enojadas por las distintas violencias”,
pero de inmediato aclaró a gritos que tal enojo no es contra el gobierno y
tampoco contra el presidente Obrador.
Por eso, de inmediato aparecieron las preguntas
obligadas.
¿Entonces contra quien es el enojo de las mujeres, si no
es contra el ineficaz gobierno de AMLO?
¿Es un enojo sólo contra los criminales y feminicidas;
sólo contra los abusadores de mujeres y niñas?
¿O es un enojo contra los criminales y, al mismo tiempo,
contra las instituciones del Estado y del gobierno que no son capaces de acabar
con la impunidad que protege a esos criminales; instituciones incapaces de
castiga a los abusadores de mujeres y niñas?
Por eso volvemos a la pregunta inicial: ¿Es o no una
protesta contra el gobierno de López Obrador?
La respuesta resulta un “sí” contundente, a la luz de la
llamada “Gobernabilidad democrática”.
¿Por qué?
Porque, como muchas y muchos saben, la legitimidad de un
gobierno no es sinónimo de eficacia. Y un gobierno ineficaz, como el de López
Obrador, es un gobierno que avanza a pasos agigantados a la “ingobernabilidad”.
¿Y qué es la “ingobernabilidad”?
Precisamente la incapacidad del gobierno para mantener el
equilibrio del sistema; equilibrio entre las obligaciones de las instituciones
del Estado, electas de manera legítima –como es el caso del gobierno de
Obrador–, y la aplicación eficiente de la vocación de servicio y de la ley.
Es decir, un gobierno incapaz para estimular el
crecimiento económico, incapaz de contener la violencia, incapaz de crear
empleos, incapaz de sancionar a las bandas criminales, incapaz de acabar con la
impunidad, es un gobierno que irremediablemente avanza, a pasos agigantados, en
dirección a la ingobernabilidad.
Y esa ingobernabilidad es la madre de la violencia contra
las mujeres, las niñas y contra los ciudadanos en general.
Y el principal responsable de la ingobernabilidad que se
vive en México es el presidente López Obrador, jefe del gobierno y del Estado
y, al mismo tiempo, el jefe de las señoras “miembras” del gabinete, quienes
tampoco hacen su tarea de manera eficaz y quienes también contribuyen a la
ingobernabilidad y son culpables de la violencia contra las mujeres.
En pocas palabras, la protesta que hoy llevan a cabo
millones de mujeres, es contra el inútil gobierno de López Obrador; gobierno
que ha moldeado la peor ingobernabilidad en décadas.
Y solo los ciegos, sordos y fanáticos no lo quieren ver.
Al tiempo.