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INSABI comenzó como decepción popular

Por Rubén Iñiguez
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La prisa y la improvisación siguen marcando el estilo de gobernar de Andrés Manuel López Obrador, pues la decisión de desaparecer el Seguro Popular, es demasiado arrebatada, ya que a pesar de que se dieron a conocer algunos actos de corrupción en dicho organismo, aún así, dio grandes beneficios y servicios en materia de salud para el pueblo, pues brindaba atención médica a 50 millones de mexicanos que no contaban con seguridad social. En apariencia solo le cambió el nombre, pues en sus discursos informaba que sería aún mejor que el propio seguro popular del pasado. Sin embargo, el centralizar una institución como esta, ha provocado un caos similar al desabasto de combustible, pero ahora en un asunto mucho más delicado, la salud de los mexicanos.

El especialista y exsecretario de Salud, Dr. Julio Frank, ha expuesto que el nuevo sistema de salubridad de la 4T, adolece de fallas cruciales como son el centralismo, la falta de personal capacitado, malas políticas salariales, inseguridad laboral, y lo peor, los recursos dependen directamente del presidente que ha logrado con sus recortes destinar en 2019, 100 mil millones de pesos a PEMEX, lo que seguramente no le agradecerán los enfermos. Por algo su nieto nació en Houston en un carísimo hospital privado... Y no en el nuevo sistema de salud conocido como Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI).
AMLO, sigue peleando con los aspirantes de proveeduría de medicamentos. Cerró las compras, de hecho, lo hizo en todo su primer año de su gobierno, pero se da el lujo de culpar a los laboratorios de un desabasto de medicamentos que el mismo ha provocado, sin embargo, es muy cómodo siempre buscar otros culpables.
Ciertamente los precios de la atención médica, van a subir, por la sencilla razón que se están ahorrando 40 mil millones de pesos menos para el llamado INSABI. La saturación de demanda de servicios médicos, a la par de un desabasto de niveles demenciales, colocará al Sector Salud en condiciones muy precarias.
Además de esto, se despidieron a cientos de personas que pertenecían al personal del Seguro Popular, mismos que fueron notificados mediante simples WhatsApp. Ante el caos, han vuelto a recontratar personal, porque el sistema dejo de ser viable.
Lo asombroso es el seguimiento popular del presidente, que, pese a tantos errores cruciales, excesos verbales, perjuicios en muchos sectores como el agrícola, el turístico, aún mantiene, pero en descenso el 58 por ciento de aceptación popular, con todo y el aumento de la gasolina que le permitió recaudar 246 mil millones de pesos, en comparación al 2018 en que el fisco contabilizó 100 mil millones.
Como puede ser tan insensato y jugar con la salud del pueblo. Su aprobación mayoritaria, tarde que temprano se va a diluir inevitablemente. No se puede dar por decreto, salud de calidad a todos los mexicanos en forma gratuita, es un derecho ideal, sin embargo, es poco factible realizarlo con los recursos que tiene su administración.