Rubén Íñiguez.-
No tomen en serio aquellos discursos de que con el ahorro que México haría combatiendo la corrupción, se realizarían grandes obras. Tampoco tomen en serio lo que dijo el diputado queretano de Morena, que aseguraba que, con la venta del avión presidencial, se pagaría la deuda externa de nuestro país; declaraciones demasiado desafortunadas y desinformadas, ya que se necesitarían vender alrededor de 2,800 aviones presidenciales para poder conseguir dicho propósito.
El poner a la venta 171 camionetas, 7 tracto camiones, 23 pickups, 9 automóviles compactos, 30 motocicletas, 12 camiones, 2 tractores agrícolas, 2 autobuses, 5 remolques, 1 BMW blindado, 1 Audi blindado, 60 aviones y 70 helicópteros que pertenecen al gobierno federal, solo recaudaría poco más de 100 millones de pesos.
Sin embargo, la construcción del Tren Maya, todavía en proyecto, subió su presupuesto ya a 140 mil millones de pesos, 20 mil millones de pesos más, de lo que se había anunciado en un principio, según lo señaló Rogelio Jiménez Pons, titular del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
Aparte de todo, dicen varios especialistas en economía, que el precio total de dicha construcción, podría aumentar hasta los 360 mil millones de pesos. Esto sin considerar el daño e impacto ambiental que podría provocar esta macro obra. (Si no creen que pueda elevarse tanto el costo, solo volteen a ver la línea 3 del tren ligero de Guadalajara, obra que iba a culminarse en diciembre del año pasado, pero tuvo que posponerse la fecha de entrega, ya que los costos y gastos no terminan).
Por otra parte, el Gobierno de México decidió solicitar un financiamiento a la República popular de China, con el objeto de arrancar la construcción de la refinería de Dos Bocas, pues se adquirió un préstamo de 600 millones de dólares en presencia del Embajador de aquel país, Zhu Qingqiau, el Canciller mexicano Marcelo Ebrard, y Gabriela Márquez, de la Secretaría de Economía. Sin embargo, Rocío Nahle, secretaria de energía, negó dicho endeudamiento. En fin, el costo total de la obra se calcula tendrá un costo de 8 mil millones de dólares.
Lo que preocupa es que iniciamos el año, con un presupuesto de 14% menos para obra pública, adicional a que tuvimos una caída fuerte en materia de empleo, pues según datos del propio Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), hay más de 286 mil personas que se quedaron sin trabajo en el año 2019, por lo que indica que, en el sexenio de Peña, a pesar de todas sus fechorías -otra vez la odiosa comparación- era menor el desempleo.
Ciertamente la popularidad presidencial se sostiene, ya que, hasta la inverificable rifa de un avión presidencial, que dicho sea de paso dicen que es ajeno, pues algunos medios de comunicación afirman que pertenece a la empresa aeronáutica Boeing. “Este ocurrente sorteo”, podría ser atractivo para un ciudadano común, que se sacaría la lotería al comprar los absurdos “cachitos de a 500”.
En cuanto al Fondo de Estabilización de Ingresos (FEIP), destinado a paliar crisis del peso mexicano, o para dar seguridad al gobierno en caso de disminución de rentas fiscales, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), usó alrededor de 120 mil millones de pesos para compensar la menor recaudación que hubo en el primer año del sexenio, derivada de menores ingresos petroleros y tributarios.
Otro dato preocupante es el de la industria automotriz, que muestra una caída nacional en la venta de vehículos nuevos de 7.6%. Una tendencia observada en once meses. Menos empleos, menos ingresos y focos rojos en la industria en la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automóviles (AMDA), cuyos datos demuestran que se vendieron 97 mil vehículos menos en el año 2019 en comparación a la odiosa y neoliberal época PRIANISTA. Será un gobierno más simpático, muy mediático, pero los números de crecimiento no son nada alentadores.
En resumen, la economía sigue mal y la autoridad nacional es incapaz de aceptarlo, sigue reforzando sus proyectos de asistencialismo, endeudando cada día más este país cuando prometieron que no lo harían más. ¿Aún me pregunto cómo van a enderezar el barco y cómo se pagará todo lo que ya se endeudaron?