Gerardo Rivadeneira.-
Andrés Manuel López Obrador lo volvieron a tropezar desde
el Senado.
La Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado
aprobó el dictamen de la iniciativa que modifica el pago de salarios caídos que
presentó el morenista Napoleón Gómez Urrutia, y que contempla ampliar el
periodo y el porcentaje que el patrón deberá cubrir en caso de perder un juicio
laboral.
Ello claramente representa un duro golpe para los
empresarios del país, quienes ya hicieron sentir su malestar ante la iniciativa
de Gómez Urrutia y que es contraria a la relación que busca construir el
Presidente con la Iniciativa Privada.
Gustavo de Hoyos, presidente de Coparmex, afirmó que la
reforma para aumentar a 24 meses el tiempo para cobrar salarios caídos mientras
se culminan controversias laborales se convertirá en un incentivo para alargar
las disputas legales y va en sentido contrario de la reforma de 2012, que
buscaba agilizar las relaciones laborales entre patrones y empleados.
En días pasados, López Obrador destacó en redes sociales
la relación que entabló su gobierno con los empresarios y la importancia de los
mismos para impulsar el desarrollo del país.
“El día de hoy lo dedicamos a dialogar y buscar acuerdos
con el sector empresarial; afortunadamente son inmejorables las relaciones.
Estamos cumpliendo el propósito de gobernar para todos, poniendo por delante el
interés general”, escribió el Mandatario tras sostener un encuentro en Palacio
Nacional con miembros del Consejo Ejecutivo de Empresas Globales (CEEG), el
Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) y
la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
La reunión abordó las nuevas disposiciones en materia
fiscal, en la Cámara de Diputados, por lo que el Mandatario dio voz a los empresarios
para expresar su punto de vista.
Sin embargo, no es la primera vez que un legislador se va
por la libre y termina por “chocar” contra el Presidente.
El año pasado el morenista Ricardo Monreal presentó una
iniciativa en el Senado que buscaba acabar con “el alarmante y excesivo abuso
de comisiones bancarias”.
Ello provocó que la Bolsa Mexicana de Valores (BMV)
registrara la mayor caída en siete años y que el peso se depreciara, además de
que puso en alerta tanto al sector financiero como a la iniciativa privada.
El entonces titular de Hacienda, Carlos Urzúa, salió al
quite y anunció que Andrés Manuel López Obrador los había instruido a reunirse
con los líderes de diputados y del Senado para “analizar los impactos tanto en
las finanzas públicas como en la estabilidad del sector financiero” de las
recientes iniciativas de Morena.
En resumen, López Obrador y su equipo debieron corregir
la plana de Monreal, lo que no suena descabellado que se repita en la
iniciativa que acaba de presentar Gómez Urrutia.