La capital del Estado se encuentra sometida bajo las arbitrariedades y ocurrencias de los presidentes municipales en turno sin proyectos reales que beneficien a la ciudadanía de manera directa
Antonio Quintero
Al igual que sus antecesores presidentes municipales
Oswaldo García Jarquín pretende imponer un gran negocio a sombras del
ayuntamiento municipal, lo hizo en su momento José Antonio Hernández Fraguas
con sus luminarias para todo el centro histórico de la capital oaxaqueña, para
desgracia de él y de su gobierno municipal se lo echaron abajo por ser o
representar un proyecto carente de
transparencia pública, y de claridad en recursos financieros.
Hernández Fraguas en su periodo (2017-2018), no pudo
convencer porque su proyecto careció de todo y resplandeció su ambición por
debajo de esas luminarias con un presupuesto multimillonario, lo que representó
que su proyecto “fue amarrado, cancelado” y no aprobado dentro de su cabildo a
pesar de que representaban mayoría en el gobierno capitalino.
Recordemos también que en el periodo de Javier Villacaña
Jiménez (2014-2016), sucedió lo mismo con su proyecto de fotomultas, no fue
aprobado y se canceló.
Ahora con Oswaldo García Jarquín la situación se vuelve a
presentar de manera similar pues resulta que a casi un año de su gobierno
empiezan a formular toda una serie de ocurrencias para poder explotarlas con
diferentes disfraces de recaudación fiscal.
Recaudación agresiva
Su denominada “Recaudación agresiva”, tendrá sin dudas
también una respuesta agresiva de la sociedad y pueblo de la capital de Oaxaca
de Juárez, por representar una fuerte agresión a su economía, al bolsillo
humilde de trabajadores y empleados que al no poder pagar una tarifa de
estacionamiento público lo dejaban en alguna calle cercano a su fuente de
trabajo.
Se le ha hecho cómodo al edil García Jarquin de lucrar
con una ocurrencia fuera de todo orden legal, de normas jurídicas, y sin
consultarlo a la ciudadanía capitalina pretende imponer como una medida
arbitraria e injusta.
García Jarquin olvida que el pueblo de Oaxaca vive al
día, y con empleos informales, de acuerdo a la Confederación Patronal de la
República Mexicana (Coparmex), solo dos
de diez personas cuentan con empleos formales, a su vez el Consejo Nacional de
Evaluación de la política de Desarrollo Social (Coneval), el porcentaje de
población que se encuentra en una situación de pobreza es alta; Oaxaca 70.4 por
ciento, Chiapas 77 por ciento y Guerrero 64. 1 por ciento. Recientes datos aportados
en Julio de 2019.
Oswaldo García Jarquin al parecer y así lo ha dicho que pretende realizar una
recaudación agresiva, sin importarle el costo político, lo que ya representa
una arbitrariedad y autoritarismo sin igual. Significa lucrar en medio de la
pobreza del pueblo oaxaqueño con medidas ocurrentes, que no es más que “patadas
de ahogado”, porque no puede obtener o generar contribuciones fiscales.
Su carente propuesta de métodos eficaces para recaudar
impuestos obedece en no poder generar ingresos oportunos, transparencia en
obras, y por si fuera poco sin ideas ni planeación de desarrollo integral.
Ciudad abandonada
La capital se encuentra en total abandono, no han podido
ni siquiera esclarecer el polígono del centro histórico, no saben, porque no
hay una verdadera planeación, ni conocimiento de nada, por consiguiente
observamos que en cada trienio ante falta de proyectos reales solo hay
ocurrencias, para ver cuál pega. Engañando a todos los ciudadanos con programas
ridículos, sin sustento, disfrazando la realidad que vive la capital oaxaqueña.
Tan solo uno de los ejemplos más observados y que nadie
le ha importado, es la remodelación de sus calles y banquetas, Javier Villacaña
pudo lograr el embellecimiento de algunas de ellas en la zona del Carmen Alto sin embargo ya no hubo
continuidad para otras calles del mismo centro histórico, que verdaderamente se
hallan severamente dañadas, y que además representan un serio peligro para los
transeúntes, visitantes, pues muchos se han caído por ese mal estado en que se
encuentran.
Embellecer la ciudad, es una mentira, por donde se vea y
se le observe.
Parquímetros negocio redondo
La instalación de parquímetros, se anuncia como otro vil
negocio, culpando la vialidad o como mero pretexto para determinar que con la
instalación de tales aparatos vendrían a ordenar la vialidad, la imagen y
espacios públicos situación más estúpida, porque si no hay cultura vial
entonces porque poner parquímetros, es absurdo.
Finalmente los parquímetros no cumplen ni van a ordenar
la vialidad, se ha demostrado en muchas otras ciudades que han representado un gran fracaso.
Recordemos que en el periodo del restaurantero Luis Ugartechea Begué, -en el 2013-,
presidente municipal de filiación
panista, también tuvo la ocurrencia de instalar parquímetros, y el cabildo lo rechazó ampliamente.
En aquella ocasión este personaje (Luis Ugartechea),
sustentó su proyecto con las mismas características que lo ha señalado Oswaldo García Jarquín, de manera idéntica,
pues con el argumento de que con ello habría una recaudación propia de
impuestos, y el fin de regular el estacionamiento en las calles… ¿¿¿???
Su glorioso proyecto se le cayó de las manos cuando fue
exhibido de que la empresa que iba a administrar los recursos de los
parquímetros era poblana y tenían amplia relación con el propio edil. ¡Vaya
oportunistas!
Así frenaron una vez más a ediles que solo han visto por
sus intereses personales y no el bien común de la ciudadanía.
Y entonces observamos que todos los ediles llegan sin
proyectos, y solo se fusilan o se piratean los de otros, ¡Fantástico!
Edil sin proyectos
Al parecer Oswaldo García Jarquin llega sin proyectos, se
repite la historia, como se atreve a inventar situaciones irreales, no aptas
para los momentos que vive la ciudad. Oswaldo García debería por empezar a
regular todos los estacionamientos públicos, ya que todos se encuentran fuera
de las normas legales.
Recordemos que el congreso local de la pasada legislatura
(LXIII) exhortó varias veces a quien era presidente municipal de aquel entonces
en el año 2017 y 2018 a José Antonio Hernández Fraguas para que regulara a los
estacionamientos públicos del centro de la ciudad, hizo caso omiso, no le
importó y así se encuentran hasta este momento.
La ciudad capital es un caos, pero es ridículo porque son
unas cuantas calles y nadie absolutamente nadie ha podido ordenar, ni la
vialidad, ni el estacionamiento, ni los ambulantes, ni las cantinas ni bares, y
todo está de cabeza. Un desorden espectacular y una miopía de las autoridades
municipales que se ha heredado trienio tras trienio. Son un fracaso.
El actual edil capitalino, no ha podido resolver en su
primer año, uno de los problemas principales que aquejan a la ciudadanía
oaxaqueña; los ambulantes, el comercio informal, en pleno centro histórico, en
pleno zócalo, a un año de que un bello espacio público como lo es el zócalo se
encuentre dañado, repleto de ambulantes,
de indigentes, de asaltantes, de robos…
Miopía y ceguera
¿Entonces que le ocurre a Oswaldo García Jarquín? ¿Porque
tanta miopía, ceguera y pocas acciones para embellecer el centro histórico y la
ciudad capital?
¿Por qué no tienen un plan general de embellecimiento?
Empezaron por las jardineras del zócalo pero abandonaron todos los demás
parques como el Llano y la Alameda central?
Seguiremos entonces a merced de las ocurrencias de un
presidente municipal que no sabe a qué llegó a una presidencia municipal…
Perdido en sus ocurrencias…
Continúan pensando en que el gobierno es un gran negocio.
¡¡Nos leemos en nuestra próxima entrega!!