El pintor oaxaqueño Francisco Toledo Falleció la noche de
este miércoles cinco de septiembre de 2019 a la edad de 79 años, considerado
como el artista vivo más importante de México conforme al INBA de acuerdo con
La Jornada.
Francisco Benjamín López Toledo, mejor conocido como
Francisco Toledo, genio y figura nacido en el municipio de Juchitán de Zaragoza
en 1940, sitio desde el cual comenzó con su apoyo a las comunidades y promovió
diversas causas; artista plástico, filántropo, defensor de derechos humanos y
de la tierra y el territorio, así como de las lenguas indígenas a lo que se
dedicó con mayor ahínco sus últimos años de vida.
El juchiteco mostró a lo largo de sus 79 años de vida
estas facetas, no sólo fue un destacado artista que visitó diversos países,
incluida Francia donde vivió varios
años, sino que nunca se olvidó de sus raíces y continuó apoyando diversas
actividades y proyectos; uno de ellos fue la fundación de la Casa de la Cultura
de Juchitán de Zaragoza.
Sin embargo, los proyectos más ambiciosos de artista
fueron la fundación del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, espacio para
consulta gratuita, misma que a la fecha cuenta con más de 61 mil libros
especializados en diversos temas como la pintura y la arquitectura, además de
contar con la colección Toledo-Inba, antes llamada José F. Domínguez, la cual
acumula más de 24 mil piezas de arte incluidas obras de Pablo Picasso, Rufino
Tamayo y José Guadalupe Posadas, entre otros.
Tambien el Centro de las Artes de San Agustín, fundado el
21 de marzo del año 2006, y el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, mismos
que albergan diverso talleres, exposiciones y ponencias, actividades en las que
participaron artistas de talla internacional.
Toledo también creo el Patronato Pro Defensa y
Conservación del Patrimonio Cultural y Natural del Estado de Oaxaca (Pro-Oax),
asociación desde la cual ha enarbolando diversas luchas como la defensa del
zócalo de la ciudad de Oaxaca en el sexenio de Ulise Ruiz (2004 - 2010) y sus
bancas, mismas que acusó pretendían retirar para ser botín de políticos. En
protesta el pintor llevó su banca al zócalo y se instaló allí, en oposición a
la colocación de un restaurante de comida rápida y su logotipo en el andador
turístico por no ir con la fisonomía cultural, entre otras.
La defensa de la lengua
Una de las acciones en las que se enfocó el artista fue
la defensa de las lenguas indígenas. Dentro del CaSa se gestaron diversos
materiales didácticos en los que se promovió el uso de las distintas variantes
de las lenguas que existen principalmente en territorio oaxaqueño; incluso
fueron abiertos los Premios CaSa de creación literaria en distintas lenguas
nativas.
Además demandó a las autoridades un trabajo de fondo para
la preservación de las lenguas, para ello exigió que los alumnos egresados de
la Educación Normal Bilingüe e Intercultural de Oaxaca (Enbio) sean designados
como profesores en localidades de las que hablen su lengua, lo que promoverá el
uso de la misma en las distintas localidades. De igual modo aportó materiales
didácticos y otorgó becas a alumnos de escasos recursos.
La lucha contra los transgénicos
De igual modo Toledo mostró en repetidas ocasiones su
preocupación por el medio ambiente y su conservación, por ello el artista
juchiteco decidió manifestar su rechazo al uso de transgénicos en México,
siendo respaldo por diversas organizaciones y expertos en el tema. Incluso
dirigió una misiva al ex presidente Enrique Peña Nieto para demandar su atención
inmediata en el tema y declarara a México libre de transgénicos; sin embargo
esto no ocurrió, pero su lucha tuvo eco en diversos artistas como Rubén
Albarrán y los grupos Enjambre y la HHH Botellita de Jerez. El artista creó un
peluche de una mazorca con cara de calavera, con la intención de concientizar
sobre el daño que provocan los transgénicos en el campo.
La defensa del Cerro del Fortín
Durante el gobierno de Gabino Cué Monteagudo (2010 -
2016) el artista encabezó dos luchas a través de Pro-Oax en contra de proyectos
gubernamentales; la primera fue en contra de la construcción de un distribuidor
de 5 Señores, al considerar que no tomaba en cuenta a peatones, ciclistas y
zonas verdes, y además promovía el uso del automóvil y por lo tanto de contaminación;
por ello incluso encabezó una bicimarcha a la que se sumaron distintas
organizaciones y la sociedad civil.
Asimismo se opuso a la construcción del Centro Cultural y
de Convenciones de Oaxaca, proyecto que Cué Monteagudo, junto con el ex titular
de la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico (Styde) José Zorrilla,
pretendieron instalar en el Cerro del Fortín, entre el auditorio Guelaguetza y
el Hotel Victoria, propiedad del titular de la Styde.
Durante esta lucha Toledo fue apoyado por el artista
plástico Sergio Hernández y distintas organizaciones sociales defensoras del
Agua y del medio ambiente, así como de vecinos de las colonias aledañas.
Incluso durante una marcha encabezada por el fundador de Pro-Oax hubo un ataque
por parte de los trabajadores de la obra, quienes formaban parte de la
Confederación de Trabajadores de México (CTM), donde una activista resultó
herida. Toledo también realizó foros de discusión y para la presentación de
proyectos alternativos en los que convocó a expertos y a funcionarios de
gobierno; estos últimos nunca asistieron.
Finalmente la construcción en el Cerro del Fortín fue
suspendida y el Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca tuvo que ser
edificado en el municipio de Santa Lucía del Camino.
Toledo por Ayotzinapa
La noche del 26 de septiembre de 2014 en el municipio de
Iguala, Guerrero, fueron desaparecidos 43 estudiantes pertenecientes a la
Escuela Normal Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa. Francisco Toledo calificó de
terrible esta situación y demandó que los estudiantes fueran regresados a sus
familias; el artista creó 43 papalote en el Taller Arte y Papel, fundado por él
en San Agustín Etla, mismos que voló en el andador turístico y los cuales
fueron llevados en diversas exposiciones por Juchitán y la Ciudad de México.
Juchitán y el sismo
En septiembre del 2017 un sismo de 8.2 grados sacudió a
México; el epicentro fue en el estado de Chiapas. Sin embargo la zona más
afectada fue el Istmo de Tehuantepec, ante lo cual Toledo, junto con sus
colaboradores, apoyó la instalación de comedores comunitarios a los que se les
surtia de alimentos; además promovió el rescate de la infraestructura
tradicional de las zonas afectadas, y de igual manera creó dos grabados que
fueron puestos a la venta para recaudar recursos en beneficio de los
damnificados.