Armando CHÁVEZ
Envalentonados como quién quiere pelear, frenaron bruscamente y a la velocidad de un relámpago descendieron de sus destartalados autobuses del transporte urbano con los que venían echando carreritas por la disputa del pasaje, esta mañana dos operadores, choferes conocidos también como "chafiretes", se pararon frente a frente, como verdaderos gallos de pelea.
Tras cruzarse miradas, de esas que matan, se escanearon el rostro mientras tensaban sus mandíbulas que aflojaron para soltar levemente "Que, que, que traes wey".
El numeroso público que presenciaba la escena en la parada de autobuses en el periférico, casi, casi frente a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), estaba a la espectativa, ya que en cualquier momento uno de estos "gladiadores del asfalto" podría soltar el primer golpe.
Doña Cruz, mujer de cabellos plateados y avanzada edad, que estaba en el lugar mientras se apretaba las manos, solamente exclamó "Qué venga la policía, estos hombres se van a matar".
En tanto que, desde las ventanillas de los autobuses que conducían estos "mártires del volante", los pasajeros echaban porras para que iniciarán con la pelea.
La policía no llegaba, los que sí, fueron los curiosos que olfatearon que iba a ocurrir una pelea de pronóstico reservado, como lo saben hacer los chóferes del transporte urbano.
Todo era tension mientras que taxistas foráneos y de la ciudad, automovilistas particulares además de otras personas empleados, que estaban en el lugar, gritaban " Sí, se van a dar, ya de una vez".
Mientras, los dos chóferes se clavaban la mirada, para enseguida solamente decir decir uno de ellos, "Para la otra no te la vas a acabar puñal". Enseguida abordaron sus unidades y ya tras el volante, solamente se recordaron a la mas antigua de su casa.
