A partir de una revisión hemerográfica de diarios en
Israel, el periodista Sebastián Barragán da cuenta de los presuntos vínculos de
la mafia israelí con el tráfico de drogas en México, de la lucha que mantienen
las familias Musli y Cohen por el control del crimen organizado en Israel y de
la relación que tenían los criminales asesinados en nuestro país con uno de los
grupos en disputa.
Al respecto, Jorge Fernández Meléndez, columnista del periódico
Excélsior escribió en su escrito que los hechos ocurridos en Plaza Artz
confirman que México, en general, y la Ciudad de México, en particular, se han
convertido en centros de operación de muchas mafias internacionales, asociadas
o no, a los grupos criminales nacionales.
Aseguró que los dos comensales asesinados la tarde de
ayer por una mujer identificada como Esperanza N son dos delincuentes israelíes
reconocidos y uno de ellos con larga historia criminal. La detenida argumentó
razones pasionales, algo ya desechado por las autoridades en un operativo
cometido con por lo menos cinco personas, con armas largas, ella con una Glock
calibre 10, además de la operación de distracción que ocurrió minutos antes en
el estacionamiento del centro comercial, donde dos hombres hicieron algunos
disparos con la intención de concentrar fuerzas de seguridad.
Se trata, dijo, de
Alon Azulay y de quien se identificaba en México como Jony Ben, cuando su
verdadero nombre es Ben Sutji, quien había sido liberado de una cárcel en
Israel hace apenas seis meses, acusado de asesinato y que llegó a México
porque, según la prensa de ese país, aquí tenía una novia. Pero también tenía
socios: uno de ellos era Erez Akrishevsky, un personaje acusado de ser
distribuidor de cocaína en Polanco y que fue extraditado de México hace apenas
una semana. También, siempre según la prensa de Jerusalem, tenía relación con
otro grupo criminal ligado a Ben Cohen e Itzik Cohen, enfrentados a su vez con
el grupo criminal de los Mosley Brothers, los Cohen y los Mosley son dos de las
principales bandas criminales de Israel. Todos estos grupos y personajes
pertenecen al mundo del tráfico de cocaína y otras drogas.
Desde 2013 siete bandas se disputan el control del crimen
organizado en Israel y han conmocionado al país con ajustes de cuentas muy
similares al ocurrido en Plaza Artz y con ataques recíprocos con bombas. Cuando
se divulgaron los documentos del departamento de Estado de la Unión Americana
vía Wikileaks, un largo memorándum secreto de la embajada de EU en Israel,
enviado a las autoridades de su país se titulaba Israel, la tierra prometida
del crimen organizado. Explicaba que mientras las fuerzas de seguridad y
militares estaban enfocadas en los ataques palestinos y de otras fuerzas árabes
contra Israel, el crimen crecía y se desarrollaba, sobre todo, como puente con
otros países.
En el largo documento se describe la operación del crimen
organizado en Israel y se destaca su internacionalización. “Criminales árabes y
judíos israelíes, dice el documento firmado por Cunninghum, cooperan
normalmente y forman alianzas para expandir el lucrativo negocio de las drogas,
robo de coches, chantaje y extorsión... Incluso fronteras cerradas y enemigas
ponen pocas dificultades a los grupos mafiosos... el 43 por ciento de la
heroína interceptada en 2008 fue pasada de contrabando desde Líbano, el 37 por
ciento desde Jordania, y el 12 por ciento desde Egipto... Mafias Israelíes
operan libremente en Estados Unidos. Dado el volumen de viajes y negocios entre
Estados Unidos e Israel, no es sorprendente que la mafia israelí haya puesto un
pie en América. Durante la última década, reportajes en los medios han
detallado una serie de casos notorios relacionados con el crimen organizado que
van desde venta de droga a gran escala hasta el asesinato... Los investigadores
han relacionado a Yitzhak Abergil y toda su red con delitos de desfalco y
malversación de fondos, extorsión, secuestro y lavado de dinero. Yitzhak
Abergil está actualmente bajo arresto en Israel y enfrentándose a la
extradición por cargos que le relacionan con el asesinato del traficante de
droga Samy Attias en suelo estadunidense... De manera diferente a las Mafias de
la antigua Unión Soviética, Italia, China y América Central, la aplicación de
INA 212 contra el crimen organizado israelí no está específicamente autorizada
por el Manual de Asuntos Exteriores (Foreign Affairs Manual 40.31 N5.3). Por
ello, israelíes bien conocidos por trabajar o pertenecer a familias mafiosas no
son automáticamente rechazados para viajar a los Estados Unidos”.
Esta es parte del documento divulgado entonces por
Wikileaks. Poco después el Miami Herald divulgó que la mafia israelí había sido
clave en el lavado de dinero del cártel de Cali y que estuvo íntimamente ligada
con ese grupo criminal.
Lo cierto es que han pasado los años y esas
organizaciones han seguido desarrollándose, creciendo y evidentemente ya
operan, también, en México.