Por: Ezequiel Gómez Leyva.
Como una tarde de diversión resultó para los asistentes al taller “Soy del Maiz” impartido por el
maestro Guillermo Rito, dirigido a niños jóvenes y adultos, taller que forma parte
del proyecto del mismo nombre con el que se busca revalorar el maiz nativo e
inculcar en las personas sobre todo en los niños, los beneficios de conservar
los maíces de las regiones debido a que actualmente están en riesgo por la
entrada de maiz transgénico al país.
El Diputado Noé Doroteo, promotor en su distrito de este
proyecto y de estos talleres, dijo durante su intervención que “hay una gran
variedad de maíces nativos y de diferentes colores que hay que conservarlos, e
hizo referencia a la cercanía de las cuevas de Yagul y Mitla, especialmente La Cueva de Guilá Naquitz, donde se
encontraron los vestigios más antiguos de la domesticación del teocinte o
teocintle que es el “tatarabuelo” del maiz actual”.
Es importante mencionar que, según datos del portal ecoosfera: “el maíz está vinculado con los
pueblos indígenas de México (62 etnias con 38 lenguas vivas y 364 variantes
lingüísticas), de tal manera que atentar contra el maíz es atentar contra sus
derechos culturales y de alimentación. De hecho, el maíz es, como expresara
Guillermo Bonfil, fundamento de la cultura popular mexicana. En torno al ciclo agrícola se gestan
conocimientos, ceremonias, fiestas que congregan a las comunidades y propician
la música y la danza, las artesanías, los platillos especiales, y una
organización comunitaria que fortalece el tejido social”.
El maestro Guillermo Rito por su parte durante la
presentación teórica del taller explicó a los niños, y a los padres de familia
que asistieron, que la mayoría de los productos que consumimos contienen maiz o
componentes del maiz, desde la pasta dental hasta algunas bebidas alcohólicas.
Y explicó con una presentación visual,
no solo los componentes del maiz sino la manera de conservarlos para que
no se contaminen empezando por evitar el cultivo de maíces modificados genéticamente.
Los más de veinte niños que asistieron al taller,
moldearon la masa con los diferentes colores naturales que les fueron
entregados y que son comestibles, estos maíces y los colorantes, dijo el
Maestro Rito, “ son proporcionados por el banco de germoplasma de la
Universidad de Chapingo donde se conservan y se elaboran estos productos,
quienes después de años de estudios encontraron como conservar el maiz nativo,
para evitar su contaminación con los transgénicos, lo que puede ocurrir en los
campos de cultivo tan solo con la
polinización natural”.
Según estudios realizados por diferentes investigadores
el riesgo del maiz transgénico es la
pérdida de los maíces nativos que durante milenios se han ido adaptando a
los diversos suelos, climas y humedades.
Un maíz híbrido pierde sus características de una cosecha a otra, se debilita y
necesita de nuevo material que proviene de los maíces nativos, pero en ese
proceso contamina los suelos, las diferentes clases de maiz y rompe la cadena
genética de los maíces.
Por último, dicen los estudiosos, que uno de los mayores
riesgos actuales para México y el mundo, es que se contaminen los maíces
nativos y la cadena productiva del maíz con transgénicos que producen
sustancias no alimenticias y/o tóxicas como plásticos biodegradables,
solventes, proteínas de uso terapéutico, antidepresivos, etc.
Al final del taller, el Diputado Noé Doroteo, el maestro
Guillermo Rito, la Directora de la Casa de la cultura de Tlacolula, La Lic.
Itzel, el asesor cultural Profesor Sergio Santamaría y los padres de familia se involucraron en la
elaboración de las tortillas de colores y pudieron comprobar al comerlas, que
no afectan al organismo y que son muy deliciosas.