¡Un presidente de rodillas ante el narco y el crimen!


Ricardo Alemán.- 

Los datos duros son demoledores; dignos del bronce.

Pero además, confirman lo que aquí se dijo durante meses; que el discurso del ahora presidente Obrador -sobre el combate al crimen organizado y la contención de las muertes violetas–, no era otra cosa que una ocurrencia.

Hoy, los números fríos le dan la razón a quienes han insistido que el nuevo gobierno se ha construido sobre una montaña de mentiras. ¿Por qué? 

Porque durante los primeros 60 días del gobierno de Andrés Manuel López Obrador la cifra de muertes violentas casi llega a 4 mil casos; cantidad nunca vista al arranque de cualquier gobierno federal que se recuerde en México.

Más aún, ese número de muertes violentas  –que según el diario digital @contrapesociudadano en los primeros 60 días de AMLO alcanzó las cuatro mil personas asesinadas–, supera los fallecidos a causa de la violencia criminal reportados por los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña, en los mismos 60 primeros días de sus respectivos gobiernos.

En pocas palabras, resulta que el gobierno de Obrador es el campeón en el número de muertes violentas. ¿Y qué dicen los aplaudidores de Obrador que exigían las renuncias de Calderón y Peña por el elevado número de muertes?

Está claro que guardan silencio porque el de Obrador es un gobierno arrodillado por el crimen y el narcotráfico. Y si tienen dudas, vamos al segundo de los datos duros.    

Como parte de su compromiso con la transparencia, la Secretaría de la Defensa dio a conocer los resultados de la incautación de drogas en los meses de diciembre y enero pasados –datos imposibles de negar en “las mañaneras” de AMLO–, que revelan que en los primeros 60 días de la gestión del nuevo presidente Obrador, cayó dramáticamente la incautación de drogas en México.

¿Y qué quiere decir ese dato duro?

Casi nada, que desde que AMLO llegó al poder –hace 60 días–, en las calles de todo el país se vende más droga que aquella que se vendía en los gobiernos de Peña Nieto, Calderón y Fox.

Y frente a esa tragedia vale preguntar. ¿Cómo traducir esa mayor existencia de droga en el mercado negro de todo el país en los elevados niveles de violencia?

La respuesta es elemental. El origen del incremento en las cifras de muertes violentas está detrás del mayor número de mercancía ilegal –drogas de todo tipo–, que circula en las calles.

¿Y si dudan de los datos duros reportados por la Sedena, ahí les van?

Según la Secretaría de la Defensa, en diciembre de 2018 –el primer mes de la gestión de AMLO–, la incautación de amapola y mariguana cayó en más del 50 por ciento de lo que se incautaba entre los meses de enero y noviembre de ese mismo 2018.

Pero la perla informativa se localiza en la incautación de cocaína, heroína y metanfetaminas, que se desplomó literalmente cien por ciento.

Es decir, que entre el 1 y el 31 de diciembre de 2018, se incautó sólo un kilo de cocaína y nada de heroína y menos de metanfetaminas.

¿Y qué creen?

Que entre el 1 de enero de 2018 y el último día de noviembre del mismo 2018, se incautaron mensualmente un promedio de 210 kilogramos de esas tres drogas.

¿Quién instruyó a militares y marinos a no realizar las revisiones de rutina para que en la calle siga la venta de todo tipo de drogas?

¿La orden fue del Presidente, de los titulares de Sedena y Marina, de la Secretaría de Gobernación…? ¿Quién ordenó que más drogas duras se vendan en las calles de todo el país?

¿Por qué no incautar 200 kilos de las drogas más duras? ¿Esa es la política de perdón y olvido a los criminales? 

Y queda claro que frente a más drogas, más crímenes violentos; 4 mil en solo 60 días.

Así o más claro que el de AMLO es un gobierno arrodillado frente al crimen y la violencia.

Al tiempo.