PIÑADERO | Editorial
Oaxaca, México.-- Este miércoles por la noche, Karina
Barón Ortiz, exdiputada federal, asumió la secretaría de la Coordinación
Territorial para la Construcción de la Paz en Oaxaca.
Hasta el día de ayer, muy pocos sabían que existía tal
cargo. Si no es por la renuncia de Bxido Xhishe Jara, hija del senador Salomón
Jara, nadie se hubiera enterado.
Luego de su obligada remoción, en virtud a que no
respondió a las expectativas y que sólo duró en el puesto 17 días, la
improvisación tuvo que contestar rápidamente para ocupar el vacío.
Por ello MORENA, a través de Salomón Jara, tuvo que echar
mano de Karina Barón, a quien no se le conocen atributos para establecerse como
ideología ni mucho menos vínculos en temas de seguridad pública, es decir, fue
lanzada al vapor, como mero pago de favores, burro por burro, dijera Felipe
Sánchez, escribiente de la columna Escaparate Político.
Lo anterior resulta absurdo, pues MORENA siempre condenó
la improvisación en el nombramiento de funcionarios. Y en un área tan sensible
como la seguridad pública, podría ser catastrófico.
De entrada, la oriunda de San Miguel Soyaltepec,
municipio blanco de la industria huachicolera, tendrá que responder
inmediatamente y dar resultados contundentes, tal y como lo ha prometido el
gobierno federal.
Su labor consistirá en coordinarse con el Gobierno del
Estado y establecer estrategias que aminoren la violencia, pues será el brazo
ejecutor del gobierno de López Obrador para doblar a las mafias delictivas en
el estado.
De esta manera, a Karina Barón le espera contestar a las
exigencias de los diputados locales de Morena, quienes exigen mayor seguridad y
un alto al asesinato de sus partidarios, pues desde ya es el rostro policíaco
del gobierno federal que tendrá que rendir cuentas a los oaxaqueños.