* Genoecocidio
en Salina Cruz por la corrupción de Romero Deschamps: @efektoaguila* El índice
de niños con cáncer, se agravó en Salina Cruz, por la “lluvia negra” tras la
explosión en el Cuarto de Bombas e incendio en la refinería de Salina Cruz al
llover ácido clorhídrico.
* El
Movimiento de Regeneración Obrero Sindical del STPMR debe acudir a la CNDH y
ante la inacción del Estado mexicano, a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH).
Alfredo Martínez de Aguilar
Oaxaca es
Tierra Prometida. Mágica y hechicera, es reserva espiritual y cultural de
México. Es, también, moderna Torre de Babel. Se confunden 17 naciones y lenguas
indígenas y mestizas.
La Gran
Señora del Sur es tan inmensamente rica que, después de 500 años de saqueo,
cinco siglos, los grandes corruptos de ayer y de hoy, no han conseguido acabar
con su enorme riqueza.
Los peores
saqueadores de la historia son los neocriollos. Gabino Cué Monteagudo y Luis
Julián Ugartechea Begué, son los ejemplos más claros de ello. También lo son
los oaxaqueños ausentes.
Pero todavía
son peores los renegados. Aquellos oaxaqueños que reniegan de su origen o lo
ocultan. Carlos Antonio Romero Deschamps, es el prototipo de estos grandes
saqueadores.
Carlos es
hijo del jalisciense, José Romero, quien llegó a vivir en los años 40 a Tampico
con su esposa, Clementina Deschamps Escudero, oaxaqueña de apellido francés
nacida en Salina Cruz.
Ahí está a
la vista de quienes quieran ver el criminal saqueo de Petróleos Mexicanos
(Pemex) por la mayoría de los directores de la paraestatal y por los dirigentes
sindicales nacionales vitalicios.
La
responsabilidad de los oaxaqueños Sebastián Guzmán Cabrera y Carlos Romero
Deschamps, no es ajena a esta patética, por dramática, situación en Pemex, la
gallina de los huevos de oro.
Encarcelado
La Quina, Salinas llamó a Sebastián Guzmán, un viejo petrolero jubilado, para
imponerlo como líder del STPRM, con Romero como secretario de Organización y
Estadística.
Llegó para
quedarse en junio de 1993 cuando, con Guzmán Cabrera enfermo de diabetes
avanzada, el “Güero Guacamayo”, fue
nombrado secretario general interino del Sindicato.
Tres años
después obtuvo la ratificación. Desde entonces no ha soltado el cargo: fue
reelecto ya en cinco ocasiones, aun cuando los estatutos del STPRM permiten
solo una reelección.
La corrupción
sin llenadera alguna en el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República
Mexicana (STPRM), se convirtió en asunto de seguridad nacional, incluso para
Estados Unidos.
The National
Security Archive, ONG de la Universidad George Washington, logró hace años que
el gobierno de EU desclasificara informes que documentan la corrupción en el
sindicato.
Por qué las
instituciones del Estado mexicano permiten la escandalosa corrupción en
Petróleos Mexicanos. Porque históricamente ha beneficiado al PRI-gobierno.
¡Remember el Pemexgate!
La aún
impune explosión en el Cuarto de Bombas e incendio en la refinería de Salina
Cruz puso de manifiesto, una vez más, la innombrable, por escandalosa,
corrupción de Romero Deschamps.
Los
frecuentes derrames, explosiones e incendios, dentro y fuera de las
instalaciones de la Refinería “Antonio Dovalí Jaime”, son provocados por la
corrupción y falta de mantenimiento.
La terrible
contaminación generada por la propia refinería de Pemex ha destruido los
ecosistemas en la región del Istmo de Tehuantepec. Han sido afectados los
cuerpos de agua, el mar y las playas.
La
contaminación del combustible quemado durante el incendio afectó el aire, así
como los diferentes cuerpos de agua, el mar, los ríos y arroyos; las viviendas,
los cultivos y los animales.
La falta de
mantenimiento de los diversas especialidades de ductos que atraviesan
especialmente Salina Cruz, entre otros municipios conocida desde hace muchos
años, es uno de los detonantes.
Otro factor
son los derrames y explosiones provocados por el huachicoleo que, dicho sea de
paso, no es nada nuevo, en abierta complicidad con los funcionarios y técnicos
de la propia paraestatal.
Lo peor son
las graves consecuencias en materia de salud que genera la contaminación de
metales pesados por los derrames y condiciones infrahumanas en las que laboran
miles de trabajadores.
Aun cuando
son cifras negras que no se dan a conocer oficialmente de manera abierta, pero
están registradas por el sector salud, Salina Cruz es la ciudad con mayor
índice de niños con cáncer.
Este
problema de salud pública, se agravó, a raíz de la “lluvia negra” por la
explosión en el Cuarto de Bombas e incendio en la refinería de Salina Cruz al
llover literalmente ácido clorhídrico.
Lo primero
que hacen los médicos oncólogos de las instituciones del sector salud cuando
conocen un nuevo caso de cáncer infantil, es preguntar si tienen familiares
trabajando en Pemex.
Los
servidores públicos responsables de los servicios médicos de Pemex, no informan
a las familias de los trabajadores que, por los residuos de plomo, deben lavar
por separado su ropa de trabajo.
Las
enfermedades y muertes que provoca la contaminación generada por la corrupción
en Pemex bien pueden calificarse de genocidio y ecocidio y, por ende, de
delitos de lesa humanidad.
A éstos
delitos, se suman miles de “levantones”, desapariciones, asesinatos y
agresiones a los trabajadores disidentes, como ocurre a Yolanda Morales en la
Sección 44 de Cárdenas, Tabasco.
Luego de
participar en el Grito de Independencia Petrolera, Yolanda, es objeto de
represalias le niegan permisos y personal de Pemex la sigue físicamente por
todo el complejo en el que labora.
Considerados
imprescriptibles, tales delitos no deben quedar impunes. Y menos aún cuando los
nombres de los probables responsables son conocidos de sobra por los oaxaqueños
y mexicanos.
El líder
nacional del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana
Carlos Romero Deschamps y el dirigente de la Sección 38, Artemio de Jesús
Enríquez, guardan silencio cómplice.
La razón es
simple y sencilla: los dos son cómplices de la asquerosa corrupción en
Petróleos Mexicanos que les ha permitido enriquecerse a costa de la sangre y
muerte de los trabajadores.
Los
trabajadores del Movimiento de Regeneración Obrero Sindical del STPMR están
obligados a demandar a las autoridades nacionales e internacionales que se
aplique todo el peso de la ley.
Deben acudir
a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y ante la inacción y omisión del
Estado mexicano llevar sus denuncias a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH).
La ratificación
del Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo por el Senado de
la República, representa el principio del fin del sangriento cacicazgo de
Romero Deschamps.
Lo peor de
todo es que en cualquier momento puede ocurrir otra explosión e incendio en la
Sección de Contenedores de la refinería de Salina Cruz. El derrame de crudo
inunda sus patios.
Con toda
valentía y dignidad, la mortal advertencia fue hecha por el porteño Óscar
Solórzano Méndez, Vocero del Movimiento de Regeneración Obrero Sindical
(Morenos) del STPRM.
alfredo_daguilar@hotmail.com
director@revista-mujeres.com
@efektoaguila