U-NEGOCIOS

 


 

Zaachila: Mezcla de misticismo y fe; una fiesta patronal en el tiempo

Por: Alexei Aguilar Bracamontes
La historia de la fiesta a la Virgen de la Natividad data desde los primeros viajes de los misioneros dominicos por el territorio del Oaxaca antiguo, tomando una ruta desde Cuilápam de Guerrero, hasta Zaachila en el año de 1550.
Una vez asentados y cumpliendo con su deber evangelizador, edifican el templo de la comunidad, para en 1572 ya con esta construcción en pie, inicia la devoción hacia la representación de la virgen de la Natividad.
Para este 2018, los preparativos han comenzado desde el pasado 26 de agosto donde ya se realizó un certamen para elegir a la señorita azucena de la Natividad, quienes serán las encargadas de recuperar la información histórica del pueblo, la virgen y el templo principal de Zaachila, además de mantener la herencia indígena en esta comunidad.
Dos días después inició y se dio anuncio formal del festejo patronal con el tradicional convite, el cual recorrió las principales calles de Zaachila, para este 1 de septiembre sale la procesión del pueblo justo después de la misa de Aurora a las 6 de la mañana.
Durante este recorrido, las personas de la población suelen adornar las calles para recibir a la imagen religiosa. En la parte cultural, a las 5 pm, se presenta el Festival Vallista de Zaachila en su cuarta edición, con la participación de los pueblos de la región chatina y zapoteca del valle.
El 2 de septiembre se tiene programada la Fiesta del Corazón del Valle donde se hará un homenaje póstumo a Eleazar Luis Merlín mejor conocido como “Pepe Luis”, creador del jarabe de los valles de Zaachila, se cuenta con la presencia del hijo del compositor para la interpretación de algunas canciones de su padre además de estar acompañado por algunas delegaciones tales como San Pablo Huixtepec, Ocotlán de  Morelos, San Antonino Castillo Velasco, Danza de la pluma Cosijoeza y Teozapotlán y zancudos de San Pedro la Reforma a partir de las 16 horas.
Ese mismo día a las 8 de la noche por parte del colectivo Gulash presenta un concierto como saludo a la Natividad.
El 6 de septiembre se lleva a cabo la calenda de la Natividad recorriendo las principales calles de la población, al día siguiente por la tarde se llevará a cabo un evento organizado por el despacho parroquial en donde participa el grupo musical Eco serrano de la región mixe, después de esta armonización musical comienza el espectáculo de fuegos artificiales en donde, por primera vez, se tendrá un castillo piro musical, es decir, una estructura de fuegos artificiales que se irán quemando al ritmo de la música.
El día grande de la festividad, el 8 de septiembre desde las 4 de la mañana se dará inicio con una serie de actividades tales como repique de campanas y quema de fuegos artificiales, a las 5 am se tocarán las mañanitas en la zona arqueológica de Zaachila, después a las 6 de la mañana se hará la misa de Aurora y posteriormente la Mayordoma Catalina Castellanos Torres servirá un desayuno en su casa.
A las 10 de la mañana se estará celebrando el rito indígena donde se pide el permiso a los antepasados zapotecas por las festividades. Al medio día es la misa concelebrada y al terminar, se espera la tradicional comida comunitaria a cargo de la señora Victoria Betanzos Coronel, cuyo menú está compuesto por mole y arroz blanco acompañado con agua de maíz donada por el núcleo rural conformado por la Guadalupe y la Trinidad Zaachila.
Más tarde ese día se estaría cerrando con la tradicional kermes y tómbola para que las personas puedan convivir en el centro de la población además de la expo feria “De la nuez y comida tradicional Zaachileña” en la explanada municipal.
Para terminar con las festividades del pueblo, el 9 de septiembre al medio día se llevará a cabo la misa de consumación y el XI encuentro de danzas de la pluma en la comunidad.

La Natividad de María en el tiempo
Oaxaca, esa entidad crisol de riquezas naturales y culturales diversas. Se caracteriza por ser un conglomerado de cultura y expresión tradicional de muchas y muy variadas manifestaciones.
Como muestra de lo anterior, están sus  570 municipios repartidos entre ocho regiones. En casi cada rincón existe una unión entre una arraigada historia indígena y fuerte devoción religiosa que permitió crear una esencia única en este territorio, es aquí cuando las costumbres cobran fuerza y permiten convertirse en un evento único en el país.
Las fiestas patronales que viven en cada uno de sus más de 2 mil pueblos, forman parte importante de estas costumbres enigmáticas, en esas festividades la algarabía y la hermandad son las bases de los festejos.
Es en ellas, cuando el pueblo siente una gran responsabilidad por cumplir con todas las actividades relacionadas con el Santo Patrono de la comunidad.
Del corazón de los Valles Centrales, Zaachila se caracteriza por ser el eje central de la festividad en honor a la santísima virgen de la Natividad, patrona del pueblo, cuyo festejo se lleva a cabo el día 8 de septiembre y que, además, reúne a toda la comunidad y pueblos circunvecinos.
Los ancianos de la comunidad guardan en sus memorias y relatan que la primera imagen de la Natividad que trajeron los monjes dominicos fue una de las más importantes y apreciadas para la gente de aquel entonces, por el valor religioso e histórico que tenía.
El 29 de mayo de 1935 ocurrió un incendio que devasto el templo principal, la figura religiosa quedó dañada y ya no podía ser exhibida en el templo, así que tuvo que ser reemplazada por un nuevo cuadro que llegó en tren a la Villa, sin embargo, en el corazón de los zaachileños el dolor por la pérdida era profundo,  pues sentían que habían perdido a su verdadera “madre” para siempre.
Con el tiempo este hecho fue cambiando y las nuevas generaciones continuaron con la tradición patronal de la Villa de Zaachila.
Para cada santo, existe una cofradía que se compone por uno o más mayordomos y organizadores por parte de la iglesia, a quienes se les encomienda celebrar la fiesta, labrar las velas que se ocuparan en la iglesia durante ese tiempo y dar aviso con la chirimía.
Una vez que la imagen de la virgen llega a Zaachila después de recorrer a los pueblos vecinos, el siguiente paso de la fiesta patronal es la labranza de cera que es una actividad que consiste en fundir cera y verterla sobre pabilos para formar las velas. Este año está a cargo de la familia Pérez Méndez.