En este nuevo informe Reporteros sin Fronteras (RSF) muestra
la magnitud de una nueva amenaza que se cierne sobre los periodistas: el
ciberacoso efectuado de forma masiva por ejércitos de trolls; puede tratarse de
individuos aislados o de mercenarios a sueldo de Estados autoritarios.
Este 26 de julio Reporteros sin Fronteras publica su nuevo
informe “Acoso en línea a periodistas: cuando los trolls arremeten contra la
prensa”, en el que alerta sobre la magnitud de una nueva amenaza para la
libertad de prensa: el acoso masivo que sufren los periodistas en Internet.
¿Quiénes son los autores? Puede tratarse de simples haters,
de individuos o grupos que se esconden tras la pantalla, pero también de
mercenarios de la información en línea, de verdaderos “ejércitos de trolls”
creados por regímenes autoritarios. En ambos casos el objetivo es el mismo:
hacer callar a los periodistas que difunden contenidos que les molestan y, para
ello, están dispuestos a usar violentos métodos. RSF documentó durante varios
meses este tipo de ataques en línea y analizó el modus operandi de los
predadores de la libertad de prensa que han sabido utilizar las nuevas
tecnologías para expandir su modelo represivo.
“El acoso en línea es un fenómeno que se propaga a escala
mundial y que hoy en día constituye una de las peores amenazas para la libertad
de prensa”, señaló Christophe Deloire, Secretario General de Reporteros sin
Fronteras. “Encontramos que además de las guerras de la información entre
países a escala internacional, hay predadores del periodismo que han creado
ejércitos de trolls para perseguir y debilitar a aquellos que buscan dar cuenta
de los hechos de manera honesta. Estos déspotas hacen que sus mercenarios
agredan a los periodistas y les disparen en el mundo virtual de la misma manera
en que otros lo hacen en las zonas de guerra”, añadió.
Lo que revela el informe de RSF :
Es difícil mostrar el nexo directo entre los gobiernos de
los Estados y las bandas que agreden a los periodistas en línea. RSF investigó
y documentó casos de acoso en línea a periodistas en 32 países, que muestran
las campañas de odio orquestadas por regímenes autoritarios o represivos, como
los de China, Rusia, India, Turquía, Vietnam, Irán y Argelia, entre otros.
Estas violentas campañas de ciberacoso también son
emprendidas por comunidades o grupos políticos en países que se dicen
democráticos –como México–, incluso en países que ocupan los primeros puestos
en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, como Suecia o Finlandia.
RSF analiza y muestra el modus operandi de Estados
predadores de la libertad de prensa que orquestan estos ataques en línea contra
periodistas. Así, identificó tres etapas:
desinformación (el contenido periodístico es ahogado en las
redes sociales por un torrente de noticias falsas y contenidos a favor del
régimen);
amplificación (personas a sueldo de los Estados publican o
difunden mensajes en las redes sociales para que parezca que ciertas noticias o
comentarios son populares; para ello también se usan programas informáticos,
los bots, que difunden de forma automática los contenidos);
intimidación (los periodistas son agredidos personalmente;
los insultan para desacreditarlos y los amenazan de muerte para hacerlos
callar).
En ocasiones las consecuencias de estos actos pueden ser
dramáticas: al ser entrevistados por RSF, la mayoría de los periodistas que
fueron víctimas de ciberacoso señalaron que se vieron obligados a
autocensurarse frente a esa ola de violencia de una magnitud que no habían
imaginado.
Las mujeres periodistas son las más afectadas por el
ciberacoso. Dos tercios de las reporteras señala haber sido víctima de
hostigamiento; 25% de ellas lo sufrió en Internet.
En India, la periodista Rana Ayyub se ha convertido en
blanco de los partidarios del régimen: los yoddhas del primer ministro, quienes
han agredido a la periodista por las investigaciones que ha realizado sobre el
ascenso de Narendra Modi al poder. “Me trataron de prostituta, hicieron un
fotomontaje de mi cara con un cuerpo desnudo, tomaron una foto de mi madre de
mi cuenta de Instagram y la alteraron con Photoshop de todas las maneras
posibles”, cuenta.
Los periodistas de investigación son otro de los principales
blancos de los trolls. Es el caso de Alberto Escorcia, quien recibió amenazas
de muerte por sus investigaciones sobre cómo se usan cuentas “durmientes” para
influir en campañas electorales, como sucedió en las recientes elecciones
presidenciales en México.
En Filipinas, la periodista Maria Ressa, directora de
Rappler –portal informativo que de por sí enfrenta un encarnizamiento judicial–
fue atacada por trolls. Desde que Rodrigo Duterte fue elegido presidente, en
2016, los periodistas filipinos que como ella realizan investigaciones
independientes sobre el gobierno, son víctimas de este tipo de agresiones.
En Francia, a inicios de julio de 2018, dos personas fueron
condenadas a seis meses de prisión condicional y a pagar una multa de 2.000
euros por haber amenazado en Internet a la periodista Nadia Daam. Una tercera
persona que la amenazó de muerte cuando los otros ciberacosadores eran juzgados
también fue condenada a seis meses de prisión condicional.
Empresas como Devumi, que venden cuentas de las redes
sociales con perfiles falsos, tienen una responsabilidad social directa en el
incremento de estas nuevas amenazas : acosar a un periodista con ataques
masivos nunca había sido tan fácil y barato.
Ante esta situación, Reporteros sin Fronteras hace 25
recomendaciones a los Estados, la comunidad internacional, las plataformas, los
medios de comunicación y los anunciantes, para enfrentar estas nuevas amenazas
digitales. En su informe, RSF también incluye un tutorial para los reporteros:
“Periodistas: cómo enfrentar los ejércitos de trolls”, en el que nuestra
organización recuerda algunas buenas prácticas en materia de seguridad digital.
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