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Ramón Alberto Garza.-
Hace
exactamente un año, el 30 de junio del 2016,
advertíamos aquí de El Factor Meade.
Decíamos
que si alguien dentro del gabinete del presidente Enrique Peña Nieto tiene el
mejor currículum político, una imagen de seriedad, juventud y navega sin
bandera partidista, ese es José Antonio Meade.
Y
advertíamos que quizás por ello existía toda una corriente política,
empresarial y ciudadana que está dispuesta a promover su candidatura
presidencial para el 2018.
Mas aún,
decíamos que Pepe Toño –en ese entonces en Sedesol- sería para el Presidente
una de las cartas más fuertes para el 2018 y que por ello se evaluaba su
mudanza a la Secretaría de Gobernación o su regreso a la secretaría de
Hacienda. Y se cumplió.
Pues
todo indica que el tiempo viene abonando a la tesis de que el egresado de
Economía del ITAM y doctorado en Yale, se instala mas cerca de ser la
alterativa del Macron a la mexicana.
Su
juventud, su apartidismo pero sobre todo su imagen de honestidad y de humildad
en su estilo de vida, lo hacen como un candidato presidencial muy jugable. Para
el PRI, para el PAN, para ambos juntos.
Tan es
así, que Andrés Manuel López Obrador, el puntero en las encuestas rumbo al
2018, ya advierte públicamente que la llamada Mafia del Poder ve en Meade a su
mejor carta. Para el líder de Morena, Meade ya es el precandidato a vencer.
Ni que
decir que Bloomberg, la influyente agencia informativa global, que sucribe que
el actual secretario de Hacienda tiene en su destino la dirección de Banxico o
la candidatura presidencial rumbo al 2018.
Y es que
conforme pasan los días, las semanas y los meses, el PRI, el PAN y el PRD se
dividen mas. Y esa falta de unidad hacia el interior de cada partido dificulta
o incluso empantana la selección de su candidato.
Dentro
del PRI las fracturas entre Videgaray y Osorio Chong son ya míticas. Y por mas
que se pretende impulsar a José Narro, el Bernie Sanders mexicano no prende.
En el
PAN el escenario está peor. Ricardo Anaya no cede espacios a Margarita Zavala,
Rafael Moreno Valle. Ya se le aparecieron Luis Ernesto Derbez y Ernesto Rufo en
la lista.
Del PRD
ni hablar. Juan Zepeda recató la dignidad en el Estado de México y eso le dio
armas a Alejandra Barrales para jugar el 2018. ¿Con Mancera? ¿En Alianza con el
PAN? ¿Un revire hacia Morena? Es incierto.
El único
que la tiene amarrada su candidatura es López Obrador. Y su debut en el Edomex
con 1.8 millones de votos lo fortalecen.
Por eso
Meade se revitaliza todavía mas como la opción seria y joven desde el sistema,
que no necesariamente desde el PRI.
No hay
que olvidar que Pepe Toño no es partidista. Ni milita en el PRI ni en el PAN. Y
fue secretario de Estado con ambos.
Dos
veces de Hacienda con uno y otro, además de secretario de Energía con Calderón,
de Relaciones Exteriores y de Desarrollo Social con Peña Y en todos, con buenas
cuentas.
¿Existe
alguien en el escenario politico nacional con esas cartas credenciales de
experiencia y juventud, combinadas con apartidismo y honestidad? No lo vemos.
Es
cierto que al candidato Meade tendría que inyectársele dosis de pasión y
adrenalina. Pero nadie duda que como presidente, Meade es hoy la única
posibilidad del cambio sin quiebre, desde adentro.