![]() |
FOTO: INTERNET |
Rubén
Cortés.-
En
realidad, eso que el PRD lanzó el domingo como un “frente amplio” para las
elecciones de 2018, no sería más que una alianza con el PAN, en la cual un
partido pondría al candidato presidencial y el otro al de la Jefatura de
Gobierno en la CDMX.
Sin
embargo, ese “frente amplio” acabará apenas en una buena intención democrática,
porque está dinamitado por dentro, desde sus mismos cimientos:
1.- La
quinta columna de Morena en el PRD (encabezada por el exsecretario particular
de AMLO, René Bejarano, y su esposa Dolores Padierna, jefa de la bancada
perredista en el Senado) llamó a todos los perredistas a rebelarse contra la
dirigencia nacional porque al PAN sólo le importan los negocios.
2.- La
guardia pretoriana de AMLO en el Senado, comandada por Miguel Barbosa, advirtió
que PAN-PRD sólo buscan realizar un control de daños, tras el fracaso en la
elección del Estado de México.
3.-
Dentro del propio PRD brotó enseguida la división: Juan Zepeda se subió al
ladrillo de su tercer lugar en el Edomex y pidió ser el candidato presidencial
del “frente amplio”, posición que también reclama el gobernador de Michoacán,
Silvano Aureoles.
¡Por
favor! Zepeda causó una grata sorpresa al conseguir un millón de votos, pero
sólo pudo ganar tres distritos: los de su propio municipio, Neza. Y Aureoles,
de cuatro cargos de elección popular que ha tenido, no ha concluido la gestión
en ninguno por irse a… buscar otros.
Así que
el “frente amplio” será un proyecto electoral nonato: el PAN tendrá que caminar
con Ricardo Anaya, quien tiene la hoja controlada para ser candidato; y el PRD
tiene que aceptar a Miguel Mancera como su mejor opción en su condición de
aspirante de corte ciudadano.
Por
mucho que se disfrace de “frente amplio”, los impulsores de éste en el PRD
deben convencerse de que se trata en realidad de una alianza antinatural para
unas elecciones presidenciales, porque a nivel federal jamás avanzaría una
colación de la izquierda con la derecha.
De
hecho, Bejarano advirtió que impulsar a la exprimera dama panista Margarita
Zavala, a Rafael Moreno Valle o a un cristero como Ricardo Anaya, significaría
la puntilla para el PRD como partido de izquierda y lo “convertiría un rémora
tipo Partido Verde con el PRI”.
El PRD
tiene que apostar por sí mismo, reunir lo que pueda tras la gran estampida que
viene (la de la quinta columna que se irá a Morena más temprano que tarde) y
entender que es Miguel Mancera su mejor carta en este momento de descrédito de
los políticos con militancia.
Porque
el “frente” ni siquiera es “amplio”: únicamente es del PAN y el PRD.
Y está
condenado a muerte.
Twitter:
@ruben_cortes