U-NEGOCIOS 670*90

Reflexión-es; por Daniel Dahlhaus

“Yo creo que llegará un tiempo en que sobre las ruinas de la corrupción se levantará la esplendorosa mañana del mundo emancipado, libre de todas las maldades, de todos los monstruosos anacronismos de nuestra época y de nuestras caducas instituciones.” Samuel Fielden


¡Qué razón tenía Samuel! aunque nacido en el siglo diecinueve su concepción de corrupción no estaba alejada de la contempo-realidad -seguramente muy apegada a la suya-, tras entender que en nuestra historia –y odiaría decir que en nuestra naturaleza- la corrupción ha sido desde hace rato un cáncer para muchos casi casi desde los orígenes del imperialismo, cuando en México en lugar de emprender acciones mercantiles desde el mar, decidimos comenzar por “hacer negocitos” a costa del erario, resumidas cuentas, al día de hoy se ha convertido aparte de en una infame herencia cultural, en un nefasto modus vivendi. Pero…me preguntó: ¿Acaso la corrupción es exclusiva de la clase política?
Verán, cuando se vive en democracia mayoritariamente el índice apunta al frente, rara vez hacia uno mismo, en un acto de honestidad republicana, autoanálisis o evaluación personal ¿entonces si somos los ciudadanos quien legitimamos, son (ellos, los políticos) fiel radiografía de nuestro actuar diario? Me explico: no con estructura teórica sino con frases que han permeado el lenguaje cotidiano: “Ayúdame a ayudarte”, “Ponerse guapo”, “Lo dejo a su criterio”, “Acéiteme la mano”, “Con dinero baila el perro", por mencionar algunas, no olvidando el famosísimo: ¿Cómo nos arreglamos?
Escrito esto hace, días atrás tras la captura de Borgue en Panamá, la de Javier Duarte en Guatemala y en lo local la de Tenorio; en el Estado de Guadalajara marcó una pauta histórica de que las ganas de un cambio ciento ochenta grados en esa maldita herencia que mencionaba al principio está instrumentándose, esto no obedece a un color de partido, a unas siglas; vamos al hecho del mal llamado “compadrazgo” sino a la voluntad política de que México y sus finanzas ya no dan para más abusos, aunque así fuese los ciudadanos ya lo reclamamos. Los noventas con sus discursos demagógicos sobre la corrupción quedaron atrás, el pasado ya no debe alcanzarnos.

La ingeniería institucional ya dio sus primeros retoños, la voluntad política ha dado el primer paso, con mucho respeto abro la pregunta: ¿Cómo ciudadanos, estamos listos? A menos en esta ocasión esta es mi reflexión.
@DanielDahlhaus