Arturo Sánchez
El grupo de secuestradores relacionados con la Coordinadora
Nacional de los Trabajadores de la Educación en Oaxaca, mantuvo nexos con la
guerrilla representada por el Ejército Popular Revolucionario, revelan
investigaciones.
Conforme a la indagatoria por el secuestro de los Juan José y
Alexa Álvarez Benfield, plasmada en los autos de la Averiguación
PGR/SEIDO/UEIDMS/270/2013, se infiere que los secuestradores pertenecían a una escisión
del Ejército Popular Revolucionario denominado Ejército Revolucionario del
Pueblo.
De acuerdo reportes de inteligencia develan que este nuevo
grupo Ejército Revolucionario del Pueblo
fue dirigido por Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya que
operaba en la zona de San Carlos Yautepec, San Pedro Totolapan, Tlacolula de
Matamoros.
Además de Mitla, San Pablo Güila, San Baltazar Chichicapan,
Santa María Zoquitlán, Santa Magdalena Tequsistlán, Santa María Jalapa del
Marqués, entre otras poblaciones en la ruta hacia el Istmo.
La célula guerrillera que se cobijó bajo las siglas de la
CNTE como luchadores sociales se integró por José Ambrosio Martínez originario
de Loxicha y encargado de la operatividad del EPR en la zona Sur de Oaxaca, además
de Sara Altamirano Ramos, Damián Martínez Gallardo, Mario Olivera Osorio, Lauro
Atilano Grijalva (a) Lauro Atilano Villalobos, Enrique Guerrero Aviña, Alberto
Sandoval Rodríguez, Faustino Diego, Alejandro Sandoval Martínez, Alejandra
Chávez Chávez, David Vargas Araujo, Leonel Manzano Sosa (a) Luis Gutiérrez
Saldivar cuñado de Rafael Vicente Rodríguez Enriquez, ex dirigente de la
Sección XXII e integrante del EPR, ajusticiado según trascendió el 24 de
diciembre de 2011, por haberse apoderado del botín de un secuestro sin dar
parte a la Comandancia del EPR.
Las investigaciones apuntan que este grupo operó el secuestro
de ganaderos y agricultores de la zona de Yautepec y San Pedro Totolapan en
Oaxaca.
Esta célula del EPR operaba en diferentes zonas de Oaxaca,
principalmente en la ruta del mezcal, lugar donde secuestraron a un poderoso agricultor
en el tramo Totolapan- Las Margaritas, hecho dirigido por Gabriel Alberto Cruz
Sánchez, sin la autorización de la comandancia general del EPR.
Cuando la dirigencia insurgente se percata de la gravedad del
problema ordenan liberar al empresario, sin embargo la ambición de Gabriel
Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya pudo más y en consecuencia cortaron comunicación
con la jefatura representada por Tiburcio Cruz Sánchez Comandante General del
EPR.
El rescate consistió en 150 millones de pesos; sin embargo al parecer indica la hipótesis, jamás
se percataron que había sido detectados por ex agentes del Mosad (Instituto Central
de Operaciones y Estrategias Especiales) de las fuerzas de inteligencias israelíes,
considerado como el agrupamiento más letal del planeta.
Las investigaciones que existen sobre el caso indican que del
secuestro antes mencionado, hasta la desaparición de los dos mandos del EPR,
pasaron solamente unos meses, por lo que no se descarta que hubieran sido
desaparecidos por venganza o
ajusticiados por el mismo EPR por desobedecer la orden y a su vez poner en
peligro la existencia del ejército guerrillero.
Esta hipótesis cobra más fuerza por la negativa en la autorización
del secuestro y mucho menos el cobró del rescate, el cual habría sido repartido
entre mandos de ese grupo armado, entre ellos se encontraba el propio hermano
de Tiburcio Cruz Sánchez, son tomar en cuenta a la dirigencia.
En este sentido la célula que encabezaba Edmundo Reyes Amaya
y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, tras la desaparición de estos mandos, se
deslinda del EPR y forman lo se conocería con las siglas Ejército
Revolucionario del Pueblo (ERP), que se mantiene vigente durante el secuestró a
los niños Álvarez Benfield duraron en libertad, hasta que fueron detenidos por
el secuestro antes mencionado.
Es decir, con la desobediencia hacia el EPR, las teorías de
investigación llegan a diversas conclusiones, entre la que se destaca que los
desaparecidos el 25 de Mayo de 2007, habrían sido ajusticiados por el EPR, por considerarlos
traidores al fundar el Ejército
Revolucionario del Pueblo, acto que considerado de Alta Traición por la
guerrilla, cuya sentencia sería la ejecución.
El EPR exigió la presentación con vida de Edmundo Reyes Amaya
y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, para cumplir con las exigencias de sus
familiares, sin embargo, esta petición se ha diluido en el tiempo.
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