Ciudad de México (La Otra Opinión.- En las democracias, las
diferencias son una constante con las que hay que lidiar, incluso dentro de los
partidos. Es necesario aprender a resolver los desacuerdos, y en caso de no ser
posible, respetarlos o convivir con ellos.
En este sentido el senador Miguel Barbosa tuvo la oportunidad
de salir del PRD con dignidad, en términos cordiales y “por la puerta grande”,
si en la conferencia de prensa que ofreció este martes hubiera anunciado su
renuncia al partido por congruencia y cuestión de principios --como se pensaba
que haría--.
Sin embargo, Barbosa se aferró a la coordinación del PRD en
el Senado y entró en confrontación abierta con la dirigencia. Por ello, si en
el futuro abandona el partido, lo hará por la puerta de atrás y "con la
cola entre las patas".
Y es que por la noche, el CEN del Sol Azteca decidió --con 15
votos a favor, cinco en contra y dos abstenciones-- destituir al senador como
coordinador del PRD en la Cámara Alta, y suspender sus derechos partidistas en
tanto se determina qué sanciones le corresponden por externar su apoyo a Andrés
Manuel López Obrador. En su lugar, queda la legisladora Dolores Padierna.
En respuesta, Barbosa afirmó que interpondrá un recurso en
contra de la decisión del CEN, y aseguró que dejará en ridículo a los operadores
de su destitución, quienes --afirma-- son gente cercana a Miguel Ángel Mancera.
Así lo que inició como un desacuerdo o podría convertirse en un pleito
bochornoso.
Y a todo esto: ¿quién lleva la razón?... La respuesta es
ninguno.
Por un lado, Barbosa fue por mucho tiempo un convencido
detractor de López Obrador, pero al parecer, una mañana despertó siendo un
amoroso seguidor del líder de Morena, olvidando principios, convicciones y
congruencia.
Pero por el otro lado, la postura del PRD también es
contradictoria. Y es que la propia dirigente del Sol Azteca, Alejandra
Barrales, así como pesos pesados del partido como Agustín Basave y Carlos
Navarrete no han descartado conformar una alianza de izquierdas con AMLO como
candidato en 2018. No se trata de la opción más popular al interior del PRD,
pero es una de las pocas posibilidades que tiene el partido para competir en
las próximas elecciones presidenciales… Y de realizarse haría contradictoria
cualquier sanción a Barbosa.
Y si de sancionar “traiciones” se trata, antes habría que
suspender los derechos partidistas de aquellos militantes que apoyaron al
panista Javier Corral por encima del candidato del Sol Azteca, Jaime Beltrán
del Río, en las elecciones para gobernador de Chihuahua el año pasado, ¿o no?
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