RICARDO ALEMÁN/ LA OTRA OPINIÓN
El tema es mucho más que una mera curiosidad. En realidad se
trata de una de las más groseras contradicciones de la clase política, toda,
pero en especial de los partidos opositores.
¿A qué nos referimos?
A la doble moral de partidos, dirigentes y gobernantes que,
por un lado, hacen suya la lucha contra el “gasolinazo” –como si se tratara de
un pecado capital--, cuando lo cierto es que esos partidos que gritan y
patalean son los primeros beneficiados del dinero público, como el del
gasolinazo.
¿De dónde sale, históricamente, el dinero para engordar las
arcas de los partidos? ¿De dónde pagan partidos y políticos las campañas que
los llevan a los puestos de elección popular? ¿Cómo se financian partidos y
políticos?
De suyo, las preguntas ofenden. ¿Por qué?
Porque igual que la danza de mentiras aparece la danza de
millones de pesos que cada año se destinan al pago de prerrogativas a partidos
–sean tiempos electorales o no--, que gracias al esquema fiscal que hoy
combaten los opositores, sirve para acceder al poder, combatir adversarios y
financiar campañas contra el propio Estado.
Y el mejor ejemplo del cinismo político, la perversidad y la
doble moral de partidos que viven del dinero público y destruyen las
instituciones y es la Morena de AMLO.
Como saben, AMLO lleva más de diez años en campaña. Y durante todos esos años
ha sido recurrente una pregunta –que nunca ha sido contestada de manera
honesta--; ¿de dónde saca Obrador dinero para el activismo político permanente?
Todos lo saben, pero muchos callan. Las fuentes de
financiamiento han sido el dinero público. Más; una confrontación reciente fracturó
la relación entre dos de los más grandes vividores del dinero público; Jaime
Rodríguez –motejado como El Bronco--, y López Obrador. El primero retó al
segundo a hacer política al margen del dinero público.
En respuesta, un enojado Obrador apaleó a El Bronco, quien
se ha convertido en un serio obstáculo para los intereses presidenciales de
AMLO.
Sin embargo, el gobernador de Nuevo León no sólo “escupe
para arriba”, sino que incurre en idéntica farsa que AMLO. ¿Por qué?
Porque cualquiera que haya escuchado los spots que promueve
el gobierno de Nuevo León, descubrirá que “El Bronco” hace proselitismo
político --grosero y vulgar--, con dinero público. Y es que los promocionales
de “El Bronco” anuncian al “gobierno independiente” de Nuevo León. ¿Y eso qué
tiene de malo, podría preguntar algún ingenuo?
Pues resulta que la marca “independiente” es el partido
político de El Bronco, quien utiliza el dinero público para la promoción de su
candidatura presidencial adelantada. Y claro, nadie dice nada. En cambio, si un
gobierno de cualquier otra filiación partidista coloca en sus promocionales un
mensaje que diga “el gobierno del tricolor, del amarillo o del azul”, lo
habrían colgado del palo mas alto.
Curiosamente, tanto AMLO como El Bronco, son feroces críticos
del gasolinazo, pero solapan la perversión de las finanzas públicas que permite
que en México existan partidos y políticos ricos, en un país de pobres y en
donde el dinero de los pobres financia la política y a los políticos.
Por eso la pregunta elemental: ¿Por qué en lugar de combatir
el gasolinazo –o además de combatirlo--, AMLO, “El Bronco” y otros vividores
del poder no promueven el fin del subsidio a los partidos? ¿Por qué no hacen
marchas contra el grosero e inmoral dinero para financiar a los partidos?
La respuesta todos la conocen. No combatirán el subsidio a
los partidos porque practican la doble moral. En 2012 los partidos gastaron 5
mil 143 millones de pesos. En 2016 casi 4 mil millones y en 2017 gastarán poco
más de 4 mil millones de pesos. ¿No un gasto inmoral, de náusea? ¿Y AMLO? ¿Y El
Bronco”?
Pero la curiosidad va más allá.
Resulta que en su perorata engañabobos, Obrador pregona –en
su ilegal campaña presidencial--, que cundo sea presidente desaparecerán
gasolinazos y habrá gasolina barata.
¿Engaña a los idiotas del pueblo?
Vamos a suponer que, en efecto, en un hipotéticos gobierno
de AMLO no habrá gasolinazo y los combustibles serán baratos. ¿Y entonces quien
y de dónde se pagarán las prerrogativas a los partidos políticos?
En la respuesta a las preguntas anteriores se esconde la
perversidad oculta de AMLO. ¿Por qué? Porque en el hipotético gobierno de AMLO
los partidos no tendrán acceso a dinero público. Y es que AMLO –igual que
Chávez y Maduro en Venezuela--, desaparecerá los partidos políticos. Y es que,
un partido sin dinero, no puede acceder al poder. De ese modo, el gobierno de
AMLO será una dictadura. El peor peligro para México.
¿Así o más claro?
Al tiempo.
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