CARLOS RAMÍREZ/INDICADOR POLÍTICO
WSHINGTON, D.C.- Si la política no se distingue por sus
lealtades, en la Casa Blanca se juega en las grandes ligas del poder. El
canciller mexicano Luis Videgaray Caso se quedó sin aliado porque el yerno
Jared Kushner decidió subordinarse al grupo político de Steve Bannon, el
supremacista que opera como asesor principal del presidente Donald Trump.
Videgaray había explotado su cercanía a Kushner, esposo de
Ivanka Trump, la hija consentida del presidente estadunidense. Con él negoció
la visita de Trump a México como candidato republicano en agosto del año pasado
y con él había abierto un canal directo de comunicación para hacerle llegar a
Trump las percepciones mexicanas, si, ciertamente, el propio Kushner se decidía
a cumplir con esa encomienda.
Sin embargo, los senderos de comunicación dentro de la Casa
Blanca no suelen ser familiares sino de ejercicio del poder burocrático.
Bannon, el creador de la línea política racista, supremacista y blanca, opera
como el poder real detrás del trono de la silla principal de la Oficina Oval,
inclusive por encima de posiciones como el consejero de seguridad nacional, el
secretario general de la Casa Blanca y ahora también de la familia.
La semana pasada, el sitio internet Breitbart fundado por
Bannon reveló una recomposición del poder en la Casa Blanca. Como yerno,
Kushner había sido mostrado por algunos analistas como un consejero especial de
Trump desde la campaña y asumió el cargo después del 20 de enero. Su cercanía
familiar le permitió ser utilizado por Trump para algunas gestiones políticas.
Hasta antes de la toma de posesión Kushner se movía en un carril personal como
esposo de Ivanka.
En menos de un mes, Bannon ha tomado el poder absoluto en la
Casa Blanca y ha cerrado los canales informales de comunicación hacia el
presidente Trump. Considerado como liberal dentro del conservadurismo
tradicionalista de Trump, Kushner había usado sus enfoques no ortodoxos para
abrirle un poco el espectro de análisis a Trump.
Sin embargo, la revista Vanity Fair --no de contenido político,
pero con acercamientos a políticas del poder desde la cultura política-- reveló
que Kushner “se ha convertido en partidario de la agenda nacionalista-populista
de Bannon”, al grado de que Kushner apoyó el decreto de prohibición de visa a
nacionales de países islámicos. Inclusive, la revista dice medio en serio que
Kushner había propuesto derribar la pared entre su oficina y la de Bannon para
trabajar más de cerca.
Kushner era el contacto de alto nivel de Videgaray para ir
negociando asuntos paralelos en el tema México y sobre todo en la agenda
migratoria. Sin embargo, la sumisión de Kushner a Bannon le cerró esa puerta a
Videgaray para que los temas migratorios no se dispersen en el Departamento de
Estado ni en el espacio político del yerno, sino que se centren en el
Departamento de Seguridad Interna.
Por ello hacia finales de la semana pasada Trump reabrió el
tema de México y el muro y avaló el endurecimiento de las razzias contra
mexicanos por parte de la policía de migración. Inclusive, algunas fuentes
diplomáticas consideran que sí hubo debate en la casa Blanca sobre si usar o no
a la Guardia Nacional --ejército paralelo interno-- pero que se rechazó la
idea, aunque la agencia AP la difundió como aprobada.
Con Kushner sometido a Bannon, Videgaray --y de paso México y
Peña Nieto-- se volvió a quedar en el limbo de la Casa Blanca.
Política para dummies: El poder es un juego de compromisos y
sumisiones.
Sólo para sus ojos:
Como era de esperarse, en un mitin en Miami Trump anunció su
campaña por la reelección en el 2020. No es nada nuevo porque todos los
presidentes deciden con anticipación su segundo periodo Con ello, Trump
convertirá su agenda política radical en tema de campaña.
Los demócratas siguen desarticulados. El fin de semana pasada
se dejó entrever que Hillary Clinton estaría pensando en regresar a la política
con la intención de postularse como candidata en el 2020, pero su derrota del
pasado noviembre fue contundente.
Y a propósito de sucesión presidencial estadunidense el
expresidente Obama está impulsando a varios de sus grupos políticos de campaña
para ir echándole a perder mítines a Trump con protestas, aunque sin que exista
alguna figura política del grupo de Obama para colocarlo en ruta presidencial.
Por lo pronto hasta ahora no se tienen datos de que Michelle Obama pueda ser la
nominada porque una cosa es la popularidad y otra el ejercicio del poder.